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2 de mayo de 2020

Cantando una canción de cuna al elefantito

Lek y Faa Mai tienen una relación muy fuerte. Mientras Lek le canta canciones de cuna, el pequeño Faa Mai disfruta su momento de relax al punto de que los ronquidos delaten su condición.



Lek es la fundandora de la Fundación Save Elephant. Desde chica tuvo una dedicación absoluta para con los paquidermos. Siendo testigo de los abusos, torturas y sufrimientos que estos increíbles animales recibían, dedicó y dedica toda su vida a llevar adelante esta ONG y sus refugios que procuran crear conciencia en el respeto a todos los animales del planeta, y en especial, a sus amados elefantes rescatados.

Lek (pequeña en tailandés), es una verdadera gigante que nos enseña el amor y el placer que estas hermosas criaturas pueden demostrar a quienes aún no han despertado ese pedacito de alma que nos conecta para siempre con el Amor universal.

Si pensás que la empatía con los animales nos permite reconocernos igualmente sintientes y así poder tomar conciencia contra el sufrimiento animal, compartí éste y cualquier video que te cruces en el que el amor, el afecto, la solidaridad, el miedo o la angustia sean claramente visibles.

La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.


Post original: 8/3/14

29 de marzo de 2016

Sobre gatos y las mejores frases para describirlos.

Quienes disfrutamos de la compañía de estos seres maravillosos sabemos muy bien que no hay animal más apasionante y misterioso como ellos. He aquí un compliado de frases de personalidades famosas que han opinado sobre estas adorables criaturas. Por si acaso andás con ganas de adoptar responsablemente a uno, nuestros amigos de Hacé Feliz a Un Gato, pueden ayudarte con tu búsqueda. Y no lo olvides, no compres, mejor adoptá.


"El paraíso jamás será paraíso a no ser que mis gatos estén ahí esperándome." Epitafio en un cementerio de animales.

"Es una labor muy difícil ganar el afecto de un gato; será tu amigo si siente que eres digno de su amistad, pero no tu esclavo." Teófilo Gautier

"Dios hizo el gato para ofrecer al hombre el placer de acariciar un tigre." Víctor Hugo

"La elegancia quiso cuerpo y vida, por eso se transformó en gato." Guillermo de Aquitania

"Por supuesto que se puede querer más a un gato que a un hombre. De hecho, el hombre es el animal más horrible de la creación." Brigitte Bardot

" Cuando los gatos sueñan, adoptan actitudes augustas de esfinges reclinadas contra la soledad, y parecen dormidos con un sueño sin fin; mágicas chispas brotan de sus ancas mullidas y partículas de oro como una fina arena vagamente constelan sus místicas pupilas."- Baudelaire

"Un gato no es exigente, mientras usted recuerde que le gusta beber la leche en el plato rosa y comer el pescado en el plato azul, de donde lo sacará para saborearlo en el suelo." Arthur Bridges

"Es costumbre muy inoportuna de los gatitos (como observó una vez Alicia) que, sea lo que les digas, siempre ronronean." Lewis Carroll

"Si yo prefiero los gatos a los perros es porque no hay gatos policías." Jean Cocteau

"No hay gatos corrientes." Colette

"Los perros nos miran como sus dioses, los caballos como sus iguales, pero los gatos nos miran como sus súbditos." Winston Churchill

"Los gatos saben por instinto la hora exacta a la que van a despertarse sus amos, y los despiertan diez minutos antes." Jim Davis

"Tigres, leones, panteras, elefantes, osos, perros, focas, delfines, caballos, camellos, chimpancés, gorilas, conejos, pulgas... ¡Todos han pasado por ello! Los únicos que nunca hemos hecho el imbécil en el circo... ¡somos los gatos!." Garfield

"Se convierte en compañero de tus horas de soledad, melancolía y pesar. Permanece veladas enteras en tus rodillas, ronroneando satisfecho, feliz por hallarse contigo, y prescinde de la compañía de animales de su propia especie. Los gatos se complacen en el silencio, el orden y la quietud, y ningún lugar les conviene mejor que el escritorio de un hombre de letras. Es una labor muy difícil ganar el afecto de un gato; será tu amigo si siente que eres digno de su amistad, pero no tu esclavo." Theóphile Gautier

"Cualquier gato que no consigue atrapar a un ratón finge que iba tras una hoja seca." Charlotte Gray

"Dos personas, al conocerse, se relajan totalmente cuando descubren que ambas tienen gatos. Y se zambullen en las anécdotas. Tras reñir a tu gato, lo miras a la cara y sientes la terrible sospecha de que ha entendido hasta la última de las palabras. Y de que las ha archivado como referencia para el futuro." Charlotte Gray

"Los gatos son amos amables, mientras que recuerdes cuál es tu propio sitio." Paul Gray

"Los gatos tienen una absoluta honestidad emocional; los seres humanos, por una razón u otra, pueden ocultar sus sentimientos, pero el gato, no." Ernest Hemingway

"Si quieres escribir sobre seres humanos, lo mejor que puedes tener en casa es un gato." Aldous Huxley

"El Gato dijo: 'No soy un amigo, no soy un criado. Soy el Gato que camina libre y que desea ir a tu Cueva'." Rudyard Kipling

"El gato es el único animal que ha logrado domesticar al hombre." Marcel Mauss

"A mí me gustan los gatos, pero nunca he tenido ninguno. Son demasiado exigentes, piden demasiado. Los perros no quieren más que amor, pero los gatos exigen adoración. Nunca han superado la costumbre de ser dioses en Bubastis." Lucy Maud Montgomery

"Todo gato siempre buscará, y generalmente encontrará, el sitio más confortable dentro de una habitación seleccionada al azar." Ondinet

"El nivel de interés de un gato en algo será inversamente proporcional al esfuerzo que su dueño esté haciendo para captar su interés sobre ese algo." Pattison

"El ideal de la calma es un gato sentado." Jean Renard

"El gato no nos acaricia, se acaricia con nosotros." Antoine Rivarol

"El hombre tiene dos medios para refugiarse de las miserias de la vida: la música y los gatos."  Albert Schweitzer

"Los gatos son misteriosos; pasa más por su mente de lo que nunca podríamos imaginarnos." Walter Scott

