"Lo importante es la acción, no el resultado de la acción. Debes hacer lo correcto. Tal vez no esté dentro de tu capacidad, tal vez no esté dentro de tu tiempo que haya algún resultado."
Mahatma Ghandi.
Hoy se conmemora en todo el mundo el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Un arduo trabajo a nivel internacional, en la ONU y en los bloques regionales, ha hecho de este día, uno internacional, para crear conciencia sobre las temáticas que interesan a igualdad de género o la violencia ejercida contra la mujer.
No nos quedemos con la simplificación comercial del Día de la Mujer puesto que, de esa manera, nos olvidamos de los por qué y de los cómo hemos llegado al siglo XXI con un déficit global en materia de derechos por la igualdad de género, y por sobre todo, la abolición total de la trata de mujeres y la esclavitud que sigue vigente en muchísimos países a la sombra de la protección política y la corrupción institucional aferrada a los Estados.
Cuando enfrentamos cambios estructurales en nuestras sociedades, y ésto ocurre cada vez con mayor intensidad y velocidad en los tiempos modernos, surgen naturalmente, quienes se oponen a dichos cambios por diversas razones. En síntesis, todos ellos son relacionados con el cambio en los flujos de poder o porque la costumbre hace a la seguridad, que no es otra cosa que una construcción subjetiva que nos brinda tranquilidad aparente en los comportamientos usuales de nuestro entorno social.
En el caso de las mujeres y la lucha por los derechos que le otorguen la incuestionable igualdad de género, ocurre algo más complejo puesto que no sólo podemos encontrarnos con fanáticos machistas sino también con fanáticas machistas. Hombres y mujeres que sostienen una forma de vida que obliga a un género a someterse al otro o a condicionar la libertad de acción, de pensamiento, de opinión y cualquier otra libertad vinculada con la responsabilidad que nos cabe como seres individuales, pensantes y creativos.
Además, para completar el combo en el mapa del conflicto en torno a la igualdad y por el fin de la violencia de género, nos encontramos con aquellas defensoras de la lucha que abrazan con convicción fanática su bandera y la enfrentan de una forma que no hace mella en la estructura social amoldada al patriarcado, simplificado en machismo explícito.
Aquellas mujeres que han iniciado la lucha han debido ser radicalmente combativas para lograr un ápice de cambio. Pero el cambio está en marcha y hoy la sociedad tiene otras herramientas para conducir los flujos de información y educación con el objetivo de alcanzar las metas e ideales de la igualdad de género.
Es fundamental poder aprovechar aquellos canales que resultan banalizados por el statu quo para transmitir esa necesidad de cambio. Luchar contra ellos es un síntoma de que estamos perdiendo la batalla. Por eso, regalemos flores, tarjetas, bombones y todas aquellas obsequios que se nos ocurren para poner de manifiesto la necesidad de comunicar la idea de un cambio de paradigma. Cualquier cosa que quiera imponerse por la fuerza, podrá conquistar el poder momentáneamente pero un cambio de conducta, no es un cambio de cultura. Finalmente, todo volverá a su cauce rígido donde la costumbre no incomoda a las personas que carecen de la motivación para el cambio en dosis necesarias.
Festejemos este nuevo día de la Mujer, por sus derechos, por los derechos de todos aquellos que buscan el fin de la opresión de los unos sobre los otros. Festejemos un día donde podamos tomar y crear conciencia por la Paz Internacional.
Este es un homenaje a todas las mujeres que a diario luchan por los derechos de todas y trabajan por el fin de la violencia de género para que los Estados erradiquen sus nichos de corrupción que permiten que aún existan prácticas aberrantes como la trata de mujeres y niñas.
La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.