11 de septiembre de 2021

Al Maestro de América: Domingo Faustino Sarmiento


Sarmiento, maestro de América
Es curioso escuchar de la boca de personas instruidas una valoración, en extremo negativa, sobre Domingo Faustino Sarmiento. Sin lugar a dudas, el sanjuanino se mostraba siempre soberbio y avasallante. Difícilmente encarnara una figura popular aunque tampoco pueda decirse que no era un verdadero líder.
Por otro lado, su condición de admirador de los Estados Unidos* y romántico (en el término literario) le ha significado la condena de aquellos que no han sabido interpretar la historia como debiera siempre interpretarse: en su contexto y conociendo, en profundidad, el paradigma sociológico que estructuraba las relaciones entre las personas de la época.

No le gustaban los indios (salvo muertos), prefería a los inmigrantes capacitados para trabajar, al igual que la mayoría de los hombres que soñaban una Patria a la europea, poblada, pujante y tecnificada. Si interpretamos correctamente la historia, -esto es, ponernos en contexto sociológico y comprender cómo se pensaban las personas de aquella época, con qué recursos se contaba y qué grado de desarrollo legal, político e institucional se había alcanzado- resulta comprensible su visión aunque no avalemos la aniquilación de los pueblos originarios (sin soslayar el hecho de que pueblos, no tan originarios en nuestra patagonia, como los mapuches fueron aniquiladores de pueblos originarios pacíficos como los tehuelches).
Pero para demostrar un poco más lo hecho por Sarmiento como Presidente de la Nación, vayamos directamente al análisis del primer Censo que se hizo en el país, bajo su presidencia:

Durante los días 15, 16 y 17 de septiembre de 1869, se levantó el primer censo general de población. Fue dirigido por Diego G. de la Fuente y supervisado por Vélez Sarsfield.
Se pudo comprender la dimensión del gentilicio argentino.

En un territorio vacío vivían 1.836.490 habitantes, de los cuales casi 500.000 estaban en la provincia de Buenos Aires.
El 5% constituía la población indígena.
El 8% la población extranjera de origen europeo.
Apenas el 30% del total se radicaba en ciudades.
207.673 familias habitaban ranchos de barro y paja, y 54.760 casas de material más elaborado.
Las guerras habían dejado 61.424 viudas, 3.000 mil inválidos y 87.000 huérfanos

Existía un número potencial de 300.000 ciudadanos aptos para votar, de los cuales 50.000 eran capaces de escribir su nombre en un registro electoral.

Contábamos con apenas:
2.307 maestros y profesores,
458 médicos y 194 ingenieros,
contra unos 9.602 militares,
1.047 curanderos y 439 abogados.

El 29% apenas sabía leer y escribir.

Les pido que se pongan en el lugar de este hombre y comprendan lo que luego encaró como plan de Gobierno. De más está decir que, analizando las cifras, eligió como prioridad máxima la educación, como siempre lo hizo. Pero, sin embargo, sus logros dentro de su presidencia fueron sorprendentes. He aquí el detalle:

Sobre los planes educativos y de desarrollo
Para Sarmiento la educación era fundamental, tanto para asegurar la cohesión de la comunidad nacional coma para el progreso económico y político. Mediante la Ley de Subvenciones de 1871 procuro garantizar los fondos para la creación de nuevas escuelas y la compra de materiales y libros. En 1872 ya funcionaban en el país 1.644 escuelas primarias, con 97.500 estudiantes. La Escuela Normal de Paraná fue el modelo para los institutos de formación de maestros: el "normalismo" se convirtió en sinónimo de excelencia. Sarmiento también promovió la difusión del libro.
Las altas tasas de analfabetismo reveladas par el censo de 1869 incitaron a Sarmiento a lanzar un verdadero "tratamiento de shock" educativo. Entre muchas otras medidas, levantó diversos tipos de colegios, hasta nocturnos ambulantes, creo bibliotecas populares en todo el país y trajo maestras estadounidenses . "Odisea Laica" se llamó la acción de las 67 docentes norteamericanas traídas al país por Sarmiento, ellas impulsaron la transformación de la Argentina en uno de los países con menos analfabetismo.