"El hombre es civilizado en la medida que comprende a un gato." George Bernard Shaw

"No puedes nunca ser dueño de un gato; en el mejor de los casos te permite ser su acompañante."  Harry Swanson

"He estudiado muchos filósofos y muchos gatos. La sabiduría de los gatos es infinitamente superior." Hippolyte Taine

"Si fuera posible cruzar a un hombre con un gato, mejoraría el hombre, pero se deterioraría el gato." Mark Twain

"Mi gato nunca se ríe o se lamenta, siempre está razonando." Miguel de Unamuno

"El más pequeño gato es una obra maestra." Leonardo da Vinci

¿Cuál es tu preferida? Compartí este post y ahora disfrutá del bonus. =)

23 de octubre de 2014

Amor Animal XI bis (ahora con GoPro)


Hace un tiempo atrás me topé con algunas fotos de este loco lindo, Kevin Richardson. Sentí una profunda admiración por su vínculo con estos hermosos animales. Es conservacionista y trabaja en Johannesburgo, en plena armonía con sus protegidos: leones, panteras y hienas.
Ahora nos muestra, gracias a GoPro, cómo es su relación afectiva con estos leones sudafricanos.



Lo que nos muestra este video es el valor del sentimiento universal del amor. Ningún animal sobre la Tierra prescinde de estas capacidades. Estimularlas es una acción que debemos obligarnos para vivir en plenitud con la posibilidad de ofrecer a otros, momentos de felicidad, aún en las condiciones más adversas.
Sin dejar de ser conscientes de que cada animal tiene su lugar en la naturaleza y que no hay animales buenos o malos, lo que hace Kevin es enseñarnos a despojarnos de nuestros prejuicios en torno a esa capacidad inabarcable del sentir animal.

Ojalá que puedas emocionarte como yo. Disfrutalo y compartilo.

7 de agosto de 2014

Animales asombrosos: un coro de vacas para este trombonista

A veces uno se encuentra con videos movilizadores, cortos para pensar o divertirse, o las dos cosas. A veces nos topamos con algún video duro de asimilar y otras tantas conocemos el mundo y sus infinitas posibilidades de sorprendernos sobre la vida y el sentir.

Les dejo esta joya sobre unas vacas practicando canto con un trombonista. Sí, aunque no lo crean, tocan y cantan todos juntos...


Los animales no humanos sienten como nosotros. Ponerse en el lugar del otro es entenderlo y ganar en tolerancia, convivencia y sabiduría.

La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.

19 de abril de 2014

Animales asombrosos: entrenando a las mascotas. Un perro increíble y... unas ratas adorables

Mucha gente cree que los animales no humanos tienen poca inteligencia y la mayoría de las personas creen que los animales son incapaces de razonar. Estos prejuicios, y tantos otros, conspiran para entenderlos como seres sintientes, inteligentes y muchísimas veces, asombrosos.

No se trata únicamente de aprender para obtener un premio, cuestión que se tiene por una verdad absoluta producto del viejo cliché del perro de Pavlov. Ese y otros experimentos que concluían simplemente que la repetición de estímulos condiciona la respuesta de los animales no humanos.

Lo que no se cuenta, y tampoco se analiza demasiado, es acerca de qué les pasa a los animales cuando practican trucos o juegos que han aprendido. Lo cierto es que, si usamos nuestra capacidad de empatízar con ellos, veremos cómo disfrutan del juego y de compartir esos momentos de diversión en los que se los siente felices.

Veamos un par de ejemplos sorprendentes:



Una Humanidad que empatiza con sus hermanos menores siempre estará más cerca de ampliar su círculo de compasión y combatir contra la violencia desde las raíces mismas.

La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.

30 de julio de 2013

Impresionante reacción de vacas tras ser liberadas de su cautiverio


Los animales pertenecían a una lechería en la que pasaban la mayor parte del tiempo quietas y sin luz.

 La reacción de los animales al ser liberados demuestra la alegría que significó para ellos conocer un lugar nuevo, el sentirse libres y el no estar encerrados. La mayoría de las vacas que son destinadas a labores de lechería no conoce el exterior y pasan gran parte del día en una sola posición, por lo que cuando se vieron en libertad, comenzaron a dar saltos y a correr en todas direcciones, explorando un mundo que se les había negado por años.

Si pudiésemos tener la actitud de lograr empatizar con cada animal de la Tierra para comprender simplemente que tienen las mismas condiciones nuestras para gozar, amar, divertirse, temer y sufrir, podríamos empezar a ampliar nuestro círculo de compasión y modificar todas las actividades destructivas y exterminadoras que solamente buscan satisfacer nuestro apetito o simplemente para deleite de nuestras papilas. Disfrutar de una alimentación sana y vegetariana puede ser mucho más que saludable, es alimentación a favor de la vida y en contra de la esclavitud animal, para cualquiera de las especies.

Fuente: cnnchile.com

9 de mayo de 2013

Amor animal XV. Mamá gata abrazando a su hijito con pesadillas.

En esta nueva entrega de Amor Animal, volvemos al amor más incondicional y puro que no es otro que el amor que una mamá puede darle a su hijito. Así como vimos a la leoparda y el babuino, o la chimpancé con el tigrecito blanco, hoy tenemos un ejemplo de un mami gata con su hijto bebé. Disfrútenlo como yo lo hice! 

 

Recordatorio: La verdadera enseñanza que nos dejan estas imágenes, más allá de reconocernos todos los animales en un pie de igualdad en relación a ser sintientes, es que el amor no encuentra límites de envoltorios, envases, cuerpos o lo que quieran llamarle a nuestra corpórea realidad.
El amor es universal, así lo es para todos los seres que sienten sobre la faz de la Tierra. 

Para más historias acerca del adorable amor animal, hacé click acá.
Sobre el instinto maternal, podés visitar este post.
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21 de abril de 2012

La empatía: la experiencia de ponerse en el lugar del otro.



“No me importa saber si un animal puede razonar. Sólo sé que es capaz de sufrir y por ello lo considero mi prójimo.” Albert Schweitzer

Hay una “regla de oro” que ha atravesado el manual de supervivencia de todas las culturas a lo largo de la historia de la humanidad, léase a través de la religión, de la educación o de cualquier otra forma de transmisión de conocimientos. “No hagas lo que no quieres que te hagan” o, su versión proactiva, “haz lo quieres que hagan contigo”. Este precepto moral requiere de una capacidad de abstracción mínima que puede, y debe, complementarse con una herramienta que algunas personas usan más que otras: la empatía.
      
