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12 de marzo de 2013

Bienvenido el plebiscito!

Rodolfo Terragno. Historiador y político,
El derecho de autodeterminación corresponde a los pueblos, no a las poblaciones.

Así lo reconoce el derecho internacional. Un grupo que desea pertenecer al estado colonial “no es un pueblo y, por lo tanto, no tiene derecho a la autodeterminación” (Rosalyn Higgins, británica, ex presidente de la Corte Internacional de Justicia).

Población y pueblo son dos cosas distintas. Para convertirse en pueblo, los habitantes de un territorio deben “considerarse a sí mismos como una sociedad distinta de la sociedad del país que ocupa ese territorio” (Hurst Hannum, Berkeley).

Esos pobladores necesitan tener una “identidad cultural” que los diferencie claramente del país al cual pertenecen (Anthony Simpson, Comisión Internacional de Juristas, Ginebra).

Deben ser (o descender de) habitantes “autoctonos”; es decir, grupos que vivían en las islas antes de la invasion colonial (Wolfgang F. Danspeck Grubel, Instituto de la Autodeterminación, Liechestein).

Hace falta que se consideren “victimas” de una “opresión” y quieran “separarse” del poder colonial. (Pete Radan, Macquarie University).

El diplomático inglés Denzil Dunnet (Instituto Real de Asuntos Internacionales, Londres) recordó, en un trabajo publicado por International Affaires, la posición que tuvo, sobre este tema, el ex Primer Ministro británico Edward Heath (conservador; predecesor de Margaret Thatcher). Basado en esos principios de derecho internacional, dijo en el Parlamento que los habitantes de las Malvinas no tienen derecho de autodeterminación.

Los isleños, al votar como es previsible que voten, probarán que no reúnen ninguno de los requisitos para gozar de ese derecho. Dirán que:

  • Desean pertenecer al estado colonial.
  • No se consideran distintos a la sociedad del Reino Unido.
  • No poseen identidad cultural.
  • No descienden de un pueblo autóctono.
  • No se sienten víctimas de una opresión.
  • No quieren la independencia.

Demostrarán, así, algo que la Argentina ha sostenido siempre: que ellos isleños no forman un pueblo y, por consiguiente, carecen del derecho de autodeterminación.

Como británicos, que son y han de proclamarse, no podrían tampoco ser árbitros en un conflicto entre su país y la Argentina.

Llama la atención que la Presidenta y otras figuras políticas se hayan indignado ante el anuncio del plebiscito.
La Argentina debería celebrar que se le de la razón.
Pero hace lo contrario.

Hablando en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, la señora de Kirchner se preguntó: “¿Por qué [los británicos] no van a plantear un referéndum a Irak y Afganistán?”. Esto implica que deberían hacerlo en aquellos países y, en verdad, sería deseable que se les diera a irakíes y afganos el derecho de elegir su destino. Esos sí que son pueblos, con genuino derecho a la autodeterminación.

Fue poco feliz ponerlos (o dejar creer que están) en el mismo plano que a los pobladores de Malvinas.

Sin duda la señora de Kirchner no quiso equipararlos. Acaso la haya traicionado su tendencia al discurso improvisado, aun en cuestiones diplomáticas que requieren medir cada palabra.

En todo caso, es hora de que la Argentina advierta cuándo las actitudes del Reino Unido y los isleños la perjudican, y cuando involuntariamente la favorecen.

La ley británica ya no considera a los pobladores del archipiélago, como había hecho durante largo tiempo, “ciudadanos de un territorio de ultramar”. Los reputa ciudadanos del Reino Unido.

Estos ciudadanos, residentes en el Atlántico Sur, sienten el orgullo de ser británicos y ahora podrán ratificar su pertenencia con el voto.

Cuando la ley británica dice lo que dice, y los pobladores de las islas aceptan con su voto tal condición, todo se vuelve a favor de la posición argentina.

Que los isleños se declaren parte del Reino Unido no significa que pertenezca a su país el suelo que pisan.
No pueden ser jueces y parte.
Lo que hacen es demostrar (sin quererlo) que el derecho de autodeterminación no les asiste.

Post original del 17/06/2012

5 de febrero de 2013

Un explicación de los abucheos desde la teoría de la Espiral del Silencio

Por el Lic. Pablo Olivera Da Silva | 05.02.2013

¿Por qué querría el Gobierno y sus nodos de comunicación política institucional y extra institucional, condenar la metodología de manifestación pública de los abucheos a funcionarios públicos?

Simple. ¿Conocen cómo funciona la teoría de "La Espiral del Silencio" aplicada a la comunicación política?

Paso a explicarlo sencillamente. Partamos de un supuesto que proponga que "el kirchnerismo o cristinismo, es imbatible. Son muy fuertes y sólidos en comunicación política. No se puede contra ellos."

El común de nosotros -y ello nos involucra a todos, por lo menos, por algún momento-, siente temor al aislamiento, "miedo" a quedarnos solos. Es por ello que prestamos mucha atención a la opinión mayoritaria o consensuada en la sociedad y adherimos a ella en búsqueda de un vínculo de pertenencia.

La información de esa tendencia nos llega desde la esfera de los medios de comunicación y los canales oficiales de la esfera institucional. Es decir, Medios y Gobierno. Ambos se disputan una agenda que, para unos es mediática y, para otros, es institucional. Con ciertos temas que siempre están (inseguridad, desempleo, inflación, corrupción, salud, educación, etc.) y algunos otros que respondan a un momento histórico particular.

El kirchnerismo y, luego el cristinismo, han puesto mucho esfuerzo en controlar la información que circula por los Medios y yendo contra las principales usinas críticas o acomodaticias, en términos de oposición, intentando reducirlas en su capacidad de daño mediático, o expresión misma, de una opinión contra-hegemónica.

Volviendo a la teoría, cuando una opinión domina al público en general, la mayoría de las personas que tienen una opinión contraria, opta por el silencio, siendo muy pocas las voces que se manifiestan en voz alta. Pero cuando existe un cambio de tendencia, y ésta está en relación con la percepción de las opinión pública y la permeabilidad que tienen los medios para mostrar ese cambio, entonces las personas que lo advierten y elevan su voz para manifestar su oposición, aumentan progresivamente hasta provocar un cambio de tendencia en la opinión general.

La lógica está a la vista: si se mantiene vivo el "relato" en los medios con llegada masiva, o si se usan los canales institucionales en forma mucho más asidua, más personas optarán por el silencio de sus opiniones contrarias. Es allí donde puede graficarse un efecto de espiral. Pero si las opiniones contrarias comienzan a trascender el control institucional del gobierno y su anterior dominio sobre la opinión dominante, entonces es porque el espiral del silencio comienza a revertirse con un nuevo cambio de tendencia.

Atacar la espontaneidad -o no-, de una manifestación de repudio a funcionarios de Gobierno es sostener el "relato". Por ello, o por temor a que se conozca el "know how" de los cambios de opinión pública, se persigue y fustiga a quienes son abucheadores o potenciales abucheadores (pueden ser también periodistas o referentes sociales -cual nodos- que manifiesten una opinión abiertamente contraria al relato hegemónico).

El dilema que enfrenta el oficialismo es que, al hacerlo con mayor frecuencia, están demostrando una clara tendencia de cambio en la opinión pública. Por supuesto, contraria a sus intereses de permanencia en el poder. Habrán de ser la opinión minoritaria si no provocan un cambio del sentido del espiral nuevamente y que el mismo, los favorezca.

Así es cómo puede interpretarse la teoría de la comunicación, política, en este caso, en torno a las ideas de Elisabeth Noelle-Neumann y su teoría de "la Espiral del Silencio".

17 de diciembre de 2012

Teoría y práctica cristinista del "vamos por todo"

Por Beatriz Sarlo | Para LA NACION

Tanto se habla del "relato" que muchos aceptan que una narración todopoderosa sea la llave maestra del pensamiento K. Si por relato se quiere decir que Cristina Kirchner ha cambiado su propia historia personal, acercándose cada vez más al pasado que hoy le habría gustado vivir, en efecto, allí hay un relato embellecedor(militante setentista arriesgada, y no simplemente activista universitaria que se refugia en la Patagonia para reciclarse como abogada exitosa). Pero la eficacia de un discurso político no depende sólo, ni siempre, de una narración.

Es cierto que la política necesita de "ficciones", pero su discurso está muy lejos de agotarse en ellas. Hay más que relatos. Hay ideologías que no son reductibles a una secuencia de peripecias; hay conductas repetidas que se sostienen en discursos no narrativos.

Hay tradiciones e identidades, hay modos de pensar y de sentir: "formas de la mente", se las ha llamado. El relato es menos que todo esto; en realidad, el relato es posible porque todo esto lo organiza, le da una dirección, una moral, personajes. No al revés.