Sarmiento recibió el gobierno con 30.000 alumnos en escuelas primarias y lo dejó con cien mil; en seis años se crearon 800 escuelas nuevas, contrató maestras y maestros norteamericanos y fundó la Escuela Normal de Paraná para formar nuevos maestros, subsidió la organización de la Escuela Normal de preceptores en Concepción del Uruguay, ambas en 1869.
Su concepto de la educación para el desarrollo se adelantó un siglo -como señaló en varias oportunidades Gregorio Weinberg- a lo que es hoy aceptado. Fue el promotor de la primera política científica del país (cf. Marcelo Montserrat, Buenos Aires, revista Sur N° 341, 1977), creador de la Academia de Ciencias de Córdoba.
Prosiguió la tarea iniciada por Mitre, de levantar colegios nacionales en las capitales y ciudades de provincia, en La Rioja, Santa Fe, San Luis, Jujuy, Santiago del Estero, Corrientes y Rosario.
Hizo construir el Observatorio Astronómico de Córdoba y en su dirección fue nombrado su amigo, el norteamericano Benjamin Gould.
Así como trajo sabios alemanes para afirmar una tradición científica, impulsó la contratación de maestras y maestros norteamericanos, a fin de suplir la penuria de capacitados en el país para la dirección y docencia superior.
A pesar del acoso de la epidemia de fiebre amarilla, dispuso la realización (1871) de uno de sus primeros proyectos como Presidente: la Exposición Nacional de Córdoba. No obstante los contratiempos y críticas que la precedieron, la Exposición mostró la realidad de una Argentina hasta entonces desconocida.
Participaron 2 270 expositores nacionales y 401 extranjeros y se pudieron observar 11700 objetos expuestos y 3 000 muestras de piedras metalíferas. Los enormes beneficios que trajo para el desarrollo argentino han sido estudiados por Telasco García Castellanos en Sarmiento. Su influencia en Córdoba, Córdoba, Academia Nacional de Ciencias, 1988. Siguiendo su proyecto de ordenamiento institucional, crea el Colegio Militar de la Nación (1870) y la Escuela Naval (1872), bajo los órdenes del Poder Ejecutivo.
Consiguió que se aprobara la ley de protección de bibliotecas populares. La escuela, la ciencia y los libros comenzaron lentamente a echar raíces.

Sobre la Política Inmigratoria
La política de inmigración, que Urquiza y Mitre impulsaron, tuvo mejor resultado (en seis años llegaron 280.000 inmigrantes).

Sobre la Política de Comunicaciones
En 1868 se distribuyeron cuatro millones de piezas postales y en 1874, 7.787.400.
En 1868 había 573 Km de vías férreas y en 1874, 1.333 Km.
En seis años se tendieron 5.000 Km de líneas de telégrafo y en 1870 se inauguró el cable transoceánico.
Se estableció el sistema métrico decimal, el Registro Nacional de Estadística y el Boletín Oficial, y Vélez Sarsfield concluyó su Código Civil, el instrumento de centralización jurídica más importantes de la Argentina, aprobado por el Congreso a libro cerrado en 1869 y que entró en vigor en 1871.

*Mientras los dirigentes del ochenta miraban hacia Europa, los libros de Sarmiento anunciaban que en el siglo XX, el liderazgo pertenecería a los Estados Unidos, cuya fuerza expansiva se proyectaría sobre todo el planeta. Era un universo en perpetua transformación y tenía, a juicio de Sarmiento, su raíz en las teorías evolucionistas.

Fuente: Todo-ar.net

De más está decir que fueron titánicos los esfuerzos encarados por Sarmiento para transformar un país desierto y analfabeto en uno pujante y con un futuro promisorio. Juzgar a este hombre desde los conceptos y paradigmas actuales, es por lo menos, apresurado e injusto.

