4 de febrero de 2009

Para los animales todos los humanos somos nazis.

No tengo más palabras que pedirles que reconsideren su dieta. Plantéense si vale la pena seguir siendo parte de las cadenas mundiales de muerte animal a escala industrial. Información acerca de alimentación, motivos ambientales, de salud y cualquier otra índole podrán encontrarlos buscando en el blog. Si quieren preguntarme algo concreto, adelante. Espero poder ayudarlos.

4 comentarios:

Susana Peiró dijo...

Y yo voy a tratar de reconsiderarla Amigo! Es difícil mi cielo y creeme que entiendo perfectamente el mensaje.

Gracias por la publicación!

Un besote Oliver!

Anónimo dijo...

Es difícil, aunque no imposible.
Mi experiencia es la siguiente: hacerlo paulatinamente. No logré hacerlo de otra manera. Por ejemplo, comprometiendose a no comer carne "sólo por hoy". Así logré consumir mucha menos carne. Cuando me invitan a comer y no hay otra cosa... pues como, sabiendo el sacrificio que ha implicado. Gracias por todo Oliver.

Alejandro

Gemma dijo...

Recién hoy me animé a mirar el video porque realmente me demuelen las imágenes crueles (atormentándomne, todavia,tengo en la retina el perro dogo de facebook) y aunque no las hay, las semejanzas al sistema nazi de aniquilamiento y el contraste entre la vida y la muerte es impactante y efectivo.
Un beso enorme

OliverX dijo...

Su:
En mi caso, fue casi instantáneo el gran paso. Siempre fuí muy carnívoro en mi dieta. En cosa de 6 meses comencé a interiorizarme acerca de todo lo concerniente al paradigma alimenticio global. Le busqué todas las aristas, complicaciones, intereses poderosos y, por sobre todas las cosas, comprendí lo que era ponerse en el lugar de otro ser sintiente.
Un día me levanté y dije: "A partir de hoy, no seré parte de ninguna cadena de matanza animal."
Y así fue.
No extrañé los asados, ni los chorizos, ni los salamines, ni ningún plato que haya tenido a un ser con ojos que hayan pedido piedad o sufrido el horror de lo innecesario.

Es lógico encontrarme con argumentos especistas, pero lo concreto es que todos esos argumentos son inexactos y peligrosos para la continuidad de nuestra propia especie.

Hablo de salud, medio ambiente, biodiversidad, hambre mundial, agotamiento de los suelos, gasto energético, emisión de gases de efecto invernadero, faltante de agua dulce, depredación ictícola, y mil etcéteras más.

Podría elegir obviar lo difícil del momento que la humanidad transita y hacia donde se dirige.
Podría pensar de forma egoísta y rogar que no me toque a mí vivir verdaderas catástrofes.

Lo que no puedo obviar y negar es que inexorablemente mis hijos recibirán un mundo peor del que me toca vivir y que si no soy coherente con lo que deseo para ellos, mi esfuerzo no habrá valido la pena.

Mil besos, Su.

Alejandro:
Todo vale. Nadie sabe más que uno acerca de cómo podemos resolver nuestros propios desafíos.
Hoy le contaba justamente a Gemma acerca de una frase de cabecera mía:
"Conócete a tí mismo y conocerás al universo".
De eso se trata. Ser conciente de lo que podemos cambiar con nuestro aporte puede ser verdaderamente revelador.
Gran abrazo.

Gemma:
No te niego que es un video efectista y que busca anclar la emotividad y dureza del horror nazi. Lo cierto es que nadie puede tolerar 5 minutos adentro de un galpón de KFC (Kentucky Fried Chicken), donde millones de pollos hacinados se desarrollan acelarandamente con alimentos hormonales, fracturando sus patas y alas, viviendo a oscuras sobre un piso totalmente defecado, con el aire irrespirable producto del amoníaco que hace llorar los ojos.

La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.

Beso, Gemma.