El cambio climático, fortuitas casualidades de la naturaleza, la falta de previsión del ser humano... Sea como fuere lo único cierto es que cada año sufrimos en todo el planeta más desastres humanitarios: desde un tsunami en Indonesia hasta un brutal seísmo en Haití o Chile. Con el fin de potabilizar agua rápidamente en casos de emergencia se han unido la Universidad Pública de Navarra y Acción Contra el Hambre para crear una depuradora más barata, sencilla y fácil de transportar.
Hasta el momento existían dos sistemas para depurar agua en estas situaciones: el de plantas compactas y el Batch. El primero es realmente eficaz pero caro y, casualmente, la mayoría de las ocasiones en que se produce una catástrofe humanitaria, esta se produce en países pobres, por lo que no es un sistema viable. El segundo, el Batch, es barato y sencillo pero es lento y poco fiable.
Gracias al sistema físico-químico denominado "coagulación-floculación-decantación", se elimina del agua superficial las impurezas que no se consiguen eliminar con un simple filtrado. El sistema permite la depuración de agua de manera rápida y continua, con una calidad similar a la conseguida a través de las plantas compactas y con un precio de unos mucho más reducido que con otros sistemas.
Más barata y eficaz
Para hacernos una idea, una planta compacta utilizada tradicionalmente en casos de emergencia, produce tres metros cúbicos por hora y cuesta alrededor de 40.000 euros. El nuevo invento produce diez metros cúbicos por hora (capaz de surtir de agua a 9.500 personas) y cuesta 4.000 euros.
El nuevo invento es muy fácil de manejar, lo que le convierte en un aliado ideal en caso de poblaciones poco habituadas al uso de tecnología. Al igual que su manejo, el aprendizaje es muy sencillo.
Aparte de la nueva depuradora, de la colaboración entre la ONG y la Universidad ha nacido otro segundo desarrollo tecnológico. Este consiste en unos cilindros para apuntalar y revestir pozos de hasta 15 metros de profundidad y poder ser usados en tan solo 24 horas.
Como explica el responsable de Agua y Saneamiento de Acción contra el Hambre, Pablo Alcalde, "estos dos nuevos desarrollos pueden permitir a las organizaciones humanitarias ser más rentables y rápidas después de un desastre, cuando los puntos de agua suelen quedar anegados o destruidos, poniendo en peligro la vida de los damnificados".
Por su parte, el director del proyecto de investigación, Javier Induráin, explicaba que "el reto ha consistido principalmente en ser capaces de adaptar tecnologías consolidadas a las necesidades concretas de un escenario de emergencias (transporte, robustez, facilidad de montaje y operación, etc.) priorizando además la contención de costes".
Por Javier Flores para Muy Interesante.
1 comentario:
No cabe duda que esto es emplear la técnica de forma inteligente.
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