Como he leído cuestiones tan desorientadoras como las que se publicaron aquí, que sólo sirven para confundir a la opinión pública y que no agregan soluciones más que improperios y descalificaciones, les acerco con urgencia, la solución que nos brinda el Profesor Norberto Ovando*
Tartagal, necesita soluciones buenas y rápidas
La intervención antrópica, como el desmonte selectivo en la parte baja del río afectó hacia atrás a la parte alta, aunque allí no se hubieran hecho desmontes absolutos.
Las serranías en el área de Tartagal tienen fuertes pendientes. Están conformadas por rocas sedimentarias, areniscas, algunas veces arcillosas, susceptibles de ser erosionadas rápidamente. La región tiene clima tropical, con lluvias abundantes. Forma un sistema agua-suelo-vegetación, si uno de ellos se desequilibra, afecta a los otros dos, provocando corrimientos e inundaciones.
Los corrimientos de barro o lodo son un tipo especial de corrimiento cuyo causante es el agua que penetra en el terreno por lluvias fuertes, modificando el terreno y provocando el deslizamiento.
Estos tipos de corrimientos son ingenierilmente evitables.
Lluvia crítica
Los aguaceros intensos son los responsables de la mayor parte de los deslizamientos de taludes inestables.
Dependiendo de las características físicas y geotécnicas de los taludes el evento "lluvia" que puede generar un deslizamiento tiene unas condiciones propias para cada caso particular. Esta lluvia que está asociada a un deslizamiento de determinada magnitud en un sitio particular se conoce como "lluvia crítica" y se define por su IDF o sea su intensidad, duración y frecuencia.
Tramo inicial de formación de los lodos
El caudal que es producido por el evento que genera la avalancha fluye sobre el terreno; en su recorrido captura material suelto y comienza a formar los lodos. En estas condiciones el caudal total y la viscosidad se incrementan a medida que el flujo se acumula y se dirige hacia las corrientes principales de drenaje.
Proteger las riberas
A raíz del aluvión de barro y agua que azotó a la ciudad salteña de Tartagal en la madrugada del martes 10 de febrero de 2008, donde, se calcula, que unos 10 mil habitantes sufrieron cuantiosas pérdidas en sus casas y negocios, el Estudio ONAS de Arquitectura publica en http://www.arqa.com/ (ver trabajo completo “Proyecto Protección de Riberas, Tartagal -Salta, Argentina”), una propuesta teórica sobre la necesidad de proteger las riberas de nuestros ríos para que estos desastres no se repitan.
La tala no regulada para la producción agrícola y el encauzamiento de los ríos para el asentamiento humano, conduce a la perdida de un equilibrio con consecuencias devastadoras. La esencia de las cuencas esta representada en su vegetación natural, encargada de mantener el control de las aguas y sus riberas. Los bosques estabilizan el suelo, previniendo de esta forma el deslizamiento de la tierra para preservar las márgenes costeras. Su rol como reguladores hídricos es extremadamente importante. Si el sistema natural no es alterado previene la erosión de los ríos y llanuras inundables, permitiendo la descarga adecuada de los mismos en su justa proporción.
Solo una corriente que discurra de forma irregular entre árboles de ribera seria capaz de producir agua pura, regular su balance y mantener peces y vida animal en beneficio del hombre y la agricultura.
Frente a esta problemática, surgen dos preguntas:
¿Como preservar el equilibrio de las riquezas fluviales amenazadas por un índice demográfico en constante crecimiento? ¿Como combatir la tala ilegal, mas allá de los códigos o leyes que resultan inviables en la profundidad de los bosques y las leyes del mercado?
Un ejemplo concreto
Tartagal (Salta, Argentina)
En la cuenca alta del río Tartagal, hubo y hay tala. En su parte baja y directamente sobre las márgenes del río, existen 3.100 de hectáreas desmontadas, lo que supera tres veces la superficie de la ciudad de Tartagal.
Con la tala en sus cabeceras, se produjo un grave desequilibrio en las bases del río. Con desmontes tan próximos, sin vegetación que retenga el agua favoreciendo el deposito de sedimentos, el río tomo condiciones de anegamiento, antes de su natural desembocadura en los Bañados de Tacuruzal. Como respuesta a ese desequilibrio, el caudal erosiona hacia sus cabeceras en busca de un nuevo perfil de equilibrio.
Con poca retención y excesivo escurrimiento, las crecidas no se regulan. Con grandes crecidas, no hay puente ni camino que resista.