Reitero mi homenaje:
¡Gloria y loor! ¡ Honra sin par, para el grande entre los grandes, padre del aula, Sarmiento inmortal!


Post originalmente publicado el 11/09/2009

17 de agosto de 2021

Don José de San Martín y una reflexión para estos tiempos


Hoy, hace 171 años pasaba a la inmortalidad el Padre de la Patria. El día 24 de Agosto de 1958 se instituyó como Día del Padre, en homenaje a Don José de San Martín. Ese mismo día, pero en 1816, nacía Merceditas, a quien nuestro héroe dedicara enteramente sus últimas décadas.
Cuando San Martín partió de Mendoza para cruzar los Andes, su hija Mercedes tenía cuatro meses y se volvieron a ver en 1818 después del triunfo de Chacabuco. Debido a la enfermedad de su esposa Remedios, su hija, la niña Mercedes fue criada y educada por sus abuelos, lo que derivó en una niña caprichosa y maleducada. En 1924 se embarcaron juntos a Europa y una vez en Francia, el General San Martín se ocupó de reeducarla, y entre otras cosas escribió estas Máximas en el año 1825:

MÁXIMAS PARA MI HIJA
1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que no perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: "Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos".
2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
3. Inspirarla a una gran confianza y amistad pero uniendo el respeto.
4. Estimular en mercedes la caridad con los pobres.
5. Respeto sobre la propiedad ajena.
6. Acostumbrarla a guardar un secreto.
7. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
9. Que hable poco y lo preciso.
10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
11. Amor al aseo y desprecio al lujo.
12. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.

Famosas fueron las máximas que San Martín le regalara a Mercedes, aquí están, para que puedan compartirlas con sus hijos, para que de la misma manera, puedan forjar el temple de los hombres que nuestra Patria necesita ahora y siempre.
Porque cuando la educación en valores no abunda, cuando la ociosidad gana terreno y los pueblos son dócil y mansamente arriados como ganado para cumplir sus deberes cívicos, cuando el fanatismo ciega a la razón y la sinrazón se apodera de las herramientas de transformación que tiene el Estado, cuando al conservadurismo de las clases altas y bajas por arriesgar un cambio en la necesidad de tolerancia, respeto y dialoguismo, se le suma el individualismo y el cortoplacismo de una importante fracción de la clase media, la única posibilidad para el cambio es creando conciencia.


No bajé, no bajo ni bajaré jamás mis brazos en esta titánica tarea, que entiendo colectiva, de Crear Conciencia. Es mi imperativo categórico que surge desde el progresismo genuino, no demagógico ni populista.
¡Viva la Patria! 



A la memoria de uno de los hombres probos, austeros y magnánimos que hayan nacido en esta sufrida Patria, donde el rencor y la división constante impiden entender la fraternidad como pilar básico para el entendimiento y construcción de una Nación que nos albergue a todos, sin excepción.

Publicado originalmente el 17/8/2013

16 de agosto de 2021

Homenaje al Libertador Gral. don José de San Martín a 171 años de su fallecimiento

Por el Dr. Mateo Grimaldi

Monumento en Plaza San Martín
Recordar el legado del Libertador Gral. José de San Martín es una costumbre que tenemos los argentinos, que tiene su punto culminante los días 17 de agosto de cada año. Y digo punto culminante porque su figura nos acompaña –tal vez impercetiblemente- mucho más de lo que solemos advertir. En efecto, tenemos a San Martín siempre cercano: en la manipulación de los billetes de la moneda nacional (curiosamente de un reducido valor nominal y real de tan solo $5), en la designación de calles, avenidas, plazas y monumentos que frecuentemente transitamos, y en el brumoso recuerdo de nuestros años de la escuela primaria, donde su imagen de Padre de la Patria nos era transmitida por el cuerpo docente en la forma más variada: cuadros, afiches, dibujos, bustos, estampillas, canciones, clases alusivas, discursos, actos conmemorativos, y un sinnúmero de versiones que, con el tiempo, nos dimos cuenta que tenían una finalidad.

