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20 de diciembre de 2010

Se necesitan dadores de compromiso ciudadano.


Tenemos la necesidad de encontrarnos comprometidos con la acción ciudadana, con la res publica (cosa pública).

Vengo sugiriendo, hace un tiempo ya, que sería oportuno que las fuerzas políticas de oposición de todo el espectro que hoy tiene nuestro país se encontraran ejerciendo un rol de llamamiento a la participación política masiva por parte de toda la ciudadanía. El objetivo sería para ellos mismos y en consecuencia, para todos, el de conformar un sistema de partidos políticos fuerte, con alternancia en el poder, para ejercer los controles necesarios que demanda nuestra Constitución Nacional y que hoy están ausentes de la escena política.

Me refiero a la creación de conciencia en la ciudadanía para que ésta tome la iniciativa de participar en cuanta acción surja en pos de fortalecer realmente a la democracia, que lamentablemente se encuentra hoy identificada como un claro ejemplo de Democracia Delegativa según Guillermo O'Donnell [1].

Ejemplos abundan, pero será hora de apelar a cuestiones morales y comunitarias que tengan que ver con el compromiso con las acciones más insignificantes pero que en su número, imponen la fuerza que necesita el asociacionismo que tanto mencionaba De Tocqueville cuando descubrió la Democracia en América[2]. La unión hace la fuerza y vivir en democracia nos debe enseñar que siendo cada uno eslabones de una inmensa cadena llamada Nación podemos lograr hasta las cosas más inverosímiles.

Crear conciencia
en la ciudadanía es contarle acerca de sus derechos cívicos para defender lo que tanto nos costó. Es explicarle acerca de la importancia que tiene el derecho a sufragio. Es enseñarle cuánto más valioso es si a uno le toca ser autoridad de mesa. Ni hablar si uno se compromete a ser fiscal para llevar adelante la valiosísima tarea de defender el más preciado acto soberano que tiene la democracia que es el día de elección.

Sobre mi primera acción masiva
Es una campaña agresiva, pero necesaria en tiempos de crispación para despertar al ciudadano confortablemente adormecido. Comenzaría haciendo un spot con alguien que nuestro pueblo pueda tomar como neutral aunque sea representativo de nuestra idiosincracia. Situarlo en una locación afín a nuestra cotidiana realidad como puede ser un clásico bar de barrio o en un típico banco de plaza.
El spot dura lo que le lleve leernos profundamente y para todos "El analfabeto político" de Bertolt Brecht.

El peor analfabeto es el analfabeto político.

No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. 

No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.

El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. 

No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.

Bertolt Brecht.


Analfabeto político es un sinónimo de idiota.

El idiota, en la antigua Grecia, era simplemente aquél que se preocupaba sólo en sí mismo, de sus intereses privados y particulares, sin prestar atención a los asuntos públicos y/o políticos. Pronto esta palabra se convirtió en un insulto, ya que en la Antigüedad grecorromana la vida pública era de gran importancia para los hombres libres. Ser un idiota (como persona preocupada sólo de lo suyo) se convirtió en ser un idiota con la acepción actual, ya que en la
democracia era considerado deshonroso no participar de ella.
De hecho, en la corriente estoica se veía como obligación del hombre sabio el ser un hombre público y político, por lo que despreciaban duramente a los epicúreos, para quienes la vida política no era más que una fuente de problemas, sufrimiento y, por tanto, infelicidad. [3]


[1] Contrapuntos: ensayos escogidos sobre autoritarismo y democratización, (1997)
[2] De la démocratie en Amérique, (1835-1840)
[3] Blog del Castellano. Orígen etimológico de la palabra Idiota.


Post original publicado el 6/12/2008

23 de octubre de 2007

Elecciones 2007.


Se acercan las Elecciones. Votamos quién dirigirá los destinos de nuestro país los próximos 4 años. Votamos también la renovación de la mitad de las cámaras alta y baja del Congreso Nacional. Votamos a Gobernadores de varias provincias e Intendentes también.



¿Cuánta gente irá a emitir su sufragio?
Antecedentes:
Elecciones Presidenciales 2003: 78,22 de votantes del padrón sufragaron. De ese porcentaje, el 97,28% fueron positivos.
Elecciones Legislativas 2003: 57,3% de votantes del padrón sufragaron. De ese porcentaje, el 96,5% fueron positivos.
Elección Jefe de Gobierno 2007: Primera Vuelta: 69,2% de votantes del padrón sufragaron. Segunda vuelta: sólo el 68,38% sufragaron.


La democracia argentina pasó a ser, en sentido fáctico, una autocracia, donde el Presidente Kirchner maneja prácticamente los tres poderes. Interfiere en todas las decisiones de la Justicia, habiendo "renovado" la Suprema Corte a manos de un Consejo de la Magistratura armado a dedo, posee una mayoría automática en el Congreso y tiene un Jefe de Gabinete con superpoderes que le otorgan una nula transparencia al manejo del Presupuesto Nacional.
La gravedad institucional se cimenta sobre las bases de la apatía del pueblo por la política en general.
La política pasó a ser sinónimo de trampa, rosca, clientelismo, planes "trabajar", negociado, enriquecimiento personal y muchos otros sinónimos más que, en su totalidad, son negativos.
Lo más grave es que el ciudadano común, el habitante del suelo argentino, no nota que su vida está regida por todo un universo de decisiones políticas. Todas estas decisiones, mal tomadas, inciden en mucho más que una generación de argentinos, inciden en por lo menos dos generaciones de argentinos por nacer, ancianos, personas comunes y hasta en el precio de lo que pagan por una papa.
La ausencia de política de educación para consolidar un modelo de país fuerte, con mano de obra capacitada, con profesionales bien pagos, con gente segura, que confíe en las instituciones que las deban proteger, es una consecuencia de la apatía política.
"Esos políticos", "Yo voy a llevar una feta de salame", "una figurita de montoto", "Yo no voy a votar ni en pedo", "no me interesa votar", son frases horribles para la vida de todos los hombres que habitan el suelo argentino y de todos los niños por nacer.
Comprometerse con la política es ser patriota, es pensar una patria a futuro. Es querer vivir mejor. Buscar la solución definitiva a los problemas que se emparchan para las elecciones o se tapan con noticias estruendosas.
Muchos deberán pensar en participar activamente en la política para aportar su conocimiento y lucha para lograr ese objetivo.
Otros, simplemente, deberán votar. Ejercer su derecho. Sí señores, votar es nuestro derecho.

Les dejo un texto corto, escrito en 1933 por Bertolt Bretch.

El peor analfabeto es el analfabeto político.

El peor analfabeto es el analfabeto político.
No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.
No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.
No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.

Gracias Mr. Groncho por el post inspirador.