La ciudad de Tartagal se encuentra en una situación de catástrofe económica, social y sanitaria, que no es producto de un desastre natural sino la consecuencia de un manejo irracional de los recursos naturales y de la falta de planificación a largo plazo. El desborde del río no solo produjo la caída de puentes e infraestructuras, sino también el desmoronamiento de numerosas viviendas, y con ellas familias comprometidas de manera definitiva en el derecho de propiedad sobre terrenos actualmente inexistentes.Ciclo Natural de descarga interrumpido por la deforestación:
Cordillera + Montes + red de ríos secundarios como el Tartagal + Bañados de Tacuruzal + delta del Paraná + Río de la Plata + Océano Atlántico.
Es necesario un plan de ordenamiento territorial que no solo resguarde nuestros últimos bosques, sino que arroje datos útiles de planificación para la producción agropecuaria y los futuros asentamientos.
La propuesta a desarrollar busca replantear la ocupación de las márgenes de los ríos, en relación a la demanda que los asentamientos representaran sobre el ecosistema ocupado.
La ciudad de Tartagal será un ejemplo de lo que debe evitarse a la hora de aspirar a un urbanismo conciente del impacto que genera en su entorno.
El desastre analizado, nos muestra las consecuencias de la desaparición de la superficie forestal. Como vemos sin los bosques se incrementan los problemas sociales, económicos y ambientales.
La propuesta
Partiendo del ejemplo estudiado en la ciudad de Tartagal, la propuesta busca crear las bases que permitan un correcto balance en el equilibrio natural intervenido por el hombre.
Conclusión
Es fundamental que se apliquen políticas ambientales que permitan evitar y mitigar estos desastres naturales.
*Vicepresidente
Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN –
Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas – WCPA – de la UICN.
Red Latinoamericana de Áreas Protegidas – RELAP –
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16 de febrero de 2009
15 de febrero de 2009
Los negocios detrás de la tragedia de Tartagal.
La investigación se profundiza. Aquellos que pregonen que los "ecologistas" y los que propenden a la protección del patrimonio nacional son "fundamentalistas", les quiero decir que YO, como ecologista y argentino busco siempre la verdad detrás de las confusiones que USTEDES pretendan promover. La cuenca del río TARTAGAL estaba seriamente dañada luego del alud del 2006. Su estado alarmante requería obras y acciones políticas concretas. Basta utilizar el GOOGLE EARTH para seguir la cuenca montaña arriba y ver la cantidad de claros y cárcavas visibles.
Aquí les dejo parte de la investigación publicada hoy en tapa de Crítica de la Argentina.
“Cuando llueve, el terreno no tiene absorción porque faltan las raíces de los árboles extraídos, entonces el agua drena y recorre libremente. O sea, si el agua no es consumida por la vegetación, se inunda”.
Eduardo Piacentini, del Departamento Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional.
BUSINESS ARE BUSINESS.
En Salta muchos políticos juegan en el bosque: mientras se debatía en Buenos Aires la demorada Ley de Bosques, en Salta, en la diagonal de la escena, los hermanos del gobernador kirchnerista Urtubey crearon una empresa dedicada al desmonte. Facundo Norberto (46 años, director de la Agencia de Promoción de Salta, esto es, funcionario) y José Antonio Urtubey (34 años) crearon la firma JOFA, que tiene entre sus objetos sociales el de “explotar o administrar bosques, forestación y reforestación de tierras”. Facundo ya tenía cierta experiencia en el área: a poco de asumir su hermano gobernador formó con otros socios la empresa agropecuaria Unapala SRL. El senador justicialista Alfredo Olmedo llevó sus intereses al recinto: el bautizado Rey de la Soja presentó un proyecto de “ley de ordenamiento territorial” que contemplaba seguir desmontando en la provincia cerca de cinco millones de hectáreas. Olmedo tiene varias denuncias por desmonte irracional y fue favorecido por Romero con la entrega de 320 mil hectáreas de tierras fiscales. Para no ser menos, el intendente de Tartagal, Sergio Napoleón Leavy, es, según confirmó a Crítica de la Argentina el secretario general de la CTA Tartagal, Diego Alcoba, “propietario de uno de los aserraderos más importantes de la región, y beneficiario directo de los desmontes masivos”. Leavy aparece desde 2001 ante la AFIP declarando que su actividad principal es la de “extracción de productos forestales de bosques cultivados”.