Esta presencia constante en el trajín diario no la podemos apreciar en su totalidad dado el frenético ritmo de nuestra vida urbana, rebosante de prisa, ansiedad e insatisfacción, pero que encuentra, en un día feriado como hoy, una pausa propicia para una breve reflexión. ¿Está hipertrofiada la figura de San Martín? ¿Es correcta su caracterización como Héroe Nacional?

Por de pronto, podríamos descartar la versión insinuada en su himno de haber recorrido un derrotero rectilíneo, despejado y siempre ascendente, cuando dice: “De la tierra del Plata a Mendoza / de Santiago a la Lima gentil / fue sembrando en la ruta laureles / a su paso triunfal San Martín” ¿Por qué? Porque Cancha Rayada existió, porque la peligrosidad y dureza del enclave realista en Talcahuano existió, y porque la reticencia de los poderes públicos a seguir sufragando la campaña libertadora hacia Perú, también existió.

El reconocimiento a su talento fue escaso o casi nulo, y las diatribas lo acosaron. No por nada, se confesó con bastante pesar a Tomás Guido en estos términos: “¿Cree Ud. que tan fácilmente se haya borrado de mi memoria los horrorosos títulos de ladrón y ambicioso que tan gratuitamente me han favorecido los pueblos que hemos libertado?... confesemos que es necesario tener toda la filosofía de un Séneca, o la imprudencia de un malvado para ser indiferente a la calumnia…” Es interesante destacar que habla en plural de “… los pueblos que hemos libertado…”, con obvia alusión a los localismo de Chile y Perú, y no solamente los intereses económicos que lucraban con el puerto y la Aduana de Buenos Aires, y que les era demasiado costoso tributar al incipiente Estado en formación, para que pudiera aportar del Tesoro los fondos para las campañas en Perú, área muy alejada de sus negocios.

Y aquí aparece una de sus tantas virtudes: soportar estoicamente y en silencio los agravios de sus contemporáneos, confiando en el juicio imparcial de la posteridad. El polémico y sagaz Sarmiento lo percibió claramente en su encuentro personal con el Libertador. Dijo el sanjuanino: “Hay en el corazón de este hombre, una llaga profunda que oculta a las miradas extrañas, pero que no se escapa de los que lo escudriñan.”

No es casual que esta afirmación fuera emitida cerca ya de la mitad del siglo XIX, cuando ya asomaba el impulso a la unificación nacional. A partir de allí aparecen muchas narraciones biográficas del Gral. San Martín, que ven representado en él, el afán de superar las luchas intestinas, y cristalizar el proyecto unificador. ¡Quién más idóneo que él para guiar con su ejemplo de vida ese proyecto! Tampoco es casual que la repatriación de sus restos aconteciera en 1880, año en que, con la superación de los conflictos interprovinciales, se produjera la consolidación del Estado Nacional.

Quiere decir que en el transcurso de las 3 décadas posteriores a su fallecimiento (y no antes) San Martín emerge como emblema de la disolución de los antagonismos internos, dada su obstinada negativa a participar en los conflictos civiles de la 1° mitad del siglo XIX. Así adquiere “post-mortem”, el carácter de artífice máximo del sentimiento de argentinidad naciente, no obstante haber tenido una clara visión continental de la lucha emancipadora, en conjunción con los nuevos Estados americanos emergentes.

Más adelante, y ya comenzado el siglo XX, orientaciones ideológicas y políticas del momento hicieron que la imagen de San Martín se compactara, se espesara hasta casi petrificarse, dándole un carácter “sacro”, y presentándolo como un oráculo generador de respuestas graves, solemnes e infalibles, que inhabilitaban de por sí cualquier atisbo de evaluación crítica de su desempeño. Era tal la altura de sus estatuas, tal el frío de los materiales que las componían, que, en muchos argentinos se fue desdibujando su condición de semejante.

