Roscoe, un joven orangután de 3 años, había quedado devastado por la muerte de sus padres. Estaba muy deprimido, se rehusaba a comer y no respondía a los tratamientos. Sus veterinarios creían que se estaba entregando a la muerte.
Un perro ya mayor fue encontrado perdido en las inmediaciones del Parrque Zoológico y cuando lo llevaron a la sala de tratamientos, conoció a Roscoe. A partir de esa experiencia juntos, no se separaron más.
El orangután encontró una nueva razón para vivir y hoy se esfuerza por seguir las actividades de su amigo can.
Viven en el norte de California y la natación es su actividad favorita, aunque Roscoe todavía le tiene miedo al agua, por lo que se ayuda de su amigo.
Pasan todo el tiempo juntos. A través del amor y la amistad han hallado la felicidad que nos demuestran sus rostros aunque los animales humanos sigamos jactándonos erróneamente en creer ser los únicos capaces de reír y sonreír.
Ellos encontraron algo más que un hombro amigo en el que apoyarse.
La verdadera enseñanza que nos dejan estas imágenes, más allá de reconocernos todos los animales en un pie de igualdad en relación a ser sintientes, es que el amor no encuentra límites de envoltorios, envases, cuerpos o lo que quieran llamarle a nuestra corpórea realidad.
El amor es universal, así lo es para todos los seres que sienten sobre la faz de la Tierra.
Para más historias acerca del adorable amor animal, sigan la etiqueta más abajo.
3 comentarios:
Esa empatía entre especies no humanas, tan libres de adjetivos
Como soy medio tonta me emocionó hasta las lágrimas. Cuantas cosas tendríamos que aprender de ellos.
Saludos
PD: viste el debate Filmus-Bonasso por la ley de los Glaciares? Que te pareció?
me mataste con estas fotos !!!!!
Publicar un comentario