Cadena rota. El plan canje de bicicletas se pinchó antes de ver la luz.
El gobierno de Cristina Fernández celebrará el próximo jueves dos años de gestión y, en su estela, una sucesión de promesas sin cumplir quedaron pendientes para la próxima mitad del mandato. Una cadena frenética de anuncios, algunos que posiblemente jamás verán la luz, tuvo el atril de la Casa Rosada como espacio emblemático: el tren bala, el Consejo Económico y Social y hasta el canje de bicicletas formaron parte de la lista de medidas que quedaron en palabras.
A comienzos de año, el temor frente a una crisis financiera disparó una maratón de anuncios, entre los cuales se destacó un plan para la compra de heladeras y otro para electrodomésticos. La Jefa de Estado calificó de “exitosísimo” el plan de heladeras, pero lo cierto fue que sólo las cadenas Frávega y Garbarino lo implementaron y liquidaron el pequeño stock en dos días.
No se vendieron 100 mil heladeras, como había anunciado Cristina Fernández. En cuatro meses se colocaron 10 mil, el 10 por ciento. Peor les fue a los lavarropas: se distribuyeron 8 mil sobre los 100 mil del anuncio. Osvaldo Cornide, presidente de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME), fue directo: habló del “fracaso”. Carlos Gagliardi, vicepresidente de la Federación Nacional de Comercios de Artículos para el Hogar, reconoció que los planes sólo cumplieron un 10% de lo convenido.
La Navidad de 2008 tuvo como anticipo la promesa de una canasta popular a nueve pesos, que, finalmente, estuvo ausente en las principales cadenas de supermercados. Por entonces, las medidas para reactivar el mercado automovilístico incluían créditos baratos para renovar la flota de taxis. El oficialista Omar Viviani, titular del Sindicato de Peones de Taxis, admitió, luego, que el plan estaba “muy verde”. La caída de la recaudación fue el principal freno para los estímulos prometidos.
Por caso, la Presidenta anunció que se destinarían $ 200 millones de la ANSES a líneas para el consumo de $ 5.000 cada una: de 85 entidades financieras que operan en la Argentina, sólo los están ofreciendo el Banco de Córdoba, el de la Provincia de Buenos Aires y el Hipotecario.
Entre sus rutilantes anuncios de verano, en febrero, la Presidenta lanzó la tarjeta SUBE: una suerte de pasaje a la felicidad recargable, para pagar cualquier tipo de transporte público sin necesidad de utilizar monedas. Los pliegos de la licitación –para producir las tarjetas y los lectores éstas– dejaron en evidencia que se trataba de un anuncio desfasado respecto de los tiempos de la política. Se estima que la primera entrega de 5 mil lectoras magnéticas sería en junio de 2010. Y las 10 mil hasta ahora licitadas recién marcarán boletos en 2012.
Otra de las falsas promesas de verano fue el plan canje de bicicletas. “El anuncio fue mera acción publicitaria del Gobierno”, dijo Enrique Españón, titular de la Cámara Argentina de Comercio Minorista y Mayorista de Bicicletas. Le echó la culpa al secretario de Comercio, Guillermo Moreno. En el barro político también se dieron casos en los que el Gobierno prometió champagne y terminó convidando sidra. Tal fue el caso del tan anunciado “diálogo político” al que convocó la Presidenta. Se limitó al debate de reforma política que después el Ejecutivo mandó al Congreso. El Consejo Económico y Social, directamente, nunca terminó de conformarse.
La obra pública tampoco fue una perla. Como ya informó este diario en octubre, de las 600 grandes obras previstas para 2010, 220 ya habían sido prometidas en los dos ejercicios anteriores y jamás se ejecutaron, aunque sus costos aumentaron. No es todo: más de 100 obras presupuestadas en 2008 estuvieron completamente estancadas en 2009.
La frutilla del postre fue el Fútbol para todos. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, dijo que el Estado no desembolsaría “ni un peso” porque el fútbol daría ganancias millonarias. El Estado le pagó a la AFA 600 millones de pesos por los derechos de transmisión. Hasta la cuarta fecha, sólo se habían recibido 12 millones por publicidad. La política de desendeudamiento, que la Presidenta fijó como uno de los pilares cuando asumió, se sumará a la lista cuando Economía salga a la busca de fondos.
A comienzos de año, el temor frente a una crisis financiera disparó una maratón de anuncios, entre los cuales se destacó un plan para la compra de heladeras y otro para electrodomésticos. La Jefa de Estado calificó de “exitosísimo” el plan de heladeras, pero lo cierto fue que sólo las cadenas Frávega y Garbarino lo implementaron y liquidaron el pequeño stock en dos días.