Entonces, volviendo a la pregunta inicial ¿es correcta su caracterización como Héroe Nacional? Creo que sí. Pero como Héroe surgido del ADN del “homo sapiens”, ADN que compartimos todos, pero que en muy pocos casos suele generar personalidades como la suya.

Combinar la calidad de su campaña militar emancipadora, con las enfermedades que lo afectaban (úlcera gastroduodenal, cataratas, fiebre tifoidea, reuma, asma) no es para cualquiera. Tener una escala de valores donde la libertad tiene su prioridad máxima, y no sólo declamarla, sino cumplirla, no es atributo del dirigente político común. Optar por el destierro voluntario para evitar involucrarse en las luchas internas, y mantenerlo aún cuando estaba a punto de desembarcar en un esperanzado viaje de regreso, tampoco. Soportar las injurias, diatribas y difamaciones, y su consecuente impacto de amargura, decepción y agobio en su persona, expresa la entereza de sus convicciones.

Y en lo que respecta a la eterna polémica de algunos historiadores en la evaluación documental de su afiliación masónica, quiero destacar un contenido que surge de la misma pluma del libertador. Algunas de las Máximas dedicadas a su hija Mercedes son familiares en la Masonería, muy familiares…, pero pueden ser objeto de discusión por ser genéricas y poder estar compartidas por otras asociaciones: Por ejemplo: Amor a la Patria y a la Libertad, Amor a la verdad y odio a la mentira. Pero ¿qué hay de los siguientes? Indulgencia hacia todas las religiones. Hablar poco y lo preciso. Acostumbrarse a guardar un secreto. ¿No forman parte acaso del código ético básico y explícito de este colectivo cuya dimensión temporal cubre ya varios siglos, y cuya dimensión espacial se expande a todos los confines del mundo?

Por ello hoy, en nuestro carácter de hombres libres guiados por sincera convicción, rendimos digno homenaje al Libertador General don José de San Martín en su condición de Héroe Nacional, idóneo convocante a un consenso de objetivos básicos comunes a todos los argentinos y factibles de realización, donde el disenso pueda solamente ser interpretado como práctica legítima de la libertad de expresión, y donde la unidad pueda convivir con la diversidad.

15 de agosto de 2021

Don José de San Martín: Un superhéroe de carne y hueso.

Hoy se conmemora el 171° aniversario del fallecimiento del General Don José de San Martín. Padre de la Patria, libertador de Argentina, Chile y Perú.
Muchas veces se ha denostado la figura del Gran Capitán. Muchas veces se lo ha ninguneado. Tantas otras se lo ha olvidado como hoy sucede para la inmensa mayoría de los argentinos que ven, en esta fecha, una oportunidad más para ejecutar furtivos paquetes turísticos a cualquier destino que los aleje de la rutina diaria.
Don José fue un hombre austero, justo y visionario. Nacido en la Provincia de Corrientes, a la margen del Río Uruguay, en una pequeña misión llamada Yapeyú, Hoy escuchamos absortos como un historiador niega el hecho de su nacimiento en tierras correntinas e incluso la maternidad a cargo de su querida madre Doña Gregoria Matorras, quien en el lecho de su muerte y ante un escribano declaraba su vida y sus 5 hijos, destacando la inmensa ayuda que siempre le propiciara el menor de ellos, su querido José Francisco.

Educado en Europa y convertido en un notable Teniente Coronel, San Martín renuncia a su cargo y se dirige a Inglaterra donde prepara junto a Carlos María de Alvear la vuelta a su querida América para libertarla de la opresión de la España que conoció tan bien y que tanto la había decepcionado.