Los cruces entre política, soja y alud son inagotables: la familia Mochón, por ejemplo, desmontó 38.900 hectáreas y su “gestor” fue el ex diputado nacional, ex ministro de gobierno y conjuez de la Corte Suprema provincial Osvaldo Camisar. César Raúl Mochón es titular del Grupo Solanas y presidente de la Cámara Argentina de Tiempo Compartido, y el desmonte se autorizó en tierras para ganadería en la Estancia Ezrah, del departamento Rivadavia. Aníbal Caro, ex secretario de Empleo de la gobernación hasta 2007, preside la empresa Desafío del Chaco junto a Ernesto Pablo Casal: obtuvieron autorización para talar 10.420 hectáreas.
El gobierno salteño autorizó también el desmonte de 1.670 hectáreas a la firma Los Dos Ríos SA en los alrededores de Orán, que abarca parte de la selva de los yungas, una zona declarada Reserva Mundial de Biósfera por la UNESCO. Los Dos Ríos es de Mario Ernesto Gerala y el síndico es Julio César Loetayf, dos veces diputado nacional y hoy ministro de Desarrollo Económico de Urtubey. Gerala es un encanto: el pasado 22 de septiembre fue denunciado por reducir a la esclavitud a dieciocho peones de la etnia toba en la finca Abra Grande. Armani Agropecuaria tiene, por lo menos, un nombre elegante: pertenece a Silvio y Bruno Armani (no confundir con Giorgio ni con Exchange) y figura como aportante a la campaña de Cristina con tres donaciones de 15.000 pesos cada una, el 19 de octubre de 2007.
“Quería compartir con el conjunto de la Secretaría el logro institucional materializado en la fecha”, comienza un mail enviado a toda su Secretaría por Homero Bibiloni a las 17.02 del 13 de febrero. “Hemos reparado una deuda ambiental”, prosigue el ahora secretario de Ambiente, reemplazante de Picolotti. Bibiloni, el conmovido funcionario, es el funcionario que autorizó la mayor tasa de desmonte como subsecretario de Atilio Savino. Aunque, como se sabe, todo es siempre fruto de la casualidad.
Investigación: Jorge Lanata / Jésica Bossi.
Aquí les dejo parte de la investigación publicada hoy en tapa de Crítica de la Argentina.
“Cuando llueve, el terreno no tiene absorción porque faltan las raíces de los árboles extraídos, entonces el agua drena y recorre libremente. O sea, si el agua no es consumida por la vegetación, se inunda”.
Eduardo Piacentini, del Departamento Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional.
BUSINESS ARE BUSINESS.
En Salta muchos políticos juegan en el bosque: mientras se debatía en Buenos Aires la demorada Ley de Bosques, en Salta, en la diagonal de la escena, los hermanos del gobernador kirchnerista Urtubey crearon una empresa dedicada al desmonte. Facundo Norberto (46 años, director de la Agencia de Promoción de Salta, esto es, funcionario) y José Antonio Urtubey (34 años) crearon la firma JOFA, que tiene entre sus objetos sociales el de “explotar o administrar bosques, forestación y reforestación de tierras”. Facundo ya tenía cierta experiencia en el área: a poco de asumir su hermano gobernador formó con otros socios la empresa agropecuaria Unapala SRL. El senador justicialista Alfredo Olmedo llevó sus intereses al recinto: el bautizado Rey de la Soja presentó un proyecto de “ley de ordenamiento territorial” que contemplaba seguir desmontando en la provincia cerca de cinco millones de hectáreas. Olmedo tiene varias denuncias por desmonte irracional y fue favorecido por Romero con la entrega de 320 mil hectáreas de tierras fiscales. Para no ser menos, el intendente de Tartagal, Sergio Napoleón Leavy, es, según confirmó a Crítica de la Argentina el secretario general de la CTA Tartagal, Diego Alcoba, “propietario de uno de los aserraderos más importantes de la región, y beneficiario directo de los desmontes masivos”. Leavy aparece desde 2001 ante la AFIP declarando que su actividad principal es la de “extracción de productos forestales de bosques cultivados”.
Los cruces entre política, soja y alud son inagotables: la familia Mochón, por ejemplo, desmontó 38.900 hectáreas y su “gestor” fue el ex diputado nacional, ex ministro de gobierno y conjuez de la Corte Suprema provincial Osvaldo Camisar. César Raúl Mochón es titular del Grupo Solanas y presidente de la Cámara Argentina de Tiempo Compartido, y el desmonte se autorizó en tierras para ganadería en la Estancia Ezrah, del departamento Rivadavia. Aníbal Caro, ex secretario de Empleo de la gobernación hasta 2007, preside la empresa Desafío del Chaco junto a Ernesto Pablo Casal: obtuvieron autorización para talar 10.420 hectáreas.