Un rasgo típicamente kirchnerista es la organización de los hechos según un esquema vertical de amigo-enemigo, donde el mal está definitivamente de un lado y el bien, el valor y la virtud, del otro. Amigo y enemigo pueden variar según los relatos que se utilicen para representarlos. Lo que no cambia es el eje del mal que los separa. Esta división clara y fácilmente comprensible es atribuida a la influencia de Ernesto Laclau y su teoría del populismo. Se simplifican demasiado las complejidades teóricas de Laclau. Sus textos no son guías para la práctica, sino interpretaciones.

Por eso, no me parece interesante demostrar que la Presidenta ha leído a Laclau, aunque haya recibido, según se deja trascender, su influencia intelectual. Los libros de Laclau demandan un entrenamiento en filosofía política y teoría psicoanalítica, de Schmitt a Lacan, parte baja. Los reportajes de Laclau, en cambio, son una versión sencilla de sus tesis principales, que no ponen a sus lectores en la obligación de entender una compleja teoría de la hegemonía. Los que siguen a Laclau por los medios (reportajes gráficos y en los canales públicos) pueden, más fácilmente, captar que la hegemonía consiste en que un sujeto o un interés particular se convierte, por la acción política, en representante universal. Justamente el sueño filosófico de Cristina: ella como nombre que sintetiza a todos y todas.

Quizás en fascinantes e hipotéticos diálogos entre la líder y su filósofo esto haya iluminado la matriz conceptual (preexistente) del cristinismo. Por otra parte, la intransigencia presidencial, su autocentramiento son anteriores a que el académico argentino radicado en Gran Bretaña se convirtiera en escritor faro de la teoría K. La Presidenta tiene una mentalidad política formada, como la de casi todo el mundo, con retazos que, además, se tejieron con su historia dentro del peronismo, sus experiencias de gobierno y las de su marido, y esa zona más difícil de definir, pero que pesa, digamos: un temperamento.

La Presidenta es una jacobina, a la medida, claro está, del teatro político local. Jefa de un gobierno sobre el cual caen muchas impugnaciones y sospechas, es una rara jacobina que prescinde de esa moral implacable, cuyo sostenimiento hizo que Robespierre recibiera el nombre de "el Incorruptible". Pero, como escribe Remo Bodei de los jacobinos franceses, está convencida de que gobierna en "circunstancias extraordinarias", provocadas por enemigos internos o externos, a las que, por lo tanto, corresponden "condiciones de excepción" en el ejercicio del poder. Para el jacobinismo las circunstancias son siempre extraordinarias, igual que para Cristina Kirchner. Los seguidores de la Presidenta, ese grupo de encandilados por la misión desmonopolizadora, ejercieron esta semana un jacobinismo a la medida de las posibilidades.

CARÁCTER ABSOLUTO

El "vamos por todo" tiene ecos jacobinos. Hay que detenerse en esa fórmula belicosa, que la Presidenta alienta. Quedará en la historia política junto con otras de igual carácter absoluto. No es simplemente una consigna. Quienes todo el tiempo analizan, justamente en los medios oficialistas, los discursos políticos opositores, no pueden, de buena fe, negarle su carácter amenazador. "Vamos por todo" dice lo que quiere decir, porque, además, no lo canta sólo la tribuna en un arrebato de entusiasmo. Allí están los planos de televisión donde la Presidenta la comunica, la pide, la celebra, la gesticula.

La historia argentina ha pasado por otros momentos del "vamos por todo": en 1955, cuando una alianza cívico-militar derrocó a Perón, también se fue por todo y vivimos 18 años de proscripciones, injusticias, golpes de Estado. La dictadura de 1976 también vino por todo; se pensó fundacional y, con esa certidumbre, también fue por miles de desaparecidos, muertos, presos y torturados. Nada une ideológicamente a la Presidenta con estos dos hechos malditos. Repito, por si no se entendió: nada une a la Presidenta con estos hechos. Sin embargo, cuando Cristina Kirchner se agita bajo el influjo del "vamos por todo", está pisando un territorio peligroso donde se excluye al otro.

Hay que tomar en serio el "vamos por todo". No es un relato, es una explícita declaración de intenciones. No es un subterfugio narrativo para engañar a partidarios ni a enemigos. Es algo que la Presidenta y sus lealesdesean y creen que puede obtenerse. Ir por todo implica no dejar nada a nadie: a los enemigos ni justicia. Así se cierra el círculo vicioso de la virtud jacobina en su versión criolla.

Pese a este temperamento político, ¿podría la Presidenta atenuar el rigor del "vamos por todo"? Cristina Kirchner no militó en la izquierda revolucionaria de los años setenta, una de cuyas fracciones, la pro China, leía a Mao Tse-tung. De allí viene uno de los más fieles escuderos de los Kirchner, que los acompañó en la larga marcha desde Santa Cruz hasta Buenos Aires: Carlos Zannini. También yo estuve en el maoísmo; lo aclaro antes de que alguien tenga que consultar mi carpeta en alguna parte.

Dos libros de Mao fueron sagrados en esos años: A propósito de la práctica y A propósito de la contradicción . Este último, sobre todo, publicado en 1937, se leía como un manual de acción política. Es un texto pensado para un gigantesco ejército y partido de origen básicamente campesino. Fue pedagogía de millones, y los maoístas occidentales lo venerábamos. En A propósito de la contradicción , Mao explicaba, como giro inédito de la dialéctica para convertirse en doctrina de multitudes, que, a fin de resolver correctamente un problema es necesario distinguir la presencia de dos tipos de contradicciones: la principal y las secundarias. El político (el partido) al diagnosticar la contradicción establece un campo enemigo y un campo propio, de amigos y, eventualmente, de posibles aliados. La contradicción principal debe regir todos sus movimientos. Si el político se equivoca en el señalamiento de la contradicción principal, su estrategia está destinada al fracaso. O sea que, pese a la simpleza del argumento, la ciencia del político es la de ese diagnóstico.

La Presidenta, durante todos estos años, parece moverse con la idea de una contradicción principal, que subordina todo lo demás. Esto fue bien evidente con la ley de medios audiovisuales. Pero, justamente (no se lo señaló Zannini, que quizá lo haya olvidado), pasó por alto todos los aspectos de esa contradicción y sobre todo se equivocó al convertir el enfrentamiento con Magnetto en su propia contradicción principal. Erró el diagnóstico, designó al Grupo Clarín como enemigo principal y subordinó todo lo demás a este enfrentamiento. Fue una especie de maoísta equivocada.

LA POLÍTICA COMO GUERRA

Es difícil no equivocarse si, a la trama hecha de complejidades superpuestas de la política actual, se la piensa en términos binarios, provengan de donde provengan. Hace muchos años, el dirigente e intelectual comunista italiano Pietro Ingrao discutió con los más doctos de la izquierda que leían a Carl Schmitt (una de las fuentes filosóficas de Laclau). Ingrao se oponía a una vulgata filosófica de Schmitt que identificaba política y guerra. Juan Carlos Portantiero me acercó entonces una intervención de Ingrao que llevaba como título "Contra la reducción de la política a guerra". Ingrao no responsabilizaba directamente a Schmitt de esa reducción fatal, sino que polemizaba con algunos de sus seguidores. Pensaba que éstos entendían la política "exclusivamente como dominación", cancelando las soluciones concertadas y la participación. Anulaban, de este modo, las fuentes de la legitimación política. En el fondo, Ingrao creía descubrir la amenaza de la fuerza. Si se concibe a la política sólo como enfrentamiento, se pasa por alto la articulación del poder en las sociedades del capitalismo avanzado. De este modo, se congela el conflicto y se obstaculiza el surgimiento de soluciones dinámicas, en evolución, porque todo se juega a una victoria final. Se tiene, finalmente, una idea estática de la hegemonía. Los planteos de Ingrao parecen hablar directamente al teatro político argentino y describir un modo de acción del cristinismo.

Cuando la Presidenta "va por todo" pisa el territorio del absoluto. Y el absoluto es siempre bélico, aun cuando las formas de la guerra no sean las de la violencia reaccionaria ni las viejas formas de la revolución. La agresividad de los discursos presidenciales no sería, entonces, sólo efecto de un temperamento político. Si un sujeto político "va por todo", ¿qué queda para otro sujeto que no forme parte de ese afortunado colectivo?

La reelección indefinida es necesaria para un "vamos por todo" extendido en el tiempo e irrevocable. Esto lo expresa claramente otra consigna K: "Cristina eterna", para la cual todavía no he encontrado una teoría diferente a la de las reelecciones indefinidas de otros países americanos y de las provincias argentinas. Habrá que consultar los manuales de filosofía política leídos por Alperovich.

CRISTINA DIXIT
Enfrentamientos en cadena nacional
En sus discursos, la Presidenta ha identificado con claridad a sus sucesivos antagonistas: el sindicalismo, los "medios hegemónicos", el Grupo Clarín y algunos periodistas, el FMI y los fondos buitres, las corporaciones y, en particular en los últimos tiempos, la Justicia, un reclamo impulsado por los ecos del 7-D.
  • "Cuando a algunos les fallan los fierros mediáticos intentan construir fierros judiciales para poder tumbar".
  • "Como Presidenta me comprometo a impulsar un proceso de democratización de la justicia"
  • "La cadena ilegal del desánimo y el temor tiene fecha de vencimiento: el 7 de diciembre"
  • "Me gustaría de corazón que todos los dirigentes, principalmente aquellos que dicen representar a los trabajadores, estuvieran preocupados por preservar y proteger las fuentes de trabajo"
  • "Mientras sea Presidenta se podrán quedar con la Fragata Libertad, pero ningún fondo buitre se va a quedar la soberanía y la dignidad de este país".
Fuente: La Nación

11 de diciembre de 2012

Basta de Mentiras XI. Friends Will Be Friends.