Ya conocemos sus inmensos lauros logrados en este continente:
Su batalla clave en el convento de San Lorenzo donde corta el libre acceso que tenía la flota realista por el río Paraná desde donde saqueaban campos y ganados para hacer intocable la fortalecida y sitiada Montevideo.
Su salvataje tomando la posta en Yatasto de su querido amigo, el General Don Manuel Belgrano, quien había sido destrozado en la Campaña del Norte, muy a pesar de sus esfuerzos no apoyados desde la conflictiva Buenos Aires.
Su presión determinante y definitiva para declarar nuestra independencia el 9 de Julio de 1816, condición indispensable para cortar con el eterno coqueteo con España que tenían muchos criollos en esa época.
Su planificada y memorable intervención a Chile, cruzando los Andes, inmensas moles heladas que asustaban a cualquier hombre, menos a él. Toda la ayuda de su incondicional amigo Juan Martín de Pueyrredón, quien hiciera hasta lo imposible desde Buenos Aires para que la gesta libertadora del cruce de los andes fuera posible.
Su impecable operación de pinzas en Chacabuco donde, con 5000 hombres exhaustos luego del cruce de los Andes ataca al ejército realista que estaba disperso a lo largo de toda la cordillera gracias a las innumerables cartas que había mandado San Martín para confundir al enemigo en relación al punto de cruce. Esta operación corrió peligro ya que Bernardo O'Higgings con sus libertadora ansiedad se avalanzó prematuramente sobre los realistas quienes lo estaban doblegando hasta que Don José, enfermo hasta el vómito sanguinolento pero entero mentalmente, se avalanza, sable corvo en mano, hacia la retaguardia de ese ejército real desprevenido, venciéndolo y dando la ansiada libertad al pueblo Chileno.
Su capítulo peruano que merece un punto aparte. En donde termina su inmensa gesta libertadora de América, convirtiéndose el padre del Perú. Siendo honrado mucho más en esas tierras que en su Argentina natal.

San Martín murió en el exilio, en la Francia que tanto lo recuerda, hasta con un hermoso monumento en su última Boulogne Sur Mer. El no quiso participar de la guerra fraticida que se libraba en estas tierras por entonces. Su sable corvo estaba destinado a la defensa de la Patria y fue por eso que solamente lo cedió a su camarada Don Juan Manuel de Rosas, luego de la defensa del Río de la Plata en la Vuelta de Obligado ante las fuerzas anglo-francesas.
“Ahora los gringos sabrán que los criollos no somos empanadas que se comen así nomás sin ningún trabajo.” Le escribía San Martín en la carta con ofrenda que le enviara a Rosas.

Hoy es el día del Padre de la Patria. El día 24 de Agosto de 1958 se instituyó como Día del Padre, en homenaje a Don José de San Martín. Ese mismo día, pero en 1816, nacía Merceditas, a quien nuestro héroe dedicara enteramente sus últimas décadas.
Cuando San Martín partió de Mendoza para cruzar los Andes, su hija Mercedes tenía cuatro meses y se volvieron a ver en 1818 después del triunfo de Chacabuco. Debido a la enfermedad de su esposa Remedios, su hija, la niña Mercedes fue criada y educada por sus abuelos, lo que derivó en una niña caprichosa y maleducada. En 1924 se embarcaron juntos a Europa y una vez en Francia, el General San Martín se ocupó de reeducarla, y entre otras cosas escribió estas Máximas en el año 1825:

MÁXIMAS PARA MI HIJA
1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que no perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: "Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos".
2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
3. Inspirarla a una gran confianza y amistad pero uniendo el respeto.
4. Estimular en mercedes la caridad con los pobres.
5. Respeto sobre la propiedad ajena.
6. Acostumbrarla a guardar un secreto.
7. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
9. Que hable poco y lo preciso.
10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
11. Amor al aseo y desprecio al lujo.
12. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.

Famosas fueron las máximas que San Martín le regalara a Mercedes, aquí están, para que puedan compartirlas con sus hijos, para que de la misma manera, puedan forjar el temple de los hombres que nuestra Patria necesita ahora y siempre.