No se vendieron 100 mil heladeras, como había anunciado Cristina Fernández. En cuatro meses se colocaron 10 mil, el 10 por ciento. Peor les fue a los lavarropas: se distribuyeron 8 mil sobre los 100 mil del anuncio. Osvaldo Cornide, presidente de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME), fue directo: habló del “fracaso”. Carlos Gagliardi, vicepresidente de la Federación Nacional de Comercios de Artículos para el Hogar, reconoció que los planes sólo cumplieron un 10% de lo convenido.
La Navidad de 2008 tuvo como anticipo la promesa de una canasta popular a nueve pesos, que, finalmente, estuvo ausente en las principales cadenas de supermercados. Por entonces, las medidas para reactivar el mercado automovilístico incluían créditos baratos para renovar la flota de taxis. El oficialista Omar Viviani, titular del Sindicato de Peones de Taxis, admitió, luego, que el plan estaba “muy verde”. La caída de la recaudación fue el principal freno para los estímulos prometidos.
Por caso, la Presidenta anunció que se destinarían $ 200 millones de la ANSES a líneas para el consumo de $ 5.000 cada una: de 85 entidades financieras que operan en la Argentina, sólo los están ofreciendo el Banco de Córdoba, el de la Provincia de Buenos Aires y el Hipotecario.
Entre sus rutilantes anuncios de verano, en febrero, la Presidenta lanzó la tarjeta SUBE: una suerte de pasaje a la felicidad recargable, para pagar cualquier tipo de transporte público sin necesidad de utilizar monedas. Los pliegos de la licitación –para producir las tarjetas y los lectores éstas– dejaron en evidencia que se trataba de un anuncio desfasado respecto de los tiempos de la política. Se estima que la primera entrega de 5 mil lectoras magnéticas sería en junio de 2010. Y las 10 mil hasta ahora licitadas recién marcarán boletos en 2012.
Otra de las falsas promesas de verano fue el plan canje de bicicletas. “El anuncio fue mera acción publicitaria del Gobierno”, dijo Enrique Españón, titular de la Cámara Argentina de Comercio Minorista y Mayorista de Bicicletas. Le echó la culpa al secretario de Comercio, Guillermo Moreno. En el barro político también se dieron casos en los que el Gobierno prometió champagne y terminó convidando sidra. Tal fue el caso del tan anunciado “diálogo político” al que convocó la Presidenta. Se limitó al debate de reforma política que después el Ejecutivo mandó al Congreso. El Consejo Económico y Social, directamente, nunca terminó de conformarse.
La obra pública tampoco fue una perla. Como ya informó este diario en octubre, de las 600 grandes obras previstas para 2010, 220 ya habían sido prometidas en los dos ejercicios anteriores y jamás se ejecutaron, aunque sus costos aumentaron. No es todo: más de 100 obras presupuestadas en 2008 estuvieron completamente estancadas en 2009.
La frutilla del postre fue el Fútbol para todos. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, dijo que el Estado no desembolsaría “ni un peso” porque el fútbol daría ganancias millonarias. El Estado le pagó a la AFA 600 millones de pesos por los derechos de transmisión. Hasta la cuarta fecha, sólo se habían recibido 12 millones por publicidad. La política de desendeudamiento, que la Presidenta fijó como uno de los pilares cuando asumió, se sumará a la lista cuando Economía salga a la busca de fondos.
Fuente: Crítica de la Argentina.
6 comentarios:
Bueno, pero los capitales Chinos ya están por llegar, al igual que los créditos para inquilinos, las 700 escuelas y la transparencia de gestión...
Saludos!
Che viejo, no sean gorilas, la plata de las bicicletas la traía Antonini....
Y ya está medio desactualizada..
Habría que poner también el logro de presentar el DNI de fabricación nacional al mismo tiempo que hay un faltante de 30.000 pasaportes justo al inicio de la temporada alta..
o los 100.000 empleos en cooperativas
o las 100.000 viviendas, que es un clásico..
Que Dios tenga misericordia de Argentina con un gobierno quye la quiere retroceder al siglo XX
Dios ayude a Argentina, metida como está en un gobierno populista que tiene como amigo a un troglodita como el mandante venezolano
Todos estos planes ideados por infradotados, imposibles de cumplir, tenían como fuente de financiación el saqueo de la Anses; yo me pregunto si los fondos ¿ fueron devueltos o se aprovecharon totalmente en algún desvío?
Abrazo.
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