Era muy corriente que cenara con Néstor y su familia en Olivos. Un amigo de la causa que publicaba tapas beneficiosas para el buen gobierno de Él.
Incluso, en un acto de extrema generosidad, un 7D, pero en 2007, apenas unos 3 días antes de que asumiera su heredera "porunmandato", le firmó a su amigo Héctor Magnetto, la fusión de Multicanal y Cablevisión, consolidando el poder del monopolio del cable en la Argentina.
Hasta que las cosas cambiaron cuando la 125 de Tincho Lousteau apareció en escena.
Héctor mostró al Campo furioso. Él y ella (jugueteando con el bastón, como hasta ahora), no se lo perdonaron.

Friends will be friends...



22 de octubre de 2012

El 8N como bisagra en la construcción de ciudadanía




El comienzo de la Satyagraha argentina. El descontento manifiesto de una ciudadanía sin representación política cabal, demanda la sujeción al derecho constitucional, el respeto de las libertades individuales y colectivas, y la defensa de las instituciones democráticas. La accountability, o control horizontal, una deuda pendiente que comienza a aparecer como reclamo republicano. Lula y la sugerencia de la necesaria alternancia en el poder.

Por Pablo Olivera Da Silva* | 22.10.2012

Se acerca el 8N y todos los poderes ejecutivos de todos los niveles de gobierno del país comienzan a manifestar preocupación, sin lugar a dudas. No sólo el Poder Ejecutivo Nacional sino las gobernaciones y las intendencias donde ya se publican los lugares de convocatoria para la marcha de los indignados argentinos temen por los alcances de la misma y, más aún, las consecuencias que acarrea la instalación de una Satyagraha (revolución no violenta) argentina.

El 13S fue, para muchos, el inicio de esa Satyagraha que, en la construcción política del liderazgo de Mahatma Ghandi, primero en Sudáfrica y luego en su India natal, significó la posibilidad de que Martin Luther King y otros líderes revolucionarios pusieran en práctica su metodología con éxito diverso. Incluso Aldous Huxley en su ensayo “Ciencia, Libertad y Paz” pondera a la Satyagraha como la herramienta de cambio más importante creada por las sociedades humanas en contra de la tiranía y los desmanejos de las corporaciones políticas.

Cuando emerge un ejemplo paradigmático como el caso de los primeros piquetes en Mosconi y Tartagal que luego estudiara la socióloga Maristella Svampa, definiendo y delimitando un fenómeno social luego denominado “Movimiento Piquetero”, éste estaba a la vista aunque aún no se dimensionaba sus alcances. Luego de su revelación y puesta en funcionamiento como dispositivo de acción política, quedó identificado y reconocido como práctica cuasi legitimada por el momento histórico político argentino, a principios del siglo XXI.

Es por eso que la aparición de una metodología novedosa, sostenida sobre las bases tecnológicas de la sociedad de la información donde las redes sociales cumplen un rol central de difusión y exponenciación de las capacidades de distribución de la información, por fuera de los canales tradicionales, aparece como un fenómeno que requiere seguimiento e investigación.

La Satyagraha argentina promete reforzar sus características comunes con otro tipo de manifestaciones tales como las convocadas durante la Primavera Árabe o las que hoy se propagan por el colectivo indefinido “Anonymous”. Facebook y Twitter son las armas de difusión masiva y en pocos minutos alcanzan objetivos de comunicación que jamás había alcanzado ningún medio masivo de comunicación en su breve historia, partiendo de los comienzos de la televisión y la radio en el siglo pasado.

Asimismo, el carácter de independencia de todo actor político relevante hace que quienes deben intentar contrarrestar políticamente sus efectos no puedan definir al enemigo. La masa sin liderazgos salientes puede disolverse rápidamente pero la teoría parece no cuajar con la práctica de un fenómeno que comienza a cargarse de una mística potente capaz de poner en serios aprietos al poder.

Otro ataque que han ensayado los defensores del oficialismo es que los mensajes son difusos o amplios y más que un ataque es la impotencia de no poder restringir los argumentos por los cuales generar un contra discurso. Si sintetizamos las demandas que se ven reflejadas en pancartas o carteles caseros, podemos identificar consignas referidas a la defensa de las libertades individuales o colectivas, un duro castigo contra aquellos sospechados de corrupción desde el Estado, la defensa de la Constitución Nacional y las Instituciones de la democracia que sostienen la forma republicana de gobierno.

Aparece así un reclamo convergente, sin precisar la palabra técnica que Guillermo O'Donnell, politólogo argentino ya extinto, define con precisión: accountability horizontal.
La existencia de instituciones estatales que tienen autoridad legal y están fácticamente dispuestas y capacitadas para emprender acciones que van desde el control rutinario hasta sanciones penales o incluso impeachment, en relación con actos u omisiones de otros agentes o instituciones del estado que pueden, en principio o presuntamente, ser calificados como ilícitos.

Puede verse de forma variada, pero uniforme, en cuanto a contenido troncal, la identificación de los reclamos con una ciudadanía que pretende una continuidad democrática basada en la división de poderes, la alternancia en el poder, -justamente destacada en el 48º Coloquio de IDEA por el ex presidente brasileño Inácio Lula Da Silva- como forma de restringir el abuso de poder o desalentar la amenaza de prácticas autocráticas o incluso, la instalación de la semilla de la tiranía que encierra todo recuerdo de gobierno con raíces populistas, anclados en la exteriorización de un culto a una idea con iconografía religiosa y fanatismo político, destructor de todo debate dialógico.

La aparición de una clase media movilizada con una clara intención de compromiso ciudadano es lo que resalta de este fenómeno. Esa clase media que se mantenía al margen y sumida en la apatía cívica hoy parece despertar de su letargo clasista e impulsa una movilización que aún no puede ser dimensionar en su alcance y, lo más importante, en sus efectos políticos y duración e intensidad.

Será cuestión de tiempo ver si esa ciudadanía movilizada resiste y aprende cabalmente lo que significa la Satyagraha, o revolución no violenta. Si se involucra como actores cívicos de relevancia y adhieren a las manifestaciones de defensa democrática, creando redes, como las que emergieron en 2009 con una masiva participación en la fiscalización independiente y partidaria de las elecciones legislativas, las únicas que hasta hoy, ha perdido el kirchnerismo desde el ejercicio del poder.

* Politólogo.

7 de septiembre de 2012

7 de septiembre. Día del Montonero


Me entero que algunos "festejarán" el día del montonero. Aunque esta sociedad ya los ha repudiado a ellos y a la violencia asesina y psicopática de esas organizaciones terroristas, vale recordar que somos un Pueblo pacífico y ya durante su accionar criminal la gente les dio la espalda.

¿Cómo es posible que se sienta orgullo por el asesinato artero, la cobardía disfrazada de acción guerrillera, la traición, el terrorismo? ¿Cómo podría sentirse orgullo de dispararle en la nuca a un policía para robarle el arma? ¿Como podría reivindicarse la voladura de un edificio, la traición a la amistad, al compañerismo, a la confianza personal, con el objetivo de matar argentinos?

¿Cómo justificar el asesinato de una persona, en la puerta de su casa, saliendo a trabajar? ¿Cómo pueden justificar una bomba un comedor, en un bar? La muerte de bebés como objetivos políticos (el hijito de Raúl Kraiselburd) o como "daños colaterales" (el crimen de la nena del Capitán Viola) ¿Desde cuándo la cobardía de una bomba merece ser reivindicada?

¿En qué mentes enfermas, por una parte, e ignorantes, por otra, puede recordarse festivamente a una organización de cobardes que traicionaron hasta la confianza de su líder y las instituciones que el Pueblo argentino había elegido?

Creo que somos millones los que los repudiamos por lo que hicieron en el pasado y por lo que hacen en el presente, entrega del patrimonio nacional, represión a quienes protestan, la existencia de patotas paraestatales, el enriquecimiento, la esclavitud moderna de los planes sociales, el cercenamiento y las trabas al goce de libertades básicas como el comercio, la iniciativa privada, la adquisición de moneda, la libre circulación, el avasallamiento de la Justicia y las instituciones, la destrucción de nuestro estilo de vida, entre otras calamidades de estos tiempos.

Aunque sin representación política, la mayoría de los ciudadanos pacíficos de este país estamos hartos, pero apostamos a que finalmente la Verdad y la Justicia imperarán por sobre un relato falso, mentiroso y acomodado a su verdadero objetivo.

Por Guillermo Bertoldi.