El gobierno salteño autorizó también el desmonte de 1.670 hectáreas a la firma Los Dos Ríos SA en los alrededores de Orán, que abarca parte de la selva de los yungas, una zona declarada Reserva Mundial de Biósfera por la UNESCO. Los Dos Ríos es de Mario Ernesto Gerala y el síndico es Julio César Loetayf, dos veces diputado nacional y hoy ministro de Desarrollo Económico de Urtubey. Gerala es un encanto: el pasado 22 de septiembre fue denunciado por reducir a la esclavitud a dieciocho peones de la etnia toba en la finca Abra Grande. Armani Agropecuaria tiene, por lo menos, un nombre elegante: pertenece a Silvio y Bruno Armani (no confundir con Giorgio ni con Exchange) y figura como aportante a la campaña de Cristina con tres donaciones de 15.000 pesos cada una, el 19 de octubre de 2007.
“Quería compartir con el conjunto de la Secretaría el logro institucional materializado en la fecha”, comienza un mail enviado a toda su Secretaría por Homero Bibiloni a las 17.02 del 13 de febrero. “Hemos reparado una deuda ambiental”, prosigue el ahora secretario de Ambiente, reemplazante de Picolotti. Bibiloni, el conmovido funcionario, es el funcionario que autorizó la mayor tasa de desmonte como subsecretario de Atilio Savino. Aunque, como se sabe, todo es siempre fruto de la casualidad.
Investigación: Jorge Lanata / Jésica Bossi.
13 de febrero de 2009
Explicación técnica de la situación en Tartagal.
Los muchachos del blog "La curiosa sociedad de los carnotistas" dan una explicación técnica acerca de la cuestión del alud ocurrido en Tartagal. Paso a copiarlo textualmente:
"La cárcava es una estructura en el suelo que se forma, antes que nada, por la ausencia de cobertura - pastos, árboles - que protejan al mismo del golpe de las gotas de lluvia. Destruído y lavados así los primeros milímetros del suelo, el agua acumulada va concentrándose en la zona más baja y empieza a correr por allí, ayudándo a socavar más profundamente. Una vez quitada la primer capa, si se trata de un suelo mineral pobre en arcillas y en materia orgánica, el derrumbre de material es muy fácil y ocurre en cortes verticales. La cárcava es retrogradante, es decir, va zigzageando y creándose a sí misma. La caída de agua dentro de ella excava el material que le permite crecer y avanzar - y el aumento de tal trinchera aumenta el caudal que puede captar. La diferencia entre un suelo desnudo atacado de cárcavas bajo la lluvia torrencial y un suelo protegido por el monte es, claro, lo que le ocurrió a Tartagal por segunda vez en tres años: un alud de lodo y agua que arrasa parte de la ciudad. La causa de tales desmontes es el avance de la frontera agrícola en Salta, principalmente para la siembra de soja. Al respecto cabe recordar que cuando el conflicto por los niveles de retenciones a la oleaginosa se dijo que unas tasas altas desalentarían el desmonte... Quizás era sólo un argumento más al voleo pero conviene desarmarlo: no, el precio regalado de la tierra selvática en el Norte hace que convenga aún cuando deban afrontarse largos fletes y quitas de precio. Las medidas económicas - ciertas o pretendidas - son demasiado difusas. Debe haber una política especifica de protección de los montes, en particular en áreas sensibles como cuencas hídricas arriba de poblados humanos. Al respecto se sancionó en 2007 una Ley Nacional de Bosques, de por sí un tanto ingenua en sus propósitos: mandar una moratoria total de talas hasta que cada provincia hiciera un inventario de bosques y regulara la actividad. Establecer un fondo para premiar el mantenimiento de las áreas boscosas y otras nobles intenciones. La reglamentación de dicha Ley aún está pendiente - cajoneada por el mismo lobby que antes demoró su sanción: los legisladores de las mismas provincias donde ocurren estos desastres. (de paso, si quiere Ud. protestar por eso, click acá) Y es que los intereses económicos forestaleros y agrícolas son muy fuertes y no pocas veces están muy emparentados con la política local. Lo único que puede torcerles la intención es un grado alto de concientización pública por tanto hay que saber: - Que no es simplemente por el "cambio climático" que pasan estas cosas, porque lleva más seguido o más intenso. - Que el desmonte contribuye, si, al famoso "cambio climático" pero ése es un fenómeno global donde los autos de New York inciden mucho más que unas miles de hectáreas en Salta. O sea, incide marginalmente nuestro desmonte nacional - y si uno se equivoca en el argumento, le dirán eso: no hace la diferencia. Ojo, que al cambio climático como monstruo grande que pisa fuerte ya lo usaron para justificar la remoción de glaciares andinos (total se iban a derretir...) - Pero el desmonte si contribuye centralmente a borrar la biodiversidad, perder la fertilidad del suelo, obturar los ríos naturales con sedimentos y aumentar mucho la magnitud de aludes y crecidas. Así como a aumentar los daños de las sequías en el ciclo opuesto. Y todo ese daño es local, ocurre donde ocurre el desmonte."
