13 de septiembre de 2011

Cortos Abrementes. Fragmento de Su Excelencia.

En esta oportunidad les dejo un fragmento de las muchas enseñanzas que nos legó Mario Moreno "Cantinflas". Un excelente discurso de política internacional que se encuentra incluido en la película "Su Excelencia". Tengamos en cuenta que fue pronunciado en momentos en que el mundo era bipolar, y la URSS y los Estados Unidos, disputaban espacios de poder en todo el planeta. Las cosas no han cambiado mucho. Como referencias cómicas, Cantinflas es embajador de un país chiquito y bananero, llamado "República de los Cocos". Cuando se refiere a "Salchichonia", habla de Alemania, cuando dice "Dolaronia" se refiere a los Estados Unidos. Los países "colorados" son las naciones socialistas, los "verdes", los países capitalistas y los de "dulce" son países subdesarrollados.

Porque el mundo no está dividido por fronteras reales sino que los hombres hemos creado "mapas políticos" donde las divisiones nos separan y provocan la extraña y aparente distancia que no debiera existir entre los seres humanos.
"Con humildad de albañiles no agremiados, debemos de luchar por derribar la barda que nos separa. La barda de la incomprensión, la barda de la mutua desconfianza. La barda del odio... pero no la barda de las ideas, eso no, NUNCA. El día que pensemos igual y actuemos igual, dejaremos de ser hombres para convertirnos en máquinas, en AUTÓMATAS."
La ideología no se impone ni por la fuerza de las armas ni por la fuerza del dinero. Ni las derechas ni las izquierdas han podido acabar con el hambre ni con la miseria. Ambos extremos están más pendientes de imponer ideas que de resolver los problemas que atañen a los peones del tablero de ajedrez de la política internacional.
La humanidad se encuentra atravesando una crisis más de las que se promueven desde el sistema financiero y económico. Sin embargo, nunca avanzamos en la resolución de los males más profundos que la humanidad no ha podido enfrentar y que sólo se pueden resolver con voluntad política, con espíritu fraternal, y con la idea más alta de hacer de este mundo, un mundo de PAZ.
El máximo anhelo de todos los hombres de la Tierra no es otro que "el anhelo de vivir en PAZ, el anhelo de ser libres, el anhelo de legar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos, un mundo mejor, en el que reine la buena voluntad y la concordia."


Si tan sólo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras que hace dos mil años dijo aquél carpintero de Galilea, sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones: "Amaos los unos a los otros". Pero desgraciadamente el hombre ha entendido mal y hoy se rige por el "Armaos los unos contra los otros".

La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.

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