29 de julio de 2012

Después de El y Ella, llega la Gran Cuñada.


Tiene portación de apellido y su parecido físico es notable: es Néstor con peluca. Mide bien en las encuestas, pero le falta metáfora, épica, anécdotas falsas o verdaderas que la transformen en un ser especial para el imaginario popular. Hoy es Néstor en Santa Cruz: tiene un pasado vinculado con la dictadura, fomenta el clientelismo como elemento indispensable para la construcción política, tiene un divorcio escandaloso y es víctima de algunos chismes de peluquería. Quienes le adjudican a Él, poderes de estampita y clarividencia sostienen que cuando nombró a Alicia en el Ministerio de Reparto estaba simplemente señalándole su destino: quien reparte es un Kirchner, recuérdenlo, como recordaron durante décadas a quien repartía máquinas de coser o bicicletas.
Al menos tres encuestadoras la ubican tercera en la proyección de su imagen positiva: tercera después de Scioli y Cristina, en ese orden . Para la Universidad de La Matanza alcanza Alicia un 41,7% de imagen positiva en la provincia de Buenos Aires, con una baja calificación negativa: 17,5%. En el mismo informe, sobre 1.753 casos encuestados entre junio y julio, se señala que la gestión está valorada incluso mejor que su imagen . La muestra encargada por el Gobierno a Doris Capurro, de Ibarómetro, tiene resultados similares.
Kirchner al fin, Alicia tuvo en estos días el último coletazo del escándalo por las tierras fiscales de El Calafate: adquirió el año pasado dos terrenos de 833 metros cuadrados cada uno por un total de 11.000 pesos, a $ 6,58 el metro cuadrado . El cuarto de manzana comprado por Alicia está en la zona del aeropuerto viejo, donde se proyecta instalar un circuito comercial en el que el metro cuadrado se cotiza entre 50 y 200 dólares . Fuentes de El Calafate confirmaron a este diario que Alicia, en verdad, había comprado los terrenos cuando Néstor, Cristina y la mitad más uno del kirchnerismo hicieron lo propio, pero recién los escrituró el año pasado. De haberlo hecho antes, su hija Natalia hubiera tenido que excusarse de investigar la causa de las tierras fiscales denunciada por Alvaro de Lamadrid en 2008. En el fondo, una formalidad, ya que Natalia -fiscal de El Calafate desde que el cargo fue creado- también se investigaba sí misma .
La fiscal Natalia Mercado -sobrina de Néstor y Cristina y una de las dos hijas de Alicia- vive en El Calafate junto a su esposo Patricio Pereyra Arandía (que figura junto a Romina Mercado como director de Hotesur SA, controlante de uno de los hoteles K) en una casa construida sobre un terreno fiscal que compró a un precio irrisorio en el barrio Las Plumas. Intuición o destino, las dos hijas de Alicia Kirchner y Bombón Mercado se vincularon con el poder judicial de la provincia : una de ellas, la fiscal; la otra, Romina de los Angeles, de 37 años, ex pareja del juez Santiago Lozada, que tuvo a su cargo varias causas contra el tío Néstor y cerró la investigación por la presunta malversación de fondos de Santa Cruz en el exterior. Romina también forma parte del directorio del Hotel Alto Calafate y tiene un departamento en Puerto Madero a una cuadra de la torre donde nunca se cruzaron Boudou y Vanberbroele . No está mal para una empleada del Banco Nación de Río Gallegos.

“Mercado fue el tipo que le tira los primeros trabajos a Néstor y a Cristina cuando volvieron a Santa Cruz en la época de la dictadura”, comenta a Clarín Carpincho Varela, periodista del diario catamarqueño El Ancasti. 

 En esos años Néstor trabajaba como abogado inmobiliario y Mercado, desde la conducción del SUPE (Sindicato Unico de Petroleros del Estado) comenzó a acercarle clientes. 

“Diego Ibáñez, del SUPE, y Domingo Petracca, titular del Sindicato de Cementerios, le pagaron la candidatura a Néstor para la intendencia en Santa Cruz, con Bombón como intermediario” , recuerdan fuentes políticas locales.

Lo rajaron de Santa Cruz cuando se separó de Alicia” , afirman en Río Gallegos. 

Bombón tenía un cabaret y Alicia una boutique . Un día vistió a la pibas y las puso de maniquíes en la vidriera de la mujer. Se pudrió todo. Después del papelón aquel cerraron el negocio. 

El día de la transformación de los maniquíes en chicas de vida breve, alegre y disipada es parte de la historia mítica de la provincia . El exilio catamarqueño de Bombón fue parcial: allí descubrió a Lucía Corpacci -actual mujer de su sobrino, Angel Mercado, ministro de Producción- que fue diputada, senadora nacional, vicegobernadora y ahora gobernadora de la provincia de Catamarca, un comodín K para todos los puestos. 

Aquellos años se transformaron en el currículum de Alicia en un error de tipeo: “Subsecretaria de Acción Social de la provincia de Santa Cruz. 

1. en 1983. 2. en 1975 ” (sic) dice, dando a entender, en Reposo style , que fueron dos etapas diferentes. Alicia fue funcionaria de la dictadura, ocupando la Subsecretaria de Acción Social entre 1975 y 1983 con rango de viceministro . Comenzó su carrera con López Rega y renunció después de Malvinas. Entonces se repartía mercadería en los Falcon verdes bajo la conducción de un ministro con rango de coronel. 

Elvio Macchia fue la última pareja de Alicia y murió en octubre de 2010 luego de una operación programada. Cristina no asistió ni al velorio ni al entierro. Elvio era abogado y asesor de Alicia, y vivía en San Pedro. 

Según el diario Libre , Alicia también estuvo vinculada sentimentalmente con Sergio Berni , que fue director de Asistencia Crítica y subsecretario de Abordaje Territorial en el Ministerio de Reparto, y es actualmente segundo de Nilda Garré. Este ex militar, elogiado asiduamente por el ministro sin cartera Horacio Verbitsky, le ofreció “dibujar” el mecanismo para conseguir planes sociales a un prófugo de la Justicia . Según publicó en este diario Omar Lavieri en 2010, la SIDE escuchó esa conversación porque buscaba desde 2009 a Manuel Roberto Martino, jefe del Frente de Acción Revolucionaria (FAR), el grupo que había atacado a los asistentes al acto del 61° aniversario de la creación del Estado de Israel . Martino estaba prófugo y llamó a Berni desde el celular de su pareja. Necesitaba fondos para solucionar un problema con un galpón donde funcionaba una cooperativa de confección de guardapolvos del FAR. 

“Negocien el precio -le dijo Berni-. 

Suponete que nosotros podamos conseguir 30 o 40 lucas, que lo hagamos vía algún proyecto… y veamos de qué proyecto podemos sacar 40 o 50 lucas más… tenemos que poner imaginación, fantasía, dibujar y vos sabés… a mí poner 50 o 100 mil pesos no me mueve el amperímetro , es lo mismo, ¿entendés? El tema es generar el mecanismo para conseguir la plata” .

Después de aquello Berni fue ascendido, y la causa vegeta en el juzgado de Sergio Torres.

La otra relación que el diario Libre le adjudicó a Alicia también tuvo sus problemas legales: Carlos Castagneto, ex jugador de fútbol, es su mano derecha en el Ministerio de Reparto y fue denunciado en 2005 por el entonces diputado Jorge Rivas ante la Justicia junto a Marcela Paola Vessvessian por una maniobra de compra de votos para las legislativas de ese año y para las elecciones a intendente de La Plata en 2007, donde Castagneto fue candidato: compra de votos a través de entregas de reproductores de DVD, lavarropas, heladeras, chapas y colchones. 

“La están sacando mucho al conurbano” , dijo a este diario un ex funcionario K. 

Las denuncias de clientelismo se multiplican con sus apariciones. La política del lavarropas es, también, de premios y castigos : Barrios de Pie vio cómo 30.000 planes sociales se disolvían en las aguas de la crítica. Mientras tanto, Alicia crece . Tiene entre sus manos el método más viejo de la política. Y sabe usarlo. 


Investigación: JL/María Eugenia Duffard/ Amelia Cole 
Por Jorge Lanata para clarin.com.

15 de julio de 2012

La muñeca y el gordo.

Una lucha política entre el poder político hegemónico y los medios de comunicación, que tiene como protagonistas a la Presidente de la Nación y a su, hoy más visible, enemigo vital para su estrategia de comunicación política: Jorge Lanata. 




La arena política argentina, que se distribuye oficialmente entre escenarios institucionales como el Congreso, la Casa Rosada, -incluso monumentos patrios como la Casa de Tucumán, en el pasado 9 de Julio-, en cadenas nacionales tan frecuentes como el informe del clima, o en actos de militancia con puestas en escena dignas de un mega recital de rock, está siendo marco de una concentración intensa de una postura política que resulta hegemónica a la vista de su capacidad de comunicación y control del discurso (o relato) político.

