30 de junio de 2012

Top 5 de los inventos relacionados con la energía solar




Láminas solares finas y flexibles con la tecnología CIGS
La empresa suiza Flisom desarrolló unos paneles solares que son delgadas láminas flexibles, no de silicio sino de un material mucho más económico llamado CIGS, que se fabrica por compresión de cobre, indio, galio y selenio. Estas láminas, al ser flexibles podrían utilizarse en dispositivos pequeños como teléfonos móviles, PDAs, ordenadores portátiles… incluso para lunetas tintadas de edificios y coches.

Torre solar: La construcción más alta de Europa
La Torre Solar es un invento que generará electricidad gracias a una superficie de cristal de 3 km de diámetros que se encuentra en la base de la torre, esta superficie calientea el aire que luego asciende por los 750 metros de la torre y así produce electricidad al mover las turbinas que se encuentran en su interior. Podrá generar unos 40 megawatts de electricidad.



Energía solar y eólica transportables
La empresa Ecosphere Technologies desarrolló el Ecos LifeLink, un dispositivo del tamaño de un container de camión que puede ser transportado a cualquier parte. Y en su interior tiene un sistema que potabiliza el agua alimentado por paneles solares, que a su vez generan energía eléctrica en excedente para ser utilizada en situaciones de emergencia o por qué no alimentar alguna escuela.

Energía solar mediante hologramas
No se trata de ciencia ficción, sino de una técnica que puede llegar a ser revolucionaria. Se llama Hologram Solar. Fue desarrollado por la compañía japonesa Prism Solar Technologies. Separa la luz en diferentes longitudes de onda mediante prismas, y de esta forma concentra la energía proveniente de de cada longitud de onda de la luz (cada color) en una célula fotovoltaica diferente, aprovechando mejor el espacio, y reduciendo el coste de las placas.

Cargador solar de baterías de coche
La empresa ICP Solar desarrolló un práctico cargador de baterías que funciona con un panel solar. Tiene apenas 15 centímetros de largo por 5 de ancho, y pesa apenas 400 gramos. Se conecta al encendedor de cigarrillos del auto y por ahí recarga la batería del coche.

Fuente: erenovable.com

16 de junio de 2012

El imperio del Yo.

Beatriz Sarlo / Foto: Cedoc
En una situación cuyo parte médico no indica una gravedad obnubilante, a Máximo Kirchner lo fue a buscar a Santa Cruz, y lo trajo a Buenos Aires, el avión presidencial, que también lleva a Florencia de aquí para allá. Si hiciera falta una prueba que uniera a Cristina Kirchner como persona privada, madre de dos hijos, con la presidenta de la República, no habría que buscar más lejos.

Cristina Kirchner ha fusionado su vida y el poder. Esta es la explicación menos psicológica, y más política, de las intercalaciones autobiográficas con que acostumbra poner notas de color en sus discursos presidenciales, transmitidos por cadena nacional. Está convencida de que todo lo que le concierne es materia de Estado.

Hay otros ejemplos: el valor "histórico" que adjudica a todas sus iniciativas, de la escala que sean, desde las medidas inesperadas atribuidas a la coherencia de un proyecto hasta las reformas caprichosas que han transformado la Casa Rosada en una sucesión de espacios alusivos, omitiendo (que se sepa) la opinión de expertos en edificios de estilo.

Nadie podría reprocharle que dejara su marca en uno de los salones, como suelen hacer los presidentes norteamericanos. Pero de allí a la actual galería temática bajo techo hay una distancia. Ha transformado la Casa de Gobierno (de la que sólo es un huésped temporario) en el territorio de sus efímeras ocurrencias decorativas. En este rubro, no imita a los monarcas absolutos ni a presidentes, como el brasileño Kubitschek, que entregó la construcción de Brasilia a Niemeyer. No tuvo la precaución de rodearse de grandes conocedores. La seguridad sobre la importancia de todos sus pensamientos proviene de no reconocer el carácter temporario de su poder.

