Más de 25.000 personas sin filiación partidaria sumaron su aporte para custodiar las urnas.
En las últimas elecciones se triplicó la cantidad de fiscales respecto de los comicios de 2007.Por ejemplo, el Acuerdo Cívico y Social (ACyS) logró reunir 60.000 fiscales, de los cuales 10.000 fueron voluntarios apartidarios. Unión Pro, en tanto, convocó cerca de 50.000 (15.000 independientes) en la provincia de Buenos Aires y en la Capital.
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Con el saber del deber cumplido y ante tanta desconfianza en nuestra capacidad de asociarnos por el bien de nuestra patria, les quiero agradecer a todos aquellos hombres y mujeres que han demostrado que para ser grandes no hace falta ser héroes de película.
El heroicismo de un pueblo radica en su capacidad de asociarse para contrarrestar las acciones que tiendan a su disgregación. Cuando las instituciones se desmiembran por el nefasto accionar anticívico de un grupejo de estafadores de la democracia, es necesario defenderlas con lo único que no pueden combatir efectivamente: el compromiso ciudadano.
Tenía esperanza en lograr poner en acción el modelo de efecto mariposa y a eso apuntamos, junto a Ezequiel Peralta y José Luis Orrico. Cuando encaramos el proyecto del "Grupo Padrinazgo: Un día con la Urna." teníamos la plena convicción de que estábamos formando ciudadanos para abrazar la vida cívica y con un objetivo claro como bautismo de fuego: fiscalizar las elecciones legislativas.
Nuestra democracia no se encuentra extendida a la vida corriente de la gente. Tenemos un largo camino por delante para lograr esa indispensable transformación cultural en la que los valores democráticos sean ampliamente extendidos a cada acto cotidiano que nos toque vivir.
En el plano político, siendo éste un reflejo doloroso de nuestra sociedad, nos encontramos con una democracia delegativa que siempre encolumna a un líder, supuestamente carismático, en el que se depositan, erroneamente, todas las responsabilidades y su accionar es plebiscitado "apenas" cada dos años.
Para fortalecer esta democracia de baja calidad y convertirla en una verdadera institución que vele por los intereses de todos los argentinos del presente, pero siempre mirando hacia el futuro, es necesario que nosotros como ciudadanos abracemos nuestras responsabilidades cívicas con entusiasmo y honor.
Si provocamos el efecto mariposa y, como vectores de conciencia ciudadana, contagiamos al resto de nuestros compatriotas, una nueva política surgirá de entre nosotros, ya no en búsqueda de intereses personales y acomodaticios, sino por el único objetivo concreto y saludable de toda sociedad que no es otro que el bien común.
Volviendo a los clásicos antiguos, quiero dejarles la descripción que Platón hizo acerca de la verdadera vocación de un buen gobernante:
"...los buenos no quieren gobernar ni por dinero ni por honores; ni, granjeando abiertamente una recompensa por causa de su cargo, quieren tener nombre de asalariados, ni el de ladrones tomándosela ellos subrepticiamente del gobierno mismo. Los honores no los mueven tampoco, porque no son ambiciosos. Precisan, pues, de necesidad y castigo si han de prestarse a gobernar, y ésta es tal vez la razón de ser tenido como indecoroso el procurarse gobierno sin ser forzado a ello. El castigo mayor es ser gobernado por otro más perverso cuando no quiera él gobernar: y es por temor a este castigo por lo que se me figura a mí que gobiernan, cuando gobiernan, los hombres de bien; y aun entonces van al gobierno no como quien va a algo ventajoso, ni pensando que lo van a pasar bien en él, sino como el que va a cosa necesaria y en la convicción de que no tienen otros hombres mejores ni iguales a ellos a quienes confiarlo." (República: I)
La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.
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