Hoy vemos en nuestras escuelas que aún persisten los pizarrones verdes, las tizas y el borrador de madera. Símbolos de que el hoy es el ayer del esplendor de la escuela sarmientina. Esa escuela que masificó la educación media y sacó de la ignorancia a millones de personas analfabetas.
Lo cierto es que la educación que se está impartiendo en estos momentos en las aulas del país, es obsoleta. Ya no puede reflejar los deseos y dinámica de asimilación de contenidos de las generaciones actuales.
No es posible seguir sosteniendo un paradigma donde el enciclopedismo atenta contra la atención de los alumnos y, el lugar de respeto en el que estaban los maestros, ha desaparecido bajo una destructiva relación irrespetuosa intergeneracional.
Ningún contenido enciclopédico se ha hecho indispensable luego de que exista hoy la posibilidad de acercar, en segundos, "googleando", la información no revelada.
Cuando se plantea el uso de internet y los contenidos online se lo debe hacer bajo una guía precisa de contenidos asequibles para el grado de complejidad que pueden asimilar los chicos de hoy.
Esa diferencia entre el interés y el juego nos permiten, a la vez, asociarlos y conducirlos para explotar cada veta, en cada chico y así, propiciar el verdadero proceso de enseñanza sólida que hoy demandan las sociedades modernas.
Los chicos de la era de la información y la comunicación van a otra velocidad. Sus mentes están ávidas de conocimiento y precisan, hoy más que nunca antes, una guía con base lúdica y, lo más importante, semillas de curiosidad para explotar sus capacidades.
Les dejo un fragmento de una entrevista con Isaac Asimov, mucho tiempo antes de que pudiera ser imaginado el concepto de la educación online, de persona a fuente de conocimiento, directamente. Sin intermediarios.
La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.