El aluminio no se encuentra en forma pura en la naturaleza sino a través de la bauxita de la cuál se extrae la alúmina que no es otra cosa que el óxido de aluminio. Para obtener aluminio puro se efectúa un costosísimo, energéticamente hablando, proceso de electrólisis.
El reciclado del aluminio constituye uno de los programas más exitosos de comercialización/inclusión de la sociedad y del sector industrial para el logro de los objetivos de preservación de la energía y del medio ambiente. Permite la inclusión social generando empleo con mano de obra No Calificada en la recolección de desechos de aluminio, dándole al mismo, una gran importancia a nivel social.
El aluminio es el material reciclable mejor pago de los que encontramos en la basura doméstica.
Lo más importante de esta realidad comercial es que reduce el gasto energético en un 95%. Mientras el proceso electrolítico de obtención de un kilo de aluminio demanda 15kwh de energía eléctrica, el reciclaje de este material mediante el sistema de fundición apenas demanda, 0,75kwh.
El reciclaje de aluminio se hace a través de un sistema de fundición, antes mencionado, de bloques previamente separados según el origen y cantidad de reciclados que lleva el mismo ya que, en función de la entropía universal, existe un límite al reciclaje de este material. La energía utilizada para el reciclaje de aluminio representa el 4% de la energía utilizada para la fundición de hierro. Es por esto que las ventajas de este metal son excepcionales desde todo punto de vista.
Lo más importante a destacar es que el reciclado de 1 tonelada de aluminio evita la extracción de 4 toneladas de bauxita.
