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11 de noviembre de 2007

La piratería es delito.


En la Argentina se venden 26 millones de discos ilegalmente, lo que genera para la industria de la música pérdidas por 600 millones de pesos, cifra que, si se suma el 21 por ciento de IVA, alcanza 620 millones de pesos.

Así lo advirtió el abogado Javier De Lupí, representante de la Industria Argentina de la Música (CAPIF), quien destacó la labor realizada por la Aduana que, mediante amplios operativos, incauta permanentemente millonarios cargamentos de música ilegal que pretenden circular por la Argentina.
Según la información suministrada por CAPIF, sólo en la Feria bonaerense de La Salada se venden discos entre 1 y 1,25 pesos y se encuentran ofertas de 10 discos por 8 pesos. En ese sentido señala que "la piratería representa el 60 por ciento", es decir que "sólo el 40 por ciento corresponde al mercado legal". Por otra parte, también refirió al tráfico de música en Internet, al que consideró incuantificable, pero estimó que alcanza el 80%
Además, afirmó que si bien "debemos trabajar con acciones elocuentes, como la destrucción del material por una cuestión de claridad, dejando el mensaje de que ese material no vuelve al mercado", también "los organismos estatales deben tratar de que la piratería no sea un negocio redituable con baja penalidad", porque "la música es una expresión creativa que genera bienes intelectuales".

Lo que parece ser un negocio que apunta a bajar el precio de los discos irremediablemente, es en verdad una certera muestra más de que en la Argentina, la viveza criolla nos va a hundir definitivamente.

Todos hemos caído en la tentación de bajar música por internet, comprar discos o películas copiadas en puestos callejeros pero, ¿alguna vez te preguntaste hasta donde llega el daño cometido?

En principio, la industria discográfica emplea a miles de personas que trabajan a lo largo y a lo ancho de la estructura del negocio, desde los estudios de grabación, pasando por los editores, masterizadores, proveedores del rubro, distribuidores, personal de las discográficas, músicos, agencias de prensa y difusión, tiendas de venta de discos, estudios de diseño, etc.

Si los discos no entran en el circuito formal, toda esta masa comercial no tiene razón ni sentido de ser y por ende los músicos dejarían de promocionar y producir sus discos, ya que sin el sustento económico de todo el mercado sería inviable su quimera.

Todas las bandas y músicos que operan en el circuito independiente, solamente excluyen a las discográficas del negocio, por lo tanto, necesitan sí o sí, de los distribuidores, tiendas de discos y demás empleados del rubro para posicionar sus discos a escala nacional.

En la vereda de enfrente están los puesteros que no tienen ningún tipo de protección. Su empleo informal no los protege por enfermedad, no les da obra social, ni seguro de sepelio ni de vida obligatorio, no les da una jubilación ni los incluye en mercado laboral. Obviamente todo lo vendido por ellos se divide en dos partes: El dinero que cobra la comisaría local para dejarlo operar y el resto va a parar al personaje siniestro que opera a gran escala armando su estructura informal que no aporta un sólo centavo de impuestos al fisco. Esos mismo impuestos que deben ser utilizados para solventar a las fuerzas de seguridad, la educación pública, las universidades, la salud pública, etc.

En resumidas cuentas, si pensás que comprando discos o DVD piratas te beneficiás vos porque pagas una séptima parte de lo que valen, entonces tu problema es particular y el verdadero problema general no lo ves o no te interesa verlo. Pensálo.

Yo por lo pronto, compro con menos frecuencia, pero compro discos legales. Si todos compramos, el precio baja y la piratería deja de existir.