Reitero mi sentido homenaje al ejemplo de hombre que esta Patria dio.

8 de marzo de 2021

Día Internacional por los Derechos de la Mujer


"Lo importante es la acción, no el resultado de la acción. Debes hacer lo correcto. Tal vez no esté dentro de tu capacidad, tal vez no esté dentro de tu tiempo que haya algún resultado."
Mahatma Ghandi.

Hoy se conmemora en todo el mundo el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Un arduo trabajo a nivel internacional, en la ONU y en los bloques regionales, ha hecho de este día, uno internacional, para crear conciencia sobre las temáticas que interesan a igualdad de género o la violencia ejercida contra la mujer.

No nos quedemos con la simplificación comercial del Día de la Mujer puesto que, de esa manera, nos olvidamos de los por qué y de los cómo hemos llegado al siglo XXI con un déficit global en materia de derechos por la igualdad de género, y por sobre todo, la abolición total de la trata de mujeres y la esclavitud que sigue vigente en muchísimos países a la sombra de la protección política y la corrupción institucional aferrada a los Estados. 

Cuando enfrentamos cambios estructurales en nuestras sociedades, y ésto ocurre cada vez con mayor intensidad y velocidad en los tiempos modernos, surgen naturalmente, quienes se oponen a dichos cambios por diversas razones. En síntesis, todos ellos son relacionados con el cambio en los flujos de poder o porque la costumbre hace a la seguridad, que no es otra cosa que una construcción subjetiva que nos brinda tranquilidad aparente en los comportamientos usuales de nuestro entorno social.

En el caso de las mujeres y la lucha por los derechos que le otorguen la incuestionable igualdad de género, ocurre algo más complejo puesto que no sólo podemos encontrarnos con fanáticos machistas sino también con fanáticas machistas. Hombres y mujeres que sostienen una forma de vida que obliga a un género a someterse al otro o a condicionar la libertad de acción, de pensamiento, de opinión y cualquier otra libertad vinculada con la responsabilidad que nos cabe como seres individuales, pensantes y creativos.

Además, para completar el combo en el mapa del conflicto en torno a la igualdad y por el fin de la violencia de género, nos encontramos con aquellas defensoras de la lucha que abrazan con convicción fanática su bandera y la enfrentan de una forma que no hace mella en la estructura social amoldada al patriarcado, simplificado en machismo explícito.

Aquellas mujeres que han iniciado la lucha han debido ser radicalmente combativas para lograr un ápice de cambio. Pero el cambio está en marcha y hoy la sociedad tiene otras herramientas para conducir los flujos de información y educación con el objetivo de alcanzar las metas e ideales de la igualdad de género.

Es fundamental poder aprovechar aquellos canales que resultan banalizados por el statu quo para transmitir esa necesidad de cambio. Luchar contra ellos es un síntoma de que estamos perdiendo la batalla. Por eso, regalemos flores, tarjetas, bombones y todas aquellas obsequios que se nos ocurren para poner de manifiesto la necesidad de comunicar la idea de un cambio de paradigma. Cualquier cosa que quiera imponerse por la fuerza, podrá conquistar el poder momentáneamente pero un cambio de conducta, no es un cambio de cultura. Finalmente, todo volverá a su cauce rígido donde la costumbre no incomoda a las personas que carecen de la motivación para el cambio en dosis necesarias.

Festejemos este nuevo día de la Mujer, por sus derechos, por los derechos de todos aquellos que buscan el fin de la opresión de los unos sobre los otros. Festejemos un día donde podamos tomar y crear conciencia por la Paz Internacional.

Este es un homenaje a todas las mujeres que a diario luchan por los derechos de todas y trabajan por el fin de la violencia de género para que los Estados erradiquen sus nichos de corrupción que permiten que aún existan prácticas aberrantes como la trata de mujeres y niñas.

La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.