Los desmontes han continuado luego de la sanción de la Ley de Bosques. Hay pruebas en manos de Greenpeace. Los jaguares han vuelto a trabajar contra las topadoras que provocan la desolación que se ve en la foto de abajo.
El verdadero responsable de esta catástrofe autoinfligida es el ex gobernador Juan Carlos Romero (1995-2007). Dió todos los permisos de desmonte que pudo a cambio de dinero en negro. Incluso antes de que sancionara la Ley de Bosques llegó a firmar permisos para destruir 500.000 hectáreas de bosques nativos. Le cabe la responsabilidad penal por entregar el patrimonio nacional. Para mí es un infame traidor a la Patria. No me interesan los tiempos de la Justicia, lo quiero preso.
11 de febrero de 2009
Tartagal tapada por la desidia del gobierno.
Hace años que los desmontes vienen destruyendo toda posibilidad de solución a las inundaciones y desbordes. La ley de bosques sancionada a fines de 2007 sigue sin reglamentación por parte del Poder Ejecutivo. Ni Picolotti ni los Jefes de Gabinete, Fernández y Mazza llevaron adelante el compromiso. Está claro que la presidente, que también vetó la ley de protección de glaciares, no está a favor de proteger el medio ambiente, los bosques nativos y al pueblo argentino. A continuación la explicación de lo que muchos venimos denunciando por años.
Científicos, ecologistas y hasta un experto de la ONU desestimaron la versión oficial de que la catástrofe “no podría haberse evitado”.
Científicos, ecologistas y hasta un experto de la ONU desestimaron la versión oficial de que la catástrofe “no podría haberse evitado”.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, declaró que la tragedia originada el lunes por un alud en la ciudad salteña de Tartagal “no podría haberse evitado” y se convirtió en blanco de las críticas de representantes de la comunidad científica y ambientalista, que salieron a desmentirlo y aseguraron que los desmontes en la zona fueron una causa fundamental de la catástrofe. “Lo que pasa en Salta es producto de la deforestación”, insistió el meteorólogo de la ONU, Osvaldo Canziani. “Es evidente que las ambiciones y ciertos intereses favorecieron este drama, que sin duda podría haberse evitado”, retrucó.
Por su parte, Eduardo Piacentini, del Departamento Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional, explicó que la tala de bosques indiscriminada sin reforestación hace que el ambiente se modifique. “Cuando cae la lluvia, el terreno no tiene absorción porque no tiene las raíces de esos árboles extraídos, entonces el agua drena y recorre libremente sin ser absorbida”, precisó. El especialista aclaró, además, que la cantidad de agua que cayó en Salta “no es suficiente” para que se produzca una tragedia de estas características: “Si el agua no se consume por la vegetación, se inunda”, advirtió.
Gabriel Seguezzo, director de la Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz (Fundapaz), desde Tartagal, y en medio de tareas de rescate, agregó: “Da pena que digan esas cosas porque están alejadas de la realidad. No podemos luchar contra la lluvia pero sí para que no haya estos escurrimientos tan masivos de agua”.
Por orden de la presidenta Cristina Fernández, Randazzo viajó el lunes a la tarde a la zona del desastre. En diálogo con el periodista Víctor Hugo Morales por Radio Continental, a la mañana siguiente, el funcionario sostuvo: “Se tomaron las medidas necesarias, pero el alud nos sorprendió antes de finalizar las obras”. El ministro recordó: “En 2006 se produjo un desborde del río Tartagal y se decidió canalizarlo. El puente estaba en plena ejecución, en un 75 por ciento. Por eso digo que es falso que se hubiera podido evitar esto”.
