7 de octubre de 2007

El amor animal.

Subestimar a los animales es una cualidad humana.
Debiéramos revertir ese pensamiento. El respeto hacia las demás especies que habitan la Tierra es indispensable para salvarnos a nosotros mismos.
El amor es parte de la vida de todos los animales, incluídos nosotros, las bestias racionales.
Les dejo este regalito para sentirse reflejados.
Felíz Domingo!

3 comentarios:

Nicolás Lucca dijo...

Son tan hermosos...
Hay tanto para decir. El Hombre mata por placer y por cualquier otro motivo, pero pocas veces en defensa propia o de terceros. Hay algunos animales que adaptan el medio a su supervivencia. Del hombre ya no se puede decir eso, sino que más bien los destruye.
Saludos

AOF dijo...

En realidad subestimar a los animales es parte de la enfermedad que padece nuestra especie. Hace poco que estamos en el planeta, creemos que somos los dueños, maltratamos todo como si fuese nuestro...¿no será que el resto de las especies son superiores? saben vivir de la naturaleza sin transformarla, no se valen de herramientas para la subsistencia, respetan los llamados de las especie y son inmortales (alguien que no tiene pasado y no piensa en el futuro es inmortal). Quizás eso que nosotros valoramos tanto, la inteligencia, la capacidad de razonamiento, la conciencia es un error de la evolución, una epidemia de la especie, una degeneración, una enfermedad. Quizás seamos una raza atrasada, quizás todas las especies en sus comienzos pensaban y evolucionaron para vivir sin maldad, sin tiempo, sin razon, sin destruir, ajenos a filosofías y metafísicas inútiles. Es probable que seamos la especie más atrasada del planeta, es posible que seamos un error que la naturaleza se encargará, oportunamente de abolir, por medio de tsunamis, huracanes, terremotos y presidentes norteamericanos.
Muy buen blog, volveré.

Opiniones Independientes dijo...

Supongo que ya llegará el momento en que la tierra se tomará su venganza, no? Sólo espero ya haberme ido para ese entonces porque supongo que nos merecemos un castigo ejemplar.