Rumiantes a la orilla del camino trunco, ya sin dientes útiles, con una pesada digestión de nada, exhiben sus miserias óseas cual producto de una existencia sin sobornos.
Mentes bovinas, logradas en el tiempo que se permitió y se permite.
Penosa postal de un pueblo que fue traicionado desde dentro, que es la única manera.
La manada no reconoce derechos violentados, solo necesita espacio para pacer.
Manada que aunque pacifica, deja de serlo en estampida, la unión la pondrá a salvo, pero no la salva de ser manada.
En posterior calma, tal vez se reconozcan individuos, personas libres después que justas.
Desempolvar el espíritu de La Constitución Nacional resultaría el mayor acto de justicia, para que los últimos doscientos años no hayan resultado en “la nación que no pudo ser”,… ni ser justa,… ni libre,… ni soberana.
Hoy,… solo una quimera, y que no produce el menor rubor, ¿o es que la vergüenza paso de moda? Esta sería una buena pregunta para los estadistas, que se llaman demócratas elegidos por el pueblo, además están los que esperan su turno, o tajada, afectos todos, a las manadas mendicantes.
Limpiar la porquería nunca resulta grato, tarea que solo la podrán llevar a cabo los que aún conservan en plenitud su salud moral, los que no son pocos, y no integran manadas.
El primer paso, si mal no recuerdo, consistía en arremangarse, y aquí veo la intención.
Por Casper, un obsequio para Crear Conciencia.
Aderezar este tema con un buena porción de Sheeps.*
*Tema del disco Animals de Pink Floyd.
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