Para Seguezzo, sin embargo, los desmontes tienen que ver con lo que pasó: “Las autoridades no se hacen cargo de su parte porque están involucradas. Quizás no podemos echarle el ciento por ciento de la culpa a la tala pero es la única variable de todo esto que el hombre puede controlar. Existieron desmontes en la parte alta de la cuenca del río. Si uno ve la cantidad de árboles arrastrados por el alud, se da cuenta de que hubo una tala”, advirtió.
Consultado acerca de las causas del fenómeno, Randazzo indicó que “hay que comprobar” si se debió a la deforestación: “Uno cuando ve lo que ha ocurrido se encuentra con que hay cientos de árboles”, dijo.
Norma Naharro, del Foro Salteño por la Tierra, también recorrió el área afectada. “Estamos seguros de que no es simplemente un desastre natural –aseguró–. Acá se habla de la naturaleza como un imprevisible pero es la intervención humana la que da como resultado este tipo de hechos. Son decisiones políticas. La ley de ordenamiento territorial que se aprobó en diciembre autoriza desmontes en terrenos con un 15% de nivel de declive. Eso es una barbaridad técnica y produce este tipo de efectos”, dijo la especialista.
Canziani continuó: “Es evidente que las autoridades tienen intereses en el tema. Ningún proceso ambiental está exento de las actividades humanas. Lo que pasa en Salta es producto de la tala indiscriminada. La falta de monitoreo que permita un seguimiento apropiado de las variaciones del clima son elementos que caen bajo la responsabilidad de las autoridades y de los usuarios del medio ambiente”, consideró.
Fuente: Crítica Digital.
Por su parte, Eduardo Piacentini, del Departamento Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional, explicó que la tala de bosques indiscriminada sin reforestación hace que el ambiente se modifique. “Cuando cae la lluvia, el terreno no tiene absorción porque no tiene las raíces de esos árboles extraídos, entonces el agua drena y recorre libremente sin ser absorbida”, precisó. El especialista aclaró, además, que la cantidad de agua que cayó en Salta “no es suficiente” para que se produzca una tragedia de estas características: “Si el agua no se consume por la vegetación, se inunda”, advirtió.
Gabriel Seguezzo, director de la Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz (Fundapaz), desde Tartagal, y en medio de tareas de rescate, agregó: “Da pena que digan esas cosas porque están alejadas de la realidad. No podemos luchar contra la lluvia pero sí para que no haya estos escurrimientos tan masivos de agua”.
Por orden de la presidenta Cristina Fernández, Randazzo viajó el lunes a la tarde a la zona del desastre. En diálogo con el periodista Víctor Hugo Morales por Radio Continental, a la mañana siguiente, el funcionario sostuvo: “Se tomaron las medidas necesarias, pero el alud nos sorprendió antes de finalizar las obras”. El ministro recordó: “En 2006 se produjo un desborde del río Tartagal y se decidió canalizarlo. El puente estaba en plena ejecución, en un 75 por ciento. Por eso digo que es falso que se hubiera podido evitar esto”.
Para Seguezzo, sin embargo, los desmontes tienen que ver con lo que pasó: “Las autoridades no se hacen cargo de su parte porque están involucradas. Quizás no podemos echarle el ciento por ciento de la culpa a la tala pero es la única variable de todo esto que el hombre puede controlar. Existieron desmontes en la parte alta de la cuenca del río. Si uno ve la cantidad de árboles arrastrados por el alud, se da cuenta de que hubo una tala”, advirtió.
Consultado acerca de las causas del fenómeno, Randazzo indicó que “hay que comprobar” si se debió a la deforestación: “Uno cuando ve lo que ha ocurrido se encuentra con que hay cientos de árboles”, dijo.
Norma Naharro, del Foro Salteño por la Tierra, también recorrió el área afectada. “Estamos seguros de que no es simplemente un desastre natural –aseguró–. Acá se habla de la naturaleza como un imprevisible pero es la intervención humana la que da como resultado este tipo de hechos. Son decisiones políticas. La ley de ordenamiento territorial que se aprobó en diciembre autoriza desmontes en terrenos con un 15% de nivel de declive. Eso es una barbaridad técnica y produce este tipo de efectos”, dijo la especialista.
Canziani continuó: “Es evidente que las autoridades tienen intereses en el tema. Ningún proceso ambiental está exento de las actividades humanas. Lo que pasa en Salta es producto de la tala indiscriminada. La falta de monitoreo que permita un seguimiento apropiado de las variaciones del clima son elementos que caen bajo la responsabilidad de las autoridades y de los usuarios del medio ambiente”, consideró.
Fuente: Crítica Digital.
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