Se debe asegurar que las áreas
naturales protegidas sean reconocidas como una importante contribución en las
estrategias de adaptación y mitigación ante el cambio climático global para la
diversidad y el bienestar humano
Por Prof. Norberto Ovando* y
Téc. Laura Inés Ferrer **
Parque Provincial
Pte. Perón, San Luis / Foto N. Ovando
La
apertura de este artículo refleja el objetivo principal que la UICN en conjunto
con las organizaciones asociadas, fijaron en el Proyecto PACT
2020 (Protected Areas and Climate Turnaround), sobre Áreas Protegidas y
Cambio climático.
La
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe define
que, “El cambio climático, que se expresa, fundamentalmente, en el aumento de
la temperatura media, la modificación de los patrones de precipitación, el alza
del nivel del mar, la reducción de la superficie cubierta por nieves y
glaciares, y la modificación de los patrones de los eventos extremos,
representa uno de los grandes desafíos de la humanidad en este siglo”.
El Panel Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático-
IPCC ha identificado a las áreas protegidas como esenciales para la mitigación
y la adaptación del cambio climático. Otros entes intergubernamentales han
repetido este mensaje, particularmente la Convención de Diversidad Biológica
(CDB).
Un número creciente de gobiernos están señalando a las
áreas protegidas como herramientas para combatir el cambio climático, e
incorporando a las mismas dentro de sus estrategias nacionales.
Áreas Protegidas
Un área natural protegida (ANP) es definida por la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN), como “un espacio geográfico claramente definido, reconocido,
especializado, dedicado y manejado, a través de medios legales u otro tipo de
medios eficaces, para lograr a largo plazo la conservación de la naturaleza y
de sus servicios ecosistémicos y sus valores culturales”.
Las áreas protegidas son más eficaces cuando tienen una
buena capacidad, una gestión eficiente, estructuras de gobernanza consensuadas
y un apoyo sólido de las comunidades locales y residentes.
Las ANP ya cubren más del 13,9 por ciento de la superficie
terrestre del planeta y una superficie no suficiente pero creciente, en áreas
costeras y océanos.
Las áreas protegidas constituyen herramientas comprobadas
para mantener los bienes y servicios naturales esenciales, que a su vez pueden
ayudar a aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad del bienestar
humano ante el cambio climático.
Parque Nacional Yasuní+ITT, Ecuador / Foto
Cortesía Yasuní ITT
Mitigación y adaptación
Las áreas protegidas ya son beneficiosas en términos de
mitigación y adaptación.
Estas áreas pueden ayudar a la naturaleza y a la sociedad
a mitigar el cambio climático por medio de la captura y el almacenamiento del
carbono
(CO2) en los ecosistemas naturales, y a adaptarse a los cambios
climáticos actuales o pronosticados mediante la provisión de diferentes formas
de servicios de los ecosistemas.
Las áreas protegidas pueden servir para ambas cosas la mitigación y la adaptación al
cambio climático. La mitigación se logra al guardar
carbono que puede ser emitido de otra forma o retenido en la atmósfera, y la
adaptación se logra a través del aprovisionamiento de un rango de bienes y
servicios ambientales que tienen que ver directamente con algunos de los
impactos del cambio climático en las personas.
Las áreas protegidas proveen medios prácticos y efectivos
para tratar muchos aspectos de la adaptación a través de enfoques basados en
los ecosistemas.
La adaptación basada en los ecosistemas usa la
biodiversidad y los servicios ecosistémicos en una estrategia general de
adaptación. Esta incluye el manejo sostenible, protección y restauración de los
ecosistemas para mantener servicios que puedan ayudar a las personas a
adaptarse a los efectos adversos del cambio climático.
Parque
Nacional Huascarán, Perú / foto Gob de Perú
Impactos de desastres naturales
El cambio climático tiene un impacto directo sobre muchos
de los riesgos que pueden dar lugar a desastres.
El clima es cada vez más variable y sujeto a condiciones
climáticas extremas. Los especialistas en reducción de desastres enfatizan que
los impactos del cambio climático necesitan ser evaluados junto a otros
desastres naturales.
El papel más inmediato de las áreas protegidas en la
reducción de desastres es, el de aminorar los efectos de los peligros
naturales.
Las áreas protegidas pueden jugar un papel vital en el
manejo de las amenazas existentes, reduciendo las presiones en general y al
mismo tiempo proveyendo medidas activas de manejo para reducir los riesgos
climáticos que amenazan la biodiversidad.
Conclusión
Los gobiernos Nacionales,
Provinciales y Municipales, deben
incorporar el papel de los sistemas de áreas protegidas dentro de las
estrategias y planes contra el cambio climático.
Se debe garantizar el manejo eficaz de las áreas
protegidas para que las mismas provean beneficios a la biodiversidad, a la
mitigación y a la adaptación al cambio climático.
Fuente: WWF / UICN / UNDP / CEPAL / AAPN
* Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales - AAPN -
Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas
- WCPA - de la UICN-
Red Latinoamericana de Áreas Protegidas -
RELAP -
** Coordinadora Delegación Cuyo - AAPN -
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