La empatía puede describirse, de manera sencilla, como la capacidad cognitiva, es decir, sensorial, de percibir en un mismo espacio lo que otro individuo siente. Asimismo, empatizar significa sentir que uno participa afectivamente en el entorno de otro ser, comprender que lo afecta. Es así que podemos entender a la empatía como una característica o una cualidad animal (sí, hay estudios que demuestran capacidad de empatía en otros animales no humanos) que nos permite saber qué le sucede a los demás individuos que conviven en un mismo espacio, y aquí voy a ser generoso y voy a llevarlo a la comprensión total de un ecosistema único llamado La Tierra. Porque en definitiva sólo tenemos una casa y es aquí, en el pequeño y pálido punto azul como lo describiera Carl Sagan, donde transcurre nuestra vida y la de los demás seres vivos que interactúan con los seres humanos hace miles de miles de años.

Han habido culturas que han interpretado muy bien esta capacidad fundamental para ejercer la regla de oro y han sabido extender el círculo de compasión a los demás animales que le han servido para tantos usos aparte de alimento, solamente apelando a la mención acerca de la capacidad de sentir que poseen todos y cada uno de los animales sobre la Tierra. Y allí es donde la sabiduría aparece como un justo regulador de los espacios vitales logrando que los instintos más desagradables, en forma de maltrato o ensañamiento aberrante para con los animales, no solamente los humanos, fueran deplorados o incluso, castigados con dureza. Hay una frase que sintetiza esta diferencia y fue pronunciada por el máximo exponente de la no violencia, Mahatma Ghandi: "Un país, una civilización, se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales.”

Puede resultar secundario atender estas cuestiones pero si así lo hiciésemos estaríamos cayendo en un fatal error. Los comportamientos y prácticas que el hombre adquiere se basan en la costumbre y en la repetición de conductas por imitación. Educar a nuestros niños y jóvenes en la defensa de los derechos animales humanos y no humanos nos permitirán extender ese círculo de compasión que nos otorgará la posibilidad de eliminar la violencia implícita en cualquier ámbito de nuestra sociedad.

Sólo basta con ver en lo que se han convertido hoy las prácticas de matanza y producción a escala de las factorías de la muerte que resultan los mataderos y granjas de animales. Asomar la nariz y ver cómo el hombre aniquila y maltrata a sus “hermanos menores”, resulta tan violento como perturbador. Tampoco puede escapársenos el estado en que se encuentran cientos de miles de animales abandonados en las calles de cualquier ciudad. Todos ellos provienen de la desidia estatal donde la prevención y la esterilización animal no ejercida sistemáticamente, así como también del abandono más cruel por parte de personas que no están capacitadas para asumir la responsabilidad de una tenencia y hacen de sus mascotas un producto comercial de descarte eventual.

Mucho menos podríamos entender cómo una “fiesta brava” tiene como eje central el fatídico proceso de tortura y destrucción física de un toro para goce de una turba fanatizada que sostiene su práctica en una excusa cultural, o el uso de pieles como vestimenta que denota un status económico que se encuentra diametralmente opuesto al status empático, puesto que conocer cómo se despelleja, o cría, a las criaturas que “ceden” sus pieles es igualmente violento. Podría poner cientos de ejemplos de la industria cosmética, farmacéutica, gastronómica, etc., que insisten en mostrarnos anestesiados empáticamente, pero ya resulta suficiente, si es que al momento han imaginado alguno de estos eventos que ocurren cotidianamente en nuestra casa, la Tierra.

Estamos en un proceso permanente de evolución y cambio que nos concede la posibilidad de evaluar nuestras carencias y proponer mejoras en nuestro sistema ético que nos permita acercarnos a la Ilustración que describía Immanuel Kant como “la liberación del hombre de su culpable incapacidad”, entendida como la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro, y “no por falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!: he aquí el lema de la ilustración.” Es este último estadio donde el hombre podrá prescindir de la violencia para dirimir sus controversias y llegar a acuerdos pacíficos y entendimientos que le permitan coexistir sin necesidad de eliminar al otro, a la vez que pueda comprender que todo animal que siente, aunque no razone con la misma capacidad, es poseedor de los mismos derechos. No hay otra forma más contundente de alcanzar este convencimiento que mirando a los ojos de nuestro prójimo animal y contemplar en él, el temor, el dolor o incluso, el amor.

Me gustaría que puedan mirar a los ojos a cualquier animal que tengan cerca, incluso humano e intenten hacer el ejercicio de ponerse en los pies, o patas del otro, sin importar la cantidad de pelos, plumas o escamas que tengan. Es el principio de un cambio que no tiene vuelta atrás, puesto que como decía Anatole France: "Hasta que no hayas amado a un animal, parte de tu alma estará dormida." Despierta esa parte de tu alma que te permitirá extender tu círculo de compasión al resto de los animales y darles la posibilidad de dotarlos de derechos. Sólo depende de tu voluntad y tu capacidad de poner en práctica la empatía. Así es como luego de vivirlo en carne propia, he tomado como principio de vida una frase que pronunció un abogado norteamericano del siglo XIX, pionero defensor de los derechos animales, George T. Angell: "A veces me preguntan: ¿por qué inviertes todo ese tiempo y dinero hablando de la amabilidad con los animales cuando existe tanta crueldad hacia el hombre? A lo que yo respondo: estoy trabajando en las raíces".

Foto del afiche de la película Earthlinks. Un buen comienzo para comenzar a practicar la empatía.

13 de marzo de 2011

Dolor por Japón.

Este post es mi humilde homenaje a las víctimas de la catástrofe de Sendai.
Mis condolencias a las familias de las víctimas. 


Los animales también tienen miedo y horror.

La única posibilidad para el cambio es creando conciencia

7 de julio de 2010

Amor Animal IX.

Esta es otra historia despareja de amores animales...