Vayamos a un aspecto más de fondo. La sucesión presidencial es siempre un problema, no sólo en Argentina. Pero Cristina Kirchner lo ha convertido en el pivote que ordena las obsesiones propias y ajenas. A su alrededor no crece el pasto, donde pisa no se vuelve a pisar, nadie puede tomar agua de su jagüel. Procura debilitar todas las posibilidades de quien tenga la osadía de plantearse como sucesor. Al no existir, en los hechos, el Partido Justicialista, la tarea, hasta ahora, es sencilla. Cristina Kirchner no permitirá que nadie levante medio metro del piso. Ni amigos ni aliados. El poder reside exclusivamente en su cuerpo. Está convencida de que por allí pasan las fuerzas que son el núcleo mismo del Estado, del Gobierno y de la Nación.

No es asombroso que una mujer con estas creencias cultive una enmarañada afición por la autobiografía. Lo que a ella le sucede o le ha sucedido es lo que sucede con el Estado. "Yo pienso, yo siempre pensé, yo digo, a mí se me ocurrió." De la épica colectiva nestorista se ha pasado al drama lírico. No es poco cambio.

Uno de los fundadores de la socialdemocracia, Victor Adler, escribió que el imperio austro-húngaro ejercía una especie de centralismo desordenado. La fórmula parece adecuada para el gobierno argentino. El "centralismo desordenado" a la criolla, donde todos los funcionarios se cuidan de abrir la boca sin tener direcciones precisas de la Presidenta, y, cuando se equivocan, se corrigen después de un llamado de teléfono. La comunicación es radial. Tal orden cerrado conduce a un "autocentramiento desordenado". En este cáotico invernadero, regado por el afán de hacer carrera, la obsecuencia o el miedo, crece la flor de la primera persona.

Si alguien cuenta un episodio de su vida, o pone su corazón al desnudo, es difícil hacer la pregunta más elemental: ¿y esto qué tiene que ver?, ¿a qué viene? Pequeñas anécdotas ilustrativas: "El me dijo tal cosa" o "Yo siempre le decía a El", prueban retrospectivamente de qué manera Néstor y Cristina eran sabios sin saberlo. No tiene mucho sentido pedir a las intercalaciones biográficas una incomprobable verdad. Son miniaturas personales que incluyen a hijos, esposo, infancia, adolescencia, juventud, de las que cualquiera de nosotros puede decir cualquier cosa y cuya verdad vale poco. Algunos episodios suenan muy verosímiles, otros tienen el aire de haber sido construidos para darle un toque pintoresco al discurso o llenar vacíos. Todos se apoyan en la creencia cristinista de que, desde el comienzo, tuvo una vida que, sin que ella misma lo supiera (como lo dijo alguna vez), iba a llevarla a la presidencia.

Tampoco tiene mucho sentido comprobar la verdad sociológica de las anécdotas acontecidas en el presente ni de los interlocutores de origen popular con quienes la Presidenta habla por teleconferencia. Ultimamente se dice que están preparados, que les hacen un coaching espiritual o se los elige en una especie de casting. Suena sensato. Son parte de un cuadro donde se mezclan necesidades reales y obsecuencias innecesarias. A Cristina Fernández le gusta usar la cadena nacional para mostrarse como cabecera y como puente (un milagro de la ingeniería).

Cuando Néstor Kirchner se refería al pasado lo hacía, por lo general, en tercera persona (ellos, los que lucharon, los que dieron su vida, los que nos señalaron un camino) o en primera persona del plural (nosotros los representamos a ellos hoy, hemos llegado al gobierno para hacer justicia a sus luchas). La Presidenta ha introducido una innovación llamativa: la primera persona del singular, como garantía de lo verdadero y lo justo. Por eso le resulta tan sencillo dar directivas, órdenes, retos humillantes, en todos sus discursos. Ningún político argentino, desde Sarmiento, ha utilizado la primera persona autobiográfica de modo tan exuberante y sin miramientos de cortesía. En realidad, sólo otro, o más bien otra: Elisa Carrió, que no se parece en nada a la Presidenta, pero que usa la primera persona con igual desparpajo.

Ese profundo autoconvencimiento de la trascendencia excepcional de su persona sintoniza perfectamente con un clima de época