La Presidente se erige como principal oradora en todo acto de agenda o, en su defecto, inauguración o ceremonia creada con la intención de poder continuar con una presencia casi diaria en los medios masivos de comunicación que están obligados a hacerse eco de la cadena nacional. Y cuenta el relato que le sirve a su conducción política apelando a la permanente idea maniquea de verdugos y salvadores de la Patria, en un contexto mundial donde el mundo se derrumba, en un marco donde la Globalización desnuda sus más viles intenciones junto a la timba financiera mundial. 

Lo verdaderamente preocupante ocurre en los actos patrios, conmemorativos de fechas importantes para la Nación, los cuales son desnaturalizados en su significado primigenio y resignificados en clave oficialista dejando bien en claro que la comunicación política del kirchnerismo es, fundamentalmente, sostener un relato único y ensordecedor de cualquier otro tipo de reivindicación histórica. La política partidaria oficialista se ve claramente en cada acto al que acude la Primera Mandataria y convierte a cualquier pronunciamiento o evocación histórica en un evidente acto de campaña política donde no existe la igualdad en el juego político del sistema de partidos. 

El oficialismo está suprimiendo de la escena política el debate e incluso, minimizando el impacto que puedan tener los discursos contradictorios emanados de cualquier otro actor político legitimado, ya sean políticos pronunciándose en sus propias arenas legítimas (Congreso Nacional, sedes partidarias, programas de opinión política en los medios de comunicación, etc.), o a periodistas como Jorge Lanata al que no hacen otra cosa que ponerle una marcación personal hombre a hombre, en cada lugar al que acude para desarrollar su labor periodística de investigación. 

El kirchnerismo tiene entre sus características más salientes de su habitus, la necesidad de confrontar y definir enemigos a quienes dirigir sus cañones y fusilarlos, comunicacionalmente hablando, claro está. Lanata, el Grupo Clarín, Magnetto, etc., son ejemplos de sus definidos archivillanos a quienes procuran estigmatizar permanentemente para refutar la instauración de cualquier debate político constructivo o aún peor, la evidente ausencia de la Justicia en la investigación de presuntos actos de corrupción y estafa pública.

Incluso van más allá en la aniquilación de las posibilidades de expresión de esa oposición que hoy ejerce con intensidad un personaje tan controvertido como el periodista Jorge Lanata. Mueven sus contactos en las provincias para evitar su difusión, mandando, por ejemplo, a la AFIP a perseguir a quienes den ayuda a la producción del programa, e incluso los siguen a sol y a sombra vaya donde sea que vayan. Ya pasó en Calafate, ya pasó en San Miguel de Tucumán. 

Ante esta realidad de censura (escondida bajo la figura de “cupos”) confirmada en algunas provincias como Tucumán, Catamarca, La Rioja, Entre Ríos, Santa Fe, entre otras, y más allá de demostrar una evidente preocupación de la Corporación Política por el periodismo de investigación, se genera una sensación de rechazo generalizado en la opinión pública que no hace más que perjudicar al oficialismo y engrandecer el mito de un programa como Periodismo para Todos, de Jorge Lanata que se emite por Canal 13 los domingos a las 23 horas. Que a su vez, tracciona sus investigaciones a las tapas de los diarios críticos (o enemigos) del oficialismo, del día lunes y continúan satelitando en los diversos medios a lo largo de toda la semana. 

Si hacemos un recorrido por cada uno de los programas que emitió Jorge Lanata, podemos comprobar el poder de daño que tiene su periodismo de investigación, tan ausente hasta la fecha:
  • Contó la realidad y las contradicciones entre la Presidente, Esquenazi e YPF. El pescado podrido que vende el gobierno acerca de cómo fue la maniobra para definir su estatización parcial.
  • Sacó a la luz información de la causa Boudou-Ciccone, recordemos al jubilado de Longchamps, “apoderado” de The Old Fund, empresa que controla a Ciccone Calcográfica con fondos provenientes de un paraíso fiscal y que todavía no le ha respondido a la Justicia acerca de quiénes son sus dueños. No nos olvidemos tampoco de Puerto Madero, refugio “Nacional y Popular” de la nueva dirigencia cristinista.
  • Puso en evidencia las inconsistencias y mentiras de Daniel Reposo, candidato a la Procuración General de Nación, es decir Fiscal (defensor) del Estado, quien de imparcial no tiene absolutamente nada y que difícilmente pueda seguir al frente de la SIGEN como lo hace hoy en día.
  • Mostró varias mentiras que surgieron del viaje de “intercambio” a Angola, recordemos el baile de la Presidente aleteando cual pollo, las cosechadoras NO vendidas, el empresario familiar de La Salada, Moreno pasándole letra a Cristina, vimos la realidad de una tiranía que se mantiene en el poder desde 1979, las pobres excusas de Timmerman y la negativa a recibir a los representantes de las organizaciones de Derechos Humanos en Angola.
  • Sacó a la luz las maniobras realizadas por cyberactivistas que “roban la identidad” de cientos de personas para actuar en la red Twitter a favor del gobierno, imponiendo TTs (trending topics) o atacando a opositores de forma furibunda.
  • Fue a Calafate y mostró la enorme concentración de poder y dinero que ostentan los amigos y familiares del poder kirchnerista, los terrenos fiscales que pasaron a manos oficialistas, los familiares en la Justica que no juzgan ni castigan, la presión contra aquellos que osan contrariar dicho poder, la censura y hasta el uso de “derecho de admisión” para negarle el hospedaje ya pago en un hotel de los Kirchner.
  • En otro programa trajo a la pantalla el testimonio de dos sobrevivientes de la tragedia de Once, viajando en el Sarmiento. Mostrando las mentiras y negociados, con los relatos de los empleados de los talleres, maquinistas, etc., de una trama política demasiado incómoda para el oficialismo y sus laderos Jaime, Schiavi, De Vido, Cirigliano y compañía.
  • El casting que les acercan los intendentes para los actos de la Presidente, recordemos al minero Dominguez, a la concejala Rognoni, al tambero “concejal” Iribarren, a la tucumana “auditora” Martínez, todos militantes rentados haciendo de extras y reproduciendo un discurso armado a favor de un relato que convence cada vez a menos gente. No nos olvidemos de Salustriana, a quien Lanata visitó y tuvo la oportunidad de decirle a la Presidente que no la escuchó y ni siquiera registró sus palabras.
  • Fue a Tierra del Fuego y mostró las mentiras de la industria nacional. Todo viene de China, excepto el telgopor. Una increíble manipulación del discurso a favor de una precarización de la industria nacional. Imperdible el primer Blackberry “Nacional y Popular”. Síntesis de la investigación: la producción protegida de Tierra del Fuego nos cuesta u$s 100.000 por empleado por año. Insostenible para una industria competitiva global o local. En ese mismo programa mostró como el propio oficialismo propicia la violencia contra los periodistas y ciudadanos que osan advertir las contradicciones del relato K.
  • Volvió a Santa Cruz y demostró la gravísima situación de corrupción enquistada en el poder, en manos del Gobernador Peralta, amigo personal de los Kirchner. Una investigación de nueve meses mostrando mansiones dignas de Hollywood cuyos dueños jamás trabajaron en otro lado que no fuera la administración pública provincial. También fue seguido durante toda la investigación por autos y personal vinculado con el poder K. Todo un parto para Santa Cruz, y sin embargo, el Hospital de Río Gallegos no está en condiciones para atender siquiera a Máximo Kirchner, quien debió ser trasladado en el Tango 01 para ser atendido de urgencia en el Hospital Austral en Pilar, provincia de Buenos Aires.
  • Trajo una investigación que la Justicia deberá obligadamente continuar acerca de la “AeroCámpora”, o los restos de lo que fue Aerolíneas Argentinas. El desmanejo, el abandono y el gasto irracional e irresponsable de las aeronaves es inadmisible. Recalde y Kiciloff deberán responder ante la Justicia por ello, cuando menos. En el mismo programa desnudó la realidad de los expulsados “no” militantes de La Cámpora, aquellos discriminados por no acceder a dejar el diezmo o militar en la agrupación K.
  • Se metió en los comedores de la agrupación Barrios de Pie en Laferrere, a quienes Alicia Kirchner le retiró los fondos y alimentos, y mostró la grave desnutrición de niños y niñas del conurbano. Inadmisible para una Argentina con 9 años de crecimiento ininterrumpido a tasas chinas y una producción de alimentos anual para cubrir las necesidades de 300.000.000 de personas.
  • Fue a Tucumán y desnudó la corrupción del clan Alperovich-Rojkés, la desnutrición pavorosa de los niños tucumanos cuyo futuro está condenado por la falta de nutrientes en la temprana edad, igual que en Laferrere. También los siguieron, incluso persiguieron con la AFIP a quienes recibieron a Lanata y a su producción. Dato de color: Alperovich derogó la Ley de Ética Pública por lo que puede ser robando y poniendo a sus familiares en el poder sin problemas.
  • En el programa del domingo pasado, se ocupó de la inflación, el gran problema nacional que es negado sistemáticamente por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Cifras alarmantes y hasta un índice (Índice Barrial de Precios) relevado por el Movimiento Barrios de Pie que se despliega únicamente en barrios humildes.

Resulta interesante seguir el desarrollo de esta batalla que parece ir escalando gravemente y cuyas consecuencias no parecen dejar muy bien parados al oficialismo y sus pretensiones de mantener un discurso único, en boca de la Presidente. Basta con ver cómo se ridiculiza la simbología kirchnerista en el programa PPT para comprender cómo la sacralización de la figura del ex-presidente Néstor Kirchner, va camino al ridículo, no sin reconocerle méritos al propio oficialismo, al presentar en cadena nacional y en la Casa Rosada a los muñecos de Él (con alitas) y de Ella, “sin escoba” como reconoció la Primera Mandataria en su alter ego. Disponibles en el Museo del Bicentenario para todos y todas. 

Para ver todos los programas de Lanata a la fecha, seguir el link: 

4 de julio de 2012

La Ley de Glaciares entra en vigencia

A dos años de su sanción, la Corte revocó las medidas cautelares que favorecían a minera que contaminaba. Duro traspié para Gioja.

La ley fue aprobada por el Congreso en septiembre de 2010, pero estaba frenada. | Foto: DyN 

Casi dos años después de haber sido aprobaba por el Congreso de la Nación, finalmente la Ley de Glaciares -que protege los reservorios de agua y limita la actividad minera a cielo abierto, considerada contaminante-, fue puesta en vigencia hoy por Corte Suprema de Justicia, al dejar sin efecto medidas cautelares que frenaban su aplicación.

El máximo tribunal dejó sin efecto medidas cautelares dictadas por la Justicia de San Juan (con el aval del gobernador José Luis Gioja), y despejó el camino para que se realice un inventario de los glaciares en todo el país.

Las medidas cautelares ahora revocadas habían sido pedidas por las empresas mineras Barrick Exploraciones Argentina SA y Exploraciones Mineras Argentinas SA, así como por el sindicato Asociación Obrera Minera Argentina, sobre el polémico emprendimiento de "Pascua Lama". Un reclamo que el propio gobernador Gioja había salido a avalar, por lo que esta medida es un traspié importante para el mandatario kirchnerista.

La Corte cuestionó al juzgado federal de San Juan al sostener que no se advierte cuáles son los "efectos irreparables" en los intereses de las empresas que advirtió el juez para suspender la aplicación de un régimen jurídico que busca preservar a los glaciares y al ambiente periglacial, como reserva estratégica de recursos hídricos para el consumo humano, para la agricultura y como proveedores de agua para recarga de cuencas hidrográficas, informó DyN.

El fallo, firmado por los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt, Santiago Petracchi y Juan Carlos Maqueda, consideró que la cautelar del juzgado de San Juan "no aparece como un remedio proporcionado a la naturaleza y relevancia de la hipotética ilegitimidad que se denuncia".

"Ello es así, no sólo por la falta de adecuación entre la violación constitucional alegada y las consecuencias de la medida dispuesta, sino también porque, en la tarea de ponderación, el juez debió haber tenido en cuenta que una cautelar que suspende la vigencia de la parte esencial de la ley 26.639 tiene una significativa incidencia sobre el principio constitucional de división de poderes", añadió.

También cuestionó al juzgado sanjuanino al resolver que la cuestión "debió ser evaluada con criterios especialmente estrictos que no parecen haber sido considerados".

Fuente: Perfil.com

16 de junio de 2012

El imperio del Yo.

Beatriz Sarlo / Foto: Cedoc
En una situación cuyo parte médico no indica una gravedad obnubilante, a Máximo Kirchner lo fue a buscar a Santa Cruz, y lo trajo a Buenos Aires, el avión presidencial, que también lleva a Florencia de aquí para allá. Si hiciera falta una prueba que uniera a Cristina Kirchner como persona privada, madre de dos hijos, con la presidenta de la República, no habría que buscar más lejos.

Cristina Kirchner ha fusionado su vida y el poder. Esta es la explicación menos psicológica, y más política, de las intercalaciones autobiográficas con que acostumbra poner notas de color en sus discursos presidenciales, transmitidos por cadena nacional. Está convencida de que todo lo que le concierne es materia de Estado.

Hay otros ejemplos: el valor "histórico" que adjudica a todas sus iniciativas, de la escala que sean, desde las medidas inesperadas atribuidas a la coherencia de un proyecto hasta las reformas caprichosas que han transformado la Casa Rosada en una sucesión de espacios alusivos, omitiendo (que se sepa) la opinión de expertos en edificios de estilo.

Nadie podría reprocharle que dejara su marca en uno de los salones, como suelen hacer los presidentes norteamericanos. Pero de allí a la actual galería temática bajo techo hay una distancia. Ha transformado la Casa de Gobierno (de la que sólo es un huésped temporario) en el territorio de sus efímeras ocurrencias decorativas. En este rubro, no imita a los monarcas absolutos ni a presidentes, como el brasileño Kubitschek, que entregó la construcción de Brasilia a Niemeyer. No tuvo la precaución de rodearse de grandes conocedores. La seguridad sobre la importancia de todos sus pensamientos proviene de no reconocer el carácter temporario de su poder.

Vayamos a un aspecto más de fondo. La sucesión presidencial es siempre un problema, no sólo en Argentina. Pero Cristina Kirchner lo ha convertido en el pivote que ordena las obsesiones propias y ajenas. A su alrededor no crece el pasto, donde pisa no se vuelve a pisar, nadie puede tomar agua de su jagüel. Procura debilitar todas las posibilidades de quien tenga la osadía de plantearse como sucesor. Al no existir, en los hechos, el Partido Justicialista, la tarea, hasta ahora, es sencilla. Cristina Kirchner no permitirá que nadie levante medio metro del piso. Ni amigos ni aliados. El poder reside exclusivamente en su cuerpo. Está convencida de que por allí pasan las fuerzas que son el núcleo mismo del Estado, del Gobierno y de la Nación.

No es asombroso que una mujer con estas creencias cultive una enmarañada afición por la autobiografía. Lo que a ella le sucede o le ha sucedido es lo que sucede con el Estado. "Yo pienso, yo siempre pensé, yo digo, a mí se me ocurrió." De la épica colectiva nestorista se ha pasado al drama lírico. No es poco cambio.

Uno de los fundadores de la socialdemocracia, Victor Adler, escribió que el imperio austro-húngaro ejercía una especie de centralismo desordenado. La fórmula parece adecuada para el gobierno argentino. El "centralismo desordenado" a la criolla, donde todos los funcionarios se cuidan de abrir la boca sin tener direcciones precisas de la Presidenta, y, cuando se equivocan, se corrigen después de un llamado de teléfono. La comunicación es radial. Tal orden cerrado conduce a un "autocentramiento desordenado". En este cáotico invernadero, regado por el afán de hacer carrera, la obsecuencia o el miedo, crece la flor de la primera persona.

Si alguien cuenta un episodio de su vida, o pone su corazón al desnudo, es difícil hacer la pregunta más elemental: ¿y esto qué tiene que ver?, ¿a qué viene? Pequeñas anécdotas ilustrativas: "El me dijo tal cosa" o "Yo siempre le decía a El", prueban retrospectivamente de qué manera Néstor y Cristina eran sabios sin saberlo. No tiene mucho sentido pedir a las intercalaciones biográficas una incomprobable verdad. Son miniaturas personales que incluyen a hijos, esposo, infancia, adolescencia, juventud, de las que cualquiera de nosotros puede decir cualquier cosa y cuya verdad vale poco. Algunos episodios suenan muy verosímiles, otros tienen el aire de haber sido construidos para darle un toque pintoresco al discurso o llenar vacíos. Todos se apoyan en la creencia cristinista de que, desde el comienzo, tuvo una vida que, sin que ella misma lo supiera (como lo dijo alguna vez), iba a llevarla a la presidencia.

Tampoco tiene mucho sentido comprobar la verdad sociológica de las anécdotas acontecidas en el presente ni de los interlocutores de origen popular con quienes la Presidenta habla por teleconferencia. Ultimamente se dice que están preparados, que les hacen un coaching espiritual o se los elige en una especie de casting. Suena sensato. Son parte de un cuadro donde se mezclan necesidades reales y obsecuencias innecesarias. A Cristina Fernández le gusta usar la cadena nacional para mostrarse como cabecera y como puente (un milagro de la ingeniería).

Cuando Néstor Kirchner se refería al pasado lo hacía, por lo general, en tercera persona (ellos, los que lucharon, los que dieron su vida, los que nos señalaron un camino) o en primera persona del plural (nosotros los representamos a ellos hoy, hemos llegado al gobierno para hacer justicia a sus luchas). La Presidenta ha introducido una innovación llamativa: la primera persona del singular, como garantía de lo verdadero y lo justo. Por eso le resulta tan sencillo dar directivas, órdenes, retos humillantes, en todos sus discursos. Ningún político argentino, desde Sarmiento, ha utilizado la primera persona autobiográfica de modo tan exuberante y sin miramientos de cortesía. En realidad, sólo otro, o más bien otra: Elisa Carrió, que no se parece en nada a la Presidenta, pero que usa la primera persona con igual desparpajo.

Ese profundo autoconvencimiento de la trascendencia excepcional de su persona sintoniza perfectamente con un clima de época que ha girado hacia la subjetividad. La cultura del Yo caracteriza también al arte contemporáneo. La dimensión autobiográfica no necesita de validación: vale porque pertenece a un sujeto. La primera persona del singular está por todas partes y es aceptada como razón suficiente de lo que se afirma. Desde Freud, el siglo XX había aprendido a desconfiar de esa inmediatez "sincera" de la primera persona. Las últimas décadas, han dado una vuelta en ese camino. Alejados de Freud, volvimos a creer, contra toda evidencia, que el Yo siempre sabe de qué está hablando.

La Presidenta es una manifestación egregia de esta subjetividad que ha plantado bien altas sus banderas. No haré ninguna caracterización psicológica porque, precisamente, quisiera evitar ese giro subjetivo. Los adjetivos sobran porque todos los conocemos. El peor de ellos es ególatra.

Voy por otro lado. La Presidenta ha dado muestras de pensar que sólo ella conoce el camino que debe recorrer este país. Cuando Moyano afirma que sería bueno que, alguna vez, un obrero fuera presidente de la Argentina, Cristina Fernández le responde: "Yo también trabajé desde muy chica". En lugar de responder que el sindicalismo de la CGT no se parece demasiado al de Lula, contesta con el argumento de su propia vida. Todo lo que se le diga encontrará invariablemente esta coartada biográfica, el muro del personalismo.

No es raro, entonces, que una de sus frases recientes la haya iluminado de modo tan implacable. En el Día del Periodista dijo: "No doy conferencias de prensa porque no voy a declarar en mi contra". Paren a los psicoanalistas porque acá hay sustancia como para un torneo mundial de interpretaciones.

Démosle una vuelta a la frase. La Presidenta ha diagnosticado que el discurso es un arma que sólo debe utilizarse en condiciones de extremo control: palco y un solo micrófono. La autobiografía, los hechos y dichos de la vida de Cristina Fernández son un tesoro de la retórica que hay que proteger para que las efusiones y recuerdos no puedan ser heridos por una pregunta que introduzca el desorden. Por ejemplo: ¿cómo se conmemoraba en Río Gallegos, siendo Kirchner gobernador, el aniversario del 24 de marzo? Hablemos de los setenta, pero no de nuestro "Yo" en los ochenta y noventa. No voy a declarar en mi contra, es un principio leguleyo para alguien que, como la Presidenta, aprovecha tanto el giro subjetivo de la política.

No responde preguntas sencillamente porque implicaría ponerse, un instante, en la perspectiva del que interroga. Experta en monodiscurso, la Presidenta está convencida de que debe hablar siempre desde una perspectiva única. Como sabe que vivimos en una cultura que ama la biografía, ofrece versiones de su propia vida, como si un episodio juvenil o un sentimiento experimentado al azar, la anécdota banal, igual a todas, en la crianza de un hijo o la visita a una provincia, fueran el armazón defensivo de un centralismo desordenado cuya estabilidad sólo puede garantizarla la Unidad Presidencial. Si dejara la primera persona, entraría el plural nosotros. Y nosotros ¿quiénes somos? La respuesta no se encuentra únicamente en el jardín de la subjetividad autobiográfica.

Por Beatriz Sarlo para La Nación.

7 de febrero de 2012

“Ahora nuestras democracias tienen al enemigo dentro”

Por Szvetan Todorov*


"Un viaje a Argentina." y demás yerbas....:


"Una sociedad necesita conocer la Historia, no solo tener memoria. En el caso argentino, un terrorismo revolucionario precedió al terrorismo de Estado de los militares, y no se puede comprender el uno sin el otro."

La comprensión histórica. Pues una sociedad necesita conocer la Historia, no solamente tener memoria. La memoria colectiva es subjetiva: refleja las vivencias de uno de los grupos constitutivos de la sociedad; por eso puede ser utilizada por ese grupo como un medio para adquirir o reforzar una posición política. Por su parte, la Historia no se hace con un objetivo político (o si no, es una mala Historia), sino con la verdad y la justicia como únicos imperativos.

En noviembre de 2010, fui por primera vez a Buenos Aires, donde permanecí una semana. Mis impresiones del país son forzosamente superficiales. Aun así, voy a arriesgarme a transcribirlas aquí, pues sé que, a veces, al contemplar un paisaje desde lejos, divisamos cosas que a los habitantes del lugar se les escapan: es el privilegio efímero del visitante extranjero.

He escrito en varias ocasiones sobre las cuestiones que suscita la memoria de acontecimientos públicos traumatizantes: II Guerra Mundial, regímenes totalitarios, campos de concentración... Esta es sin duda la razón por la que me invitaron a visitar varios lugares vinculados a la historia reciente de Argentina. Así pues, estuve en la ESMA (Escuela Mecánica de la Armada), un cuartel que, durante los años de la última dictadura militar (1976-1983), fue transformado en centro de detención y tortura. Alrededor de 5.000 personas pasaron por este lugar, el más importante en su género, pero no el único: el número total de víctimas no se conoce con precisión, pero se estima en unas 30.000. También fui al Parque de la Memoria, a orillas del Río de la Plata, donde se ha erigido una larga estela destinada a portar los nombres de todas las víctimas de la represión (unas 10.000, por ahora). La estela representa una enorme herida que nunca se cierra.

El término "terrorismo de Estado", empleado para designar el proceso que conmemoran estos lugares, es muy apropiado. Las personas detenidas eran maltratadas en ausencia de todo marco legal. Primero, las sometían a unas torturas destinadas a arrancarles informaciones que permitieran otros arrestos. A los detenidos, les colocaban un capuchón en la cabeza para impedirles ver y oír; o, por el contrario, los mantenían en una sala con una luz cegadora y una música ensordecedora. Luego, eran ejecutados sin juicio: a menudo narcotizados y arrojados al río desde un helicóptero; así es como se convertían en "desaparecidos". Un crimen específico de la dictadura argentina fue el robo de niños: las mujeres embarazadas detenidas eran custodiadas hasta que nacían sus hijos; luego, sufrían la misma suerte que el resto de los presos. En cuanto a los niños, eran entregados en adopción a las familias de los militares o a las de sus amigos. El drama de estos niños, hoy adultos, cuyos padres adoptivos son indirectamente responsables de la muerte de sus padres biológicos, es particularmente conmovedor.

En el Catálogo institucional del parque de la Memoria, publicado hace algunos meses, se puede leer: "Indudablemente, hoy la Argentina es un país ejemplar en relación con la búsqueda de la Memoria, Verdad y Justicia". Pese a la emoción experimentada ante las huellas de la violencia pasada, no consigo suscribir esta afirmación.

En ninguno de los dos lugares que visité vi el menor signo que remitiese al contexto en el cual, en 1976, se instauró la dictadura, ni a lo que la precedió y la siguió. Ahora bien, como todos sabemos, el periodo 1973-1976 fue el de las tensiones extremas que condujeron al país al borde de la guerra civil. Los Montoneros y otros grupos de extrema izquierda organizaban asesinatos de personalidades políticas y militares, que a veces incluían a toda su familia, tomaban rehenes con el fin de obtener un rescate, volaban edificios públicos y atracaban bancos. Tras la instauración de la dictadura, obedeciendo a sus dirigentes, a menudo refugiados en el extranjero, esos mismos grupúsculos pasaron a la clandestinidad y continuaron la lucha armada. Tampoco se puede silenciar la ideología que inspiraba a esta guerrilla de extrema izquierda y al régimen que tanto anhelaba.

Como fue vencida y eliminada, no se pueden calibrar las consecuencias que hubiera tenido su victoria. Pero, a título de comparación, podemos recordar que, más o menos en el mismo momento (entre 1975 y 1979), una guerrilla de extrema izquierda se hizo con el poder en Camboya. El genocidio que desencadenó causó la muerte de alrededor de un millón y medio de personas, el 25% de la población del país. Las víctimas de la represión del terrorismo de Estado en Argentina, demasiado numerosas, representan el 0,01% de la población.

Claro está que no se puede asimilar a las víctimas reales con las víctimas potenciales. Tampoco estoy sugiriendo que la violencia de la guerrilla sea equiparable a la de la dictadura. No solo las cifras son, una vez más, desproporcionadas, sino que además los crímenes de la dictadura son particularmente graves por el hecho de ser promovidos por el aparato del Estado, garante teórico de la legalidad. No solo destruyen las vidas de los individuos, sino las mismas bases de la vida común. Sin embargo, no deja de ser cierto que un terrorismo revolucionario precedió y convivió al principio con el terrorismo de Estado, y que no se puede comprender el uno sin el otro.

En su introducción, el Catálogo del parque de la Memoria define así la ambición de este lugar: "Solo de esta manera se puede realmente entender la tragedia de hombres y mujeres y el papel que cada uno tuvo en la historia". Pero no se puede comprender el destino de esas personas sin saber por qué ideal combatían ni de qué medios se servían. El visitante ignora todo lo relativo a su vida anterior a la detención: han sido reducidas al papel de víctimas meramente pasivas que nunca tuvieron voluntad propia ni llevaron a cabo ningún acto. Se nos ofrece la oportunidad de compararlas, no de comprenderlas. Sin embargo, su tragedia va más allá de la derrota y la muerte: luchaban en nombre de una ideología que, si hubiera salido victoriosa, probablemente habría provocado tantas víctimas, si no más, como sus enemigos. En todo caso, en su mayoría, eran combatientes que sabían que asumían ciertos riesgos.

La manera de presentar el pasado en estos lugares seguramente ilustra la memoria de uno de los actores del drama, el grupo de los reprimidos; pero no se puede decir que defienda eficazmente la Verdad, ya que omite parcelas enteras de la Historia. En cuanto a la Justicia, si entendemos por tal un juicio que no se limita a los tribunales, sino que atañe a nuestras vidas, sigue siendo imperfecta: el juicio equitativo es aquel que tiene en cuenta el contexto en el que se produce un acontecimiento, sus antecedentes y sus consecuencias. En este caso, la represión ejercida por la dictadura se nos presenta aislada del resto. La cuestión que me preocupa no tiene que ver con la evaluación de las dos ideologías que se enfrentaron y siguen teniendo sus partidarios; es la de la comprensión histórica. Pues una sociedad necesita conocer la Historia, no solamente tener memoria. La memoria colectiva es subjetiva: refleja las vivencias de uno de los grupos constitutivos de la sociedad; por eso puede ser utilizada por ese grupo como un medio para adquirir o reforzar una posición política. Por su parte, la Historia no se hace con un objetivo político (o si no, es una mala Historia), sino con la verdad y la justicia como únicos imperativos. Aspira a la objetividad y establece los hechos con precisión; para los juicios que formula, se basa en la intersubjetividad, en otras palabras, intenta tener en cuenta la pluralidad de puntos de vista que se expresan en el seno de una sociedad.

La Historia nos ayuda a salir de la ilusión maniquea en la que a menudo nos encierra la memoria: la división de la humanidad en dos compartimentos estancos, buenos y malos, víctimas y verdugos, inocentes y culpables. Si no conseguimos acceder a la Historia, ¿cómo podría verse coronado por el éxito el llamamiento al "¡Nunca más!"? Cuando uno atribuye todos los errores a los otros y se cree irreprochable, está preparando el retorno de la violencia, revestida de un vocabulario nuevo, adaptada a unas circunstancias inéditas. Comprender al enemigo quiere decir también descubrir en qué nos parecemos a él. No hay que olvidar que la inmensa mayoría de los crímenes colectivos fueron cometidos en nombre del bien, la justicia y la felicidad para todos. Las causas nobles no disculpan los actos innobles.

En Argentina, varios libros debaten sobre estas cuestiones; varios encuentros han tenido lugar también entre hijos o padres de las víctimas de uno u otro terrorismo. Su impacto global sobre la sociedad es a menudo limitado, pues, por el momento, el debate está sometido a las estrategias de los partidos. Sería más conveniente que quedara en manos de la sociedad civil y que aquellos cuya palabra tiene algún prestigio, hombres y mujeres de la política, antiguos militantes de una u otra causa, sabios y escritores reconocidos, contribuyan al advenimiento de una visión más exacta y más compleja del pasado común. 

Ni fascismo ni totalitarismos. Según el pensador búlgaro, ganador del Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, las democracias hoy no tienen enemigos externos. “El poder político ya no decide nada serio”, agregó.

-Hoy las democracias ya no tienen enemigos exteriores: ni fascismo ni totalitarismos con enormes ejércitos. Ahora nuestras democracias tienen al enemigo en su interior.
-¿Quién es el enemigo?
-Sus mayores enemigos están entre sus hijos ilegítimos ganadores de una gran revolución en marcha: se trata de un cambio en el poder de dimensiones no inferiores a las revoluciones que acabaron con las monarquías absolutas para dar el poder a las nuevas soberanías populares.
-Explíquenos.
-Es un cambio inmenso hacia un nuevo orden que sustrae el poder a lo político para concentrarlo en las pocas manos que tienen el control de los mercados.
-¿Cómo?
-El poder político ya no decide nada serio. El poder real está en esas mismas manos que orientan la marcha de los mercados, porque la nueva economía globalizada escapa al control de los estados: de todos ellos.
-Para eso mismo se ha globalizado.
-En el nuevo orden, las mega corporaciones financieras y sus bancos de inversión han logrado modificar las reglas hasta aparecer como las creadoras de empleo y riqueza.
-Y si la economía de un país va mal, sus gobernantes pierden las elecciones.
-Y si un gobierno quiere regularlas, se van a otro país con inversiones y empleos.
-¿Por qué el electorado no reacciona?
-Porque esa revolución ha sido preconizada por una ideología fundamentalista ultraliberal que vincula la prosperidad a la libertad de mercados. Sostienen que no hay prosperidad sin total libertad –para ellos– de mercado. El Estado, por tanto, debe renunciar a toda regulación, es decir, a todo su poder.
-Sobre todo cuando ellos ganan.
-Es que ese fundamentalismo ultraliberal engaña, porque, en el fondo, no quiere la neutralidad real del Estado, sino que el Estado intervenga a su favor cuando lo necesiten.

* Tzvetan Todorov es semiólogo, filósofo , pensador e historiador de origen búlgaro y nacionalidad francesa. Ganador del Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

Fuente: El País y Ñ.

4 de febrero de 2012

Preguntas que nadie responde.

A diferencia de los políticos y los religiosos, los periodistas pertenecemos a una parte de la humanidad que no tiene respuestas. Preguntar es, por eso, una manera de desobedecer: es cuestionar el discurso establecido, dudar de él, no repetir un credo ajeno, sino tratar de lograr un pensamiento propio.

Si el Gobierno aceptara el diálogo en lugar de comportarse como propietario de la verdad, me encantaría poder preguntarle alguna de las siguientes cosas:


–¿Por qué se impulsó la reelección indefinida en Santa Cruz y dicen que no van a hacerlo en la Nación?

–Si las declaraciones del entonces vicepresidente Julio Cobos le valieron el mote de “traidor”, ¿por qué no se considera traidor al vicegobernador Gabriel Mariotto cuando se enfrenta a Daniel Scioli? ¿O el traidor es Scioli (y, en ese caso, cómo explicar que un traidor fue el candidato más votado)?

–¿Cuál es la inflación real en la Argentina? ¿Los institutos oficiales de estadísticas de las provincias mienten?

–¿Las medidas de persecución frente a la compra minorista de dólares favorecieron al mercado negro?

–¿Por qué los grupos periodísticos de Szpolski y Vila-Manzano no son considerados grupos monopólicos?

–¿Cuál es el origen y evolución detallada de la fortuna presidencial y cómo logró multiplicarse de esa forma mientras Cristina fue funcionaria del Estado?

–¿Por qué Sergio Schoklender no está preso? Si se lo detuviera, ¿qué pasaría con Hebe de Bonafini?

–Si los prostíbulos no pertenecían al juez Eugenio Zaffaroni, ¿por qué canceló los contratos de alquiler después de la denuncia pública?

–Si los nietos de Ernestina Herrera de Noble no eran hijos de desaparecidos, ¿por qué la causa sigue abierta y nadie se desdijo de las acusaciones?

–¿Qué es de la vida de Antonini Wilson, Felisa Miceli y Ricardo Jaime?

–¿Ocupa el hijo del ex presidente Kirchner un lugar privilegiado en la mesa del poder? ¿Cuáles son sus antecedentes y su representatividad para hacerlo?

–¿Cuál es el verdadero origen de las peleas oficiales con los Eskenazi, de YPF, y con el banquero Jorge Brito? Si se los encontró realizando maniobras ilegales, ¿por qué no se dio participación a la Justicia? ¿El Gobierno estudia nacionalizar YPF?

–¿Existe algún informe detallado del gasto anual en el Fútbol para Todos? ¿Cuál es el organismo de control?

–Si el Gobierno impuso y mantuvo los subsidios, ¿por qué ahora los quita? ¿Por qué se volvió injusto algo que antes, en teoría, no lo era? ¿Quién controló que los montos de los subsidios fueran verdaderos? ¿Qué empresas vinculadas al Gobierno fueron favorecidas durante estos ocho años? ¿Cuál es el plan de negocios de Aerolíneas Argentinas? ¿Qué se hace para bajar su déficit?

–Si se lucha contra el narcotráfico, ¿por qué no se lleva adelante la instalación de radares?

–¿Quién controla la depredación de recursos pesqueros?

–¿Cuál ha sido, hasta ahora, la aplicación práctica de la Ley de Medios?

Sería interesante escuchar algunas de las respuestas.

Por Jorge Lanata, para perfil.com