Roscoe, un joven orangután de 3 años, había quedado devastado por la muerte de sus padres. Estaba muy deprimido, se rehusaba a comer y no respondía a los tratamientos. Sus veterinarios creían que se estaba entregando a la muerte.
Un perro ya mayor fue encontrado perdido en las inmediaciones del Parrque Zoológico y cuando lo llevaron a la sala de tratamientos, conoció a Roscoe. A partir de esa experiencia juntos, no se separaron más.
El orangután encontró una nueva razón para vivir y hoy se esfuerza por seguir las actividades de su amigo can.

Viven en el norte de California y la natación es su actividad favorita, aunque Roscoe todavía le tiene miedo al agua, por lo que se ayuda de su amigo.


Pasan todo el tiempo juntos. A través del amor y la amistad han hallado la felicidad que nos demuestran sus rostros aunque los animales humanos sigamos jactándonos erróneamente en creer ser los únicos capaces de reír y sonreír.


Ellos encontraron algo más que un hombro amigo en el que apoyarse.


La verdadera enseñanza que nos dejan estas imágenes, más allá de reconocernos todos los animales en un pie de igualdad en relación a ser sintientes, es que el amor no encuentra límites de envoltorios, envases, cuerpos o lo que quieran llamarle a nuestra corpórea realidad.
El amor es universal, así lo es para todos los seres que sienten sobre la faz de la Tierra.

Para más historias acerca del adorable amor animal, sigan la etiqueta más abajo.

24 de abril de 2010

Solidaridad animal II.

Este video que acabo de ver en el Muro de una amiga del Facebook me conmovió lo suficiente como para compartirlo con ustedes. Es otro ejemplo de la solidaridad animal y la empatía de nuestro hermanos menores para con sus propios seres queridos.
Este gatito le aplica justo a tiempo un masaje cardíaco a su amigo, quien logra salvarse gracias a la intervención final de un veterinario.


Es importante recordarles que todos los animales tienen un sistema nervioso cuya función podemos verla en acción en nosotros mismos. Los mamíferos, en especial, tienen muy desarrollada la función psíquica. Las sensaciones de dolor, los sentimientos, el sufrimiento y la percepción del riesgo de vida son iguales a los nuestros.
Hacé un click en tu cabeza y dejá de lado tu pensamiento especista. Todos formamos parte del mismo barco. Hacer de administradores planetarios no debe ponernos en una postura tiránica de explotación y sometimiento. Un mundo mejor nace de tu pensamiento, tu acción y tu deseo.

Si querés ver el ejemplo de solidaridad animal anterior, seguí este link.

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28 de julio de 2009

Experimentos con cobayos podrían sustituirse por simulaciones informáticas


Un estudio del Centro de Regulación Genómica (CRG) ha demostrado que las simulaciones por ordenador pueden servir para predecir la mejor diana para fármacos y tratamientos, lo que podría suponer un método sustitutivo de los experimentos con cobayas.

Según ha explicado hoy el CRG en un comunicado, el avance de la bioinformática en los últimos años ofrece la posibilidad de simular sistemas biológicos complejos, con recreaciones que permiten realizar millones de experimentos a la vez e identificar las proteínas que podrían ser las dianas más interesantes para nuevos fármacos.

Así, investigadores del CRG han combinado en un estudio el trabajo experimental y modelado por ordenador, lo que da "nuevas perspectivas y vías de investigación que nuestro cerebro nunca habría podido imaginar", ha considerado una de las científicas encargadas del estudio, Cristina Kiel.

El estudio, que publicará mañana la revista Science Signaling, analiza mediante este nuevo método cómo la desregulación de determinadas proteínas está implicada en muchas enfermedades humanas, como el cáncer, y supone un gran avance en el impulso de la biología computacional, según sus responsables.
La pregunta más lógica sería, ¿qué están esperando? ¿acaso falta mucho para seguir soportando esta clase de abusos y espantosas formas de "investigar"?
Veamos un poco de qué se trata. Otra vez PeTA logró meterse en un laboratorio multinacional (Covance) para demostrar el MALtrato animal y el sufrimiento espantoso por el que pasan cientos de miles de animales en el mundo.


27 de julio de 2009

Los peces: Sensibilidad más allá de la comprensión del captor.

Este artículo tiene como objeto crear conciencia acerca del sufrimiento de los peces. Es un aporte científico para que contemos con la suficiente información para cuando esgriminos argumentos contra la pesca en todas sus formas. La extensión del mismo es, justamente, para no dejar ningún cabo suelto.


Blackie, una carpa dorada moor severamente deformado, a duras penas podía nadar. Big Red, una carpa dorada oranda más grande, sintió la impotencia de Blackie. Tan pronto como Blackie fue introducido en el tanque de Big Red, éste comenzó a cuidarle. “Big Red observa constantemente a su nuevo y enfermo compañero, levantándole suavemente en su ancha espalda y nadando con él alrededor del tanque” informaba un periódico sudafricano en 1985. Siempre que la comida era esparcida sobre ellos, Big Red llevaba a Blackie a la superficie del agua para que los dos pudieran comer. El dueño de la pecera dijo que durante un año Big Red había estado mostrando esa “compasión”. La mayoría de los humanos muestran mucha menos compasión por los peces. Trágica e irónicamente, fallamos en reconocer una sensibilidad en los peces que sobrepasa la nuestra de muchas maneras distintas.

El mundo perceptivo del pez.
La sensibilidad del pez a la luz es superior a la nuestra. Muchos peces de las grandes profundidades marinas pueden ver en mayor oscuridad que un gato. Las especies del fondo marino tienen una visión dual. Cuando la oscuridad se acerca, los conos sensibles al color del ojo se extienden mientras que los bastones sensibles a la oscuridad, se alejan en lo profundo de la retina; en el crepúsculo el proceso se invierte. Durante la transición, una habilidad para percibir la luz ultravioleta ayuda a muchos peces; esta luz es suficiente para localizar la silueta de los insectos en la superficie del agua. Cuando un pez está adaptado a la noche, un repentino resplandor (como por ejemplo de un flash) asusta y desorienta al pez, el cual puede huir, quedarse inmobilizado o hundirse. La luz puede también destruir células fotorreceptoras. En la mayoría de los peces, las papilas gustativas salpican sus labios y morros así como sus bocas y gargantas. Muchos de los que se alimentan en los fondos también tienen sensores gustativos justo encima de las extensiones finales de la pelvis o pelos gustativos en la barbilla que actúan como lenguas externas. Cubiertos con cientos de miles de sensores gustativos, el pez gato puede degustar alimentos a cierta distancia.

¿Cómo es la sensibilidad de los peces a los olores? El salmón puede emigrar miles de millas y, años más tarde, reconocer el olor de su arroyo. Las anguilas americanas pueden detectar alcohol en una solución de una fuerza comparable a uno entre mil millones con una gota en 87.000 litros de agua (como el largo de una piscina de natación). A través del olor solamente, algunos peces pueden conocer la especie de otro pez, su género, receptividad sexual, o identidad individual. Los peces reaccionan fuertemente al contacto táctil. En los noviazgos, suelen rozarse suavemente uno contra otro. Las grabaciones del laboratorio marino Narragansett han revelado que los petirrojos de mar ronronean cuando son acariciados. El fotógrafo subacuático Ricardo Mandojana se ganó la amistad de un pez judío inicialmente cauteloso tras rozar ligeramente la frente del pez. Meses más tarde, el pez, aparentemente deseoso de ser acariciado, se acercó a los alrededores del buceador. Con cientos de sensores eléctricos en su piel, los peces de muchas especies detectan la forma de los campos eléctricos que ellos generan. Un objeto menos conductivo que el agua, como por ejemplo una roca, lanza una sombra sobre el campo; un objeto más conductivo, como una presa, crea un punto brillante. La imagen eléctrica del pez incluye la localización del objeto, forma, rapidez, y dirección del movimiento. El pez eléctrico también “lee” otras descargas, la cuales varían dependiendo de la edad del emisor, la especie, identidad individual e intenciones (por ejemplo, cortejos o desafíos). Un pez macho asegura su dominio con una rápida sucesión de descargas; su rival potencial cede a ellos guardando “silencio”.

Con señal eléctrica o sin ella, muchos peces sienten la electricidad generada por todos los seres vivos y, de este modo, detectan presas escondidas en gravilla o en arena. Algunos tiburones, según ha indicado el neurocientífico Theodore Bullock, pueden percibir una descarga eléctrica de fuerza y distancia equivalentes a una luz de flash de una batería de 1.5 voltios y a una distancia de más de 900 millas.

La capacidad de los peces para sufrir.
En concordancia con sus otras sensibilidades, los peces sienten, sin ningún género de dudas, estrés y dolor. Perseguidos, confinados o amenazados de otros modos, reaccionan como lo hacen los humanos al estrés: con aumento del ritmo cardíaco, respiratorio y de liberación hormonal de adrenalina. Sujetos a condiciones adversas prolongadas tales como la masificación o contaminación, sufren deficiencias inmunológicas y daños en sus órganos internos. Tanto bioquímica como estructuralmente, el sistema nervioso central de los peces se parece enormemente al nuestro. En los vertebrados, las terminaciones libres de los nervios registran dolor; los peces poseen estas terminaciones nerviosas en abundancia. Los peces también producen encefalinas y endorfinas, sustancias de tipo opiáceo que se sabe que combaten el dolor en humanos. Cuando están heridos, los peces se retuercen, jadean y muestran otros síntomas de dolor. Los peces sienten, definitivamente, miedo, el cual juega un papel importante en la evitación aprendida. Una vez que los pececillos de río han sido atacados por un lucio, o simplemente ven a otros pececillos de río ser atacados, huyen inmediatamente al olfatear al lucio. Habiendo experimentado el ataque de un tiburón, los peces huyen al escuchar el sonido de sus afilados dientes. Las grandes bocas de las lubinas, según las demostraciones del investigador R.O. Anderson, aprenden rápidamente a evitar los anzuelos simplemente viendo otras lubinas que han picado en él.

En cientos, quizás miles, de experimentos, los peces han realizado tareas para evitar las descargas eléctricas. Numerosos experimentadores han reconocido inducir miedo en peces. Entre sus “observaciones de la conducta de los peces que fueron sometidos al miedo”, el psiquiatra Quentin Regestein afirmó, "un pez asustado puede arrojarse hacia delante, ponerse con el lomo hacia arriba, dar vueltas alrededor, o puede simplemente mostrar su debilidad cuando la situación se convierte en insoportable.” Los peces lloran por dolor y por miedo. Según el biólogo marino Michael Fine, la mayoría de los peces que emiten sonidos "vocalizan" cuando son pinchados, asidos o perseguidos. En experimentos de William Tavolga, el pez sapo gruñó cuando recibió una descarga eléctrica. Y aún más, pronto comenzaron a gruñir a la mera vista de un electrodo.

Peces como "mascotas"
Con o sin la añadida crueldad de la experimentación, mantener a peces cautivos desconsidera sus necesidades básicas. Altamente vulnerables y frágiles, los peces están mal adaptados a una vida encerrados entre cristales, y aún así, solamente en los Estados Unidos, cientos de millones son aprisionados en acuarios caseros. Los peces son más sensibles a la temperatura que cualquier animal de sangre caliente: Un repentino cambio de sólo unos pocos grados puede matar a una carpa dorada. Sin embargo, los peces son confinados en pequeños contenedores donde la temperatura del agua puede rápidamente fluctuar. Los peces de acuarios no pueden escapar de los dañinos químicos que entran en su agua. El humo del tabaco, los gases de las pinturas, y los sprays de aerosoles son sólo unos pocos de los comunes contaminantes de interior que pueden dañar a los peces. En una pecera o en un tanque, el amoníaco que los peces excretan ellos mismos puede acumularse hasta niveles tóxicos. Como el amoníaco, una insignificante cantidad de cloro puede causarles dificultades respiratorias e incluso espasmos nerviosos. El cloro en el agua corriente puede fácilmente ser fatal para ellos. La visión humana y los sonidos bombardean los acuarios de los peces. Simplemente, el encender una luz en una habitación oscura puede asustarles tanto que se llegan a estrellar contra las paredes de los tanques y llegan, incluso a morir. Las vibraciones de la TV, del estéreo, o los portazos de las puertas pueden también causarles inquietud y heridas.

