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27 de junio de 2008

Masacre de ballenas piloto en las Islas Feroe.

Los ritos iniciáticos han sido, a lo largo de la historia de la humanidad, ceremonias que dinamizaban la inclusión de nuevos integrantes a una sociedad adulta. La muerte es un elemento clave para simbolizar el pasaje de la vida anterior, más primitiva, a la siguiente, con más responsabilidades y un sentido de pertenencia implícito.
Ahora bien, en pleno Siglo XXI, masacrar ballenas para que adolescentes dinamarqueses se sientan hombrecitos me parece una reverenda imbecilidad. Primero, por no demostrar evolución en su sociedad y en la adaptación de sus ritos, y segundo, por ignorar por completo, el cambio de paradigma mundial referido al respeto por los derechos animales.
Esta masacre no tiene justificación alguna. No hay excusa válida. Vean de qué se trata:

Esta información ha sido corroborada por WSPA - World Society for the Protection of Animals.

AUNQUE PAREZCA MENTIRA AÚN HOY DÍA SE SIGUE REALIZANDO CADA AÑO ESTA BRUTAL, DANTESCA, SANGRIENTA MASACRE EN LAS ISLAS FEROE.
El mundo desconoce este atentado a la vida. Difúndanlo. No hace falta copyright. Esto es universal. La barbarie debe terminar de manera inmediata.

ES ABSOLUTAMENTE INCREÍBLE QUE NO SE HAGA NADA PARA EVITAR ESTA BARBARIE QUE SE COMETE CONTRA LAS BALLENAS PILOTO, UN DELFÍNIDO INTELIGENTÍSIMO QUE TIENE LA PARTICULARIDAD DE ACERCARSE A LAS PERSONAS POR PURA CURIOSIDAD. DIFUNDIDLO POR TODAS PARTES, POR FAVOR.

Para aquellos que quieran escribir a la Embajada de Dinamarca*, aquí les dejo los datos para que le hagan llegar sus denuncia:

Av. Leandro N. Alem 1074 9 º Retiro. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Telefono: (54 11) 4312 6901

*El reino de Dinamarca tiene la representación de las Islas Feroe en nuestro país, a pesar de que son un territorio autónomo desde 2005.

31 de octubre de 2007

La mentira japonesa y las ballenas.


Luego de casi dos siglos de caza sin control, la población global de ballenas como la ballena franca y la azul, habían perdido entre el 95 y 97% de su individuos.

La actuación de Greenpeace ha sido fundamental para frenar la matanza de ballenas. En alta mar, los activistas han interpuesto sus cuerpos, sus gomones y sus barcos entre los arpones de los buques balleneros y las ballenas. También han protestado pacíficamente ante las embajadas y los gobiernos de países balleneros para que suspendan la cacería.

En 1986 la Comisión Ballenera Internacional (CBI) decretó una moratoria a la caza comercial de ballenas. De todas las naciones que cazaban ballenas en 1989, cuando la moratoria entró en vigor, solo Japón, Noruega e Islandia siguieron con esta actividad. Encontraron vacíos legales (razones científicas) que les permitieron seguir adelante con esta actividad o abiertamente desafiaron las resoluciones de la CBI para continuar cazando ballenas. Actualmente, estos países promueven el fin de la moratoria lo cual tendría un impacto devastador sobre las poblaciones remanentes de esos cetáceos.


La caza “científica” de ballenas es simplemente un atajo para la caza comercial. Una excusa ridícula para seguir ofreciendo platos carísimos de carne de ballena en restaurantes de Tokio.


Durante el año 2006 Greenpeace se propuso como objetivo que las compañías multinacionales balleneras dejaran de ser cómplices de esta actividad subsidiada por el Gobierno Japonés.Después de dos meses de acciones en Mar y seis meses de múltiples campañas de presión por parte de los consumidores en todo el mundo hacia las compañías que financiaban la caza de ballenas, Nissui, propietaria de una tercera parte de Kyodo Senpaku, empresa dueña a su vez de la flota ballenera, abandonó el negocio definitivamente.

Si bien esto no puso fin al programa de “caza científica” llevado a cabo por Japón, demostró que no existe interés en la caza de ballenas desde el punto de vista comercial y que no hay justificación para esta caza. Esto permitió nuevamente poder direccionar toda la presión hacia el Gobierno de Japón, ahora aún más, el principal responsable de la caza de ballenas. Greenpeace siempre sostuvo que la presión del público es la que termina haciendo el mayor aporte en la resolución estos conflictos internacionales.