En “Tú y tu acuario”, Dick Mills advierte que los peces están “probablemente asustados y estresados por los golpeteos en el cristal del acuario”. Según las investigaciones de H.H. Reichenbach-Klinke, los peces, repetidamente expuestos a la música alta, desarrollan heridas mortales en el hígado. Mientras que los peces están agobiados con todo aquello artificial, los acuarios les roban lo natural. A los peces se les niegan actividades tales como rebuscar comida en los enormemente variados arrecifes de coral. En cambio, nadan y vuelven a nadar en las mismas pulgadas o pies cúbicos, recibiendo pasivamente el mismo alimento comercial día tras día. Mills afirma que los peces del acuario suelen padecer de aburrimiento. Las carpas y otros peces sociales requieren compañeros de su misma especie: de lo contrario, comenta Mills, ellos "languidecen". Con la pérdida de un compañero, los peces muestran síntomas de depresión, tales como aletargamiento, palidez o caída de aletas.

En “Inteligencia Animal”, el zoólogo George Romanes comenta este incidente: cuando en un acuario el propietario sacó a uno de los dos peces, el que se quedó dejó de comer hasta que, tres semanas después, su compañero fue devuelto. El daño de los hobbies a los peces se extiende más allá de tener un acuario en casa. Innumerables peces mueren antes de llegar a la tienda de mascotas, durante el transporte desde la misma piscifatoría (donde el 80% de los peces “ornamentales” son ahora criados) o desde su mundo salvaje. Solamente la captura hiere y mata a millones de peces, los cuales son incapacitados con anestesia, dinamita, o cianuro antes de ser capturados de forma manual o con red. William McLarney, biólogo de peces, ha observado la captura con spray de cianuro: "Una docena de peces rojos brillantes huyeron bruscamente de su refugio de arrecife de coral, jadeando y sacudiéndose. Realizaron una loca huida hacia la superficie, 25 pies sobre el coral y se mantuvieron un pie en el aire. Entonces, volvieron a bajar en pequeñas y repentinas bajadas y flotaban, exhaustos, en débiles círculos. Debajo de ellos, una lubina de kilo y medio tosía violentamente, y sus agallas ardieron repentinamente. Intentaron nadar pero se desplomaron sobre ellos hasta que flotaron tranquilamente como espeluznantes claraboyas." Mientras tanto, los peces demasiado apagados como para interesar a los compradores “permanecen tendidos y convulsionándose o siguen aún aplastados en el fondo”.

Pesca comercial.

La pesca comercial continúa diezmando a los peces, asesinando incontables miles de millones cada año. Generalmente, sus muertes no son ni rápidas ni carentes de dolor. En redes de cerco con jareta, un barco rodea un banco de peces con una red que se va haciendo cada vez más estrecha. Una vez que ya han realizado la redada, los peces son, normalmente, vertidos en un líquido salado para que permanezcan congelados. Si todavía no se han asfixiado o no han sido aplastados, los peces mueren de choque térmico. La pesca de cerco con jareta para atunes ha levantado la indignación pública por atrapar también delfines que nadan junto con los atunes. Sin embargo, es poca la gente que ha protestado por la muerte de los propios atunes. Seguramente, las lanchas y los explosivos bajo el agua, con sus vibraciones, acarrean tanto a los atunes como a los delfines terror y dolor. La presión de las olas provocada por una detonación bajo el agua puede reventar la vejiga de los peces. En la pesca con redes de arrastre, un barco en movimiento arrastra una enorme red a través del agua. El remolque fuerza a todos los peces que entran en la red hacia el tapered, extremo cerrado.

Durante un período de una a cuatro horas, las presas son estrujadas y dan brincos, junto con alguna roca y escombros del océano. “Se suceden caídas y arrastres en la red que ocasionan roces entre los peces ocasionando que sus puntiagudas escamas se limen.” Autor William Warner informando de una redada, en “Agua Distante: Destino de los pescadores del Atlántico Norte”. (Distant Water: The Fate of the North Atlantic Fisherman.) “Sus costados, de hecho, fueron arañados enteramente.” Cuando son izados desde una profundidad sustancial, el pez sufre una descompresión insoportable. Como la presión del agua cae en picado, el volumen de gas en la vejiga natatoria del pez aumenta más rápidamente de lo que el torrente sanguíneo puede absorber. Frecuentemente, la intensa presión interna rompe la vejiga natatoria del pez, saca los ojos de sus órbitas, y fuerza que el esófago y el estómago salgan por la boca. “Mucho de los peces tenía enormes fosas donde deberían estar sus ojos”, observó Warner en un pesquero de arrastre. Como la red fue tirada sobre otra, pudo ver “gran cantidad de burbujas...emanando de la rotas vejigas natatorias de miles de peces.” Los peces pequeños, tales como las platijas, son normalmente vertidos en hielo troceado; la mayoría se asfixian o son aplastados hasta que mueren por las capas de peces que vendrán a continuación. Los peces más grandes, tales como el bacalao y el abadejo, se revuelcan en la cubierta.

Como testigo William MacLeish ha descrito cómo las presas son clasificadas: la tripulación apuñala a los peces bruscamente, con barras cortas y dentadas llamadas recolectoras, “lanzando el bacalo aquí, el abadejo allí, la rabirrubia allí.” A continuación, las gargantas y los estómagos de los peces son rajados (no necesariamente en ese orden). Mientras tanto, los peces que no eran el objetivo de la captura (“la basura”), los cuales suponen a veces la mayoría de la captura, son lanzados por la borda, a menudo por horquillas. En una tarde cualquiera, los pescadores pueden recorrer unas 40.000 millas con las redes, principalmente redes flotantes en los altos mares del Pacífico, pero también, redes con anclas en aguas costeras, incluyendo las aguas de los Estados Unidos. Con mallas de plástico con flotadores en superficie y pesos en el fondo, las redes cuelgan como cortinas, generalmente hasta una profundidad de 30 pies. Además de la masacre de más de un millón de mamíferos, tortugas, y aves cada año, estas redes ocasionan un sufrimiento enorme en los peces. Incapaces de ver las redes, los peces nadan hacia ellas. A menos que sean más pequeñas que la medida de la malla, no irán más allá de quedar con sus cabezas atrapadas. Cuando intentan dar la vuelta, las redes los capturan por sus branquias o aletas. Muchos de los peces se asfixian. Otros luchan tan desesperadamente contra las afiladas mallas que sangran hasta morir, aunque consigan o no liberarse. Debido a que muchos pescadores no atienden diariamente a sus redes flotantes, los peces atrapados pueden sobrevivir durante días, muriendo lentamente.

El periodista Clive Gammon vió bacalaos tirados por la borda pasados dos días desde la captura. “Muchos estaban sin ojos, aletas o escamas”; otros habían sido comidos por pulgas de la arena. Los peces capturados son presas desamparados. (Los depredadores que atraen frecuentemente se quedan enredados también.) Cuando una red flotante es izada, los peces son sacados con ganchos. Algunos pescadores comerciales aún clavan arpones para capturar peces grandes y valiosos peces tales como atunes, tiburones o peces espada) o los capturan individualmente con anzuelos. Mucho más comúnmente, sin embargo, los grandes peces son capturados con largos sedales. Con este método (también usado en la captura de peces pequeños), un barco lanza hasta 30 millas de sedal con cientos o miles de anzuelos.

El deporte de la pesca.
Unos 40 millones de norteamericanos—16%—abusan de los peces por “deporte”. Muchos pescadores alegan que sus victimas no sufren. Todas las evidencias indican lo contrario. El investigador John Verheijen y sus colaboradores estudiaron la reacción de las carpas al anzuelo y al sedal. Cuando eran pescadas, las carpas sacudían sus cabezas, y salivaban como para escupir comida, se revolvían y se volvían a zambullir. Una descarga eléctrica en el paladar, inicialmente, provoca las mismas reacciones. Cuando eran capturados con anzuelos y asidos fuertemente durante varios minutos, las carpas expulsaban gas desde su vejiga natatoria; una vez que se les aflojaba el sedal, se hundían. Sometidos a descargas eléctricas fuertes y mantenidas, las carpas también expulsan gas y se hunden. Chocantemente, reaccionan del mismo modo cuando son confinados en un pequeño espacio, o huelen el olor de un miembro herido de su especie; estas situaciones inflingen un daño no directo pero son bien conocidas por causar miedo. Según los experimentadores concluyeron, los anzuelos y sedales, causan una combinación de terror y dolor. Cuando un pez enganchado con un anzuelo trata de escapar, el glucógeno de los músculos (depósito de glucosa) disminuye, mientras que el ácido láctico rápidamente se acumula en el torrente sanguíneo. En unos pocos minutos, un agotador esfuerzo reduce a la mitad el depósito de glucógeno de una trucha arcoiris. En el número de Mayo de 1990 de la revista “Field and Stream” el columnista Bob Stearns reconoció que el ácido láctico puede “inmovilizar” a un pez “de una forma mucho más rápida y más intensa que los calambres y los doloridos músculos que nosotros los humanos sufrimos cuando hacemos demasiado ejercicio”. Cuanto más lucha el pez, más ácido láctico genera. Y a pesar de ello, los pescadores deportivos disfrutan en tener al pez fuerte “carrera” de peces.

En el número de Julio de 1990 de la revista Field and Stream, Stearns ensalzó a “una diminuta pescadora” que condujo a un pez espada durante, aproximadamente, cinco horas:”Cada vez que el pez aflojaba la marcha, ella aprovechaba el momento para bombear, presionar, fastidiarle haciendo que desgastara sus propias reserves, no permitiéndole jamás un descanso”. Antes de ser hauled up, muchos peces mueren exhaustos. Para otros muchos, el peor sufrimiento podría ser sacarles del agua. Normalmente, los peces de mediana y gran talla son introducidos en los barcos siendo punzados con un anzuelo de mano. Algunas veces, los peces son despellejados vivos. Normalmente, muchos peces son sujetados cuando aún están vivos durante horas en un cabo o cadena que los mantiene bajo el agua. El cabo es colocado atravesando a cada pez, normalmente en la boca y en una branquia abierta. La cadena tiene pinzas como imperdibles gigantes de seguridad en los que los peces son colgados, normalmente a través de sus mandíbulas. La mayoría de los peces capturados por "deporte" se asfixian. Incluso fuera del agua, pueden morir lentamente.

En octubre de 1980, “Field and Stream” el escritor Ken Schultz describió a una lubina que estuvo fuera del agua durante una hora: tanto las branquias como las aletas del pez enrojecieron y aún jadeaba. La captura y suelta de los peces, como mínimo, inflige terror, dolor, e invalidez temporal a los peces. Frecuentemente, se quedan inválidos de forma fatal o permanente. En un artículo de Mayo de 1990 del editor asociado de Field and Stream, Jim Bashline, admitió que el pez comúnmente “lucha tan violentamente según se quita el anzuelo que los pescadores los lanzan hacia el fondo del bote o hacia un banco de rocas.” Los lanzamientos, las redes, el manejo o cualquier otra clase de asalto quitan la delicada y transparente piel de los peces. Cubierta de mucosa, esta capa externa proteje contra las infecciones, el flujo del agua, o la deshidratación de sus tejidos internos- cualquiera de los cuales puede ser mortal. Según han demostrado los experimentos, los peces pueden morir también por un envenenamiento de ácido láctico varias horas después de un sobreesfuerzo, horas durante las cuales pueden estar completamente paralizados. El anzuelo siempre causa heridas. Graves laceraciones en la boca pueden destruir la capacidad del pez para comer. Muchos peces son soltados después de haber sido capturados con anzuelos clavados en las branquias o en órganos internos, como cuando se tragan el anzuelo y les llega al estómago. La pesca también tortura cualquier cebo vivo utilizado. Los pececillos de río y otros peces pequeños son rutinariamente insertados con el anzuelo a través de su lomo, sus labios, o incluso sus ojos. Como las heridas atraen a depredadores en el “deporte” de la pesca, algunos pescadores mutilan los cebos cortándoles sus aletas o rompiendo sus dorsos.

"Gestionando" peces por deporte

Para proveer un número estable de capturas, las piscifactorías de Estados Unidos anualmente llenan las aguas donde se pescará con cientos de millones de peces, especialmente salmones y truchas. Ted Williams, quien se describe a sí mismo como “Un perro viejo para los gestores,” , ha llamado a las truchas de piscifactoría como “restos genéticos”. En septiembre de 1987, en un artículo de Audubon, escribió: “Tras años de cría endogámica de truchas en piscifactorías, éstas tienden a ser deformes. Las cubiertas de las branquias no se ajustan, sus mandíbulas se curvan, sus colas se atrofian.” Algunas mutaciones perjudiciales son promovidas intencionadamente. La División de Recursos Salvajes de Utah, por ejemplo, ha producido masivamente peces albinos muy sensibles a la luz para servir como capturas fáciles. Williams deplora las condiciones en las que las truchas de piscifactorías son criadas: “sucias, superpobladas, con fosas de cemento que arrancan aletas y escamas”. Los peces, añade, están mal equipados para vivir salvajemente. Mientras que las truchas autóctonas huyen ante cualquier movimiento por encima de sus cabezas, las truchas de piscifactorías esperan expectantes a ser alimentadas (principalmente por pescadores). Siendo él mismo un ávido pescador, Williams ha cortado y abierto en canal a una trucha de piscifactoría para encontrar que el pez, acostumbrado a comer bolitas se había estado alimentado de colillas de cigarrillo.

El pescador deportivo Mark Sosin y el biólogo de peces John Clark han coeditado un libro para pescadores llamado, Through the Fish’s Eye: An Angler’s Guide to Gamefish Behavior, (A través del ojo del pez: Guía del pescador sobre el comportamiento de los peces) en el que se identifica de forma cándidamente el objetivo en la gestión de pesca: “proporcionar lo mejor al pescador deportivo.” Para introducir pequeñas poblaciones locales de peces pequeños y aumentar la transparencia del agua (una gran ventaja para los pescadores), los gestores suelen drenar parcialmente los lagos o estanques, dejando que sufran las especies que no son aptas para la pesca a través de la reducción de la comida, de la cubierta protectora y el espacio en la cual evitan a los depredadores. “Cuando un lago o estanque está demesuradamente poblado con especies indeseables”, Sosin y Clark afirman al unísono “La mejor solución puede ser aniquilar a todos los peces y comenzar de nuevo. Esto normalmente se hace en cualquier lago drenándolo hasta dejarlo seco o por envenenamiento de los peces…Después de haber matado a todos los peces, la cuenca fluvial es rellenada con peces de acuerdo a la mezcla deseada de predador y especies presa.” Deseado, esto es, por pescadores y por los “gestores de la vida salvaje” los cuales obtienen gran parte de su salario de las licencias de pesca.

La mayoría de los humanos sienten poca empatía por los peces. Viendo a los peces reunidos en masa, o viéndoles como uniformes a través de su especie, la gente fácilmente les desconsidera como individuos. Como el pez habita en un mundo acuático, se comunica a través de medios ocultos a nuestras percepciones, y como tienen una apariencia física tan diferente a la nuestra, muchos humanos no reconocen su sensibilidad. El resultado es el abuso masivo, y socialmente aprobado.

Cuanta más gente se vuelva consciente de la sensibilidad de los peces, los peces comenzarán a recibir la compasión y respeto que se merecen. En lo que a sentir se refiere, tenemos mucho que aprender de Big Red.


Por Joan Dunayer

Artículo original publicado en The Animals’ Agenda, Julio/Agosto 1991, pp. 12-13, 15-18

Copyright 2001 Joan Dunayer

Traducido por Teresa Gallego de Igualdad Animal.

13 de julio de 2009

Triste Amor Animal.

Golondrinas:
Aqui­ están él y su pareja; ella, herida y en condición fatal. Ella fue golpeada por un automóvil, cuando iba a posarse sobre la ruta.

Aquí, él le trae alimento y la cuida con amor y compasión.

Nuevamente le trae alimento, pero se sorprende al encontrarla ya muerta. Él trata de reanimarla... ¿Viste alguna vez una actitud de este tipo en las golondrinas?

Al darse cuenta que su amor ha muerto y que nunca más estará a su lado, él lanza gritos de dolor.

Él se para al lado de ella, entristecido por su muerte.

Finalmente, consciente de que ella jamás volverá, él permanece al lado de ella, mostrando su tristeza y dolor.

Millones en todos los continentes han llorado viendo estas imágenes. Se dice que el que tomó las fotografías las vendió por casi nada al diario más famoso de Francia.

El día que se publicaron las fotografías, se vendió hasta el último ejemplar del periódico. Y todavía queda gente que cree que los animales no tienen sentimientos o acaso piensan.

Para más historias de este tipo, hacé click en las etiquetas más abajo de Amor Animal, animales asombrosos, animales sintientes y animales inteligentes. De vos depende que esto sea el nuevo paradigma del hombre respetuoso por la vida de todos los seres sintientes del mundo.

Gracias Alicia!

12 de junio de 2009

Un loro con intenciones extrañas.



Esta vez, me tomó por sorpresa. Me da la sensación que este loro quiere algo más que la amistad del gato...
Veamos esta sesión de masajes para despejar dudas.


Como siempre, sigan las etiquetas de animales sintientes o animales asombrosos para más ejemplos.

29 de mayo de 2009

El idilio de un cuervo y un gato.

La historia que van a ver es realmente extraña. Se trata de un gato muy simpático que fue abandonado en el jardín de una casa. Aparte de ser adoptado por los dueños de la finca, hubo alguien más que tuvo la necesidad imperiosa de asumir el rol paterno: un cuervo.
Disfruten la historia.



Sigan la etiqueta de animales sintientes para más ejemplos. Si aún no vieron el documental de la BBC acerca de los sentimientos animales, hagan click acá.

24 de mayo de 2009

Un búho muy mimoso.


Otro ejemplo de la maravillosa experiencia de identificarnos con los sentimientos de otros animales. ¿A quién no le gusta unas buenas caricias en la cabeza?

Si querés saber un poco más acer ca de los animales sintientes, podés ver estos videos de la BBC.

3 de mayo de 2009

Como perros y gatos.

Ya hemos visto un documental de la BBC referido a la capacidad de los animales para sentir emociones y cómo las reflejan en sus acciones. De ahora en más iré agregando videos de ejemplo que podemos tomar para comprender la real dimensión de nuestra incapacidad para entender a los animales como seres sintientes.
Espero que disfruten esta hermosa muestra de amor incondicional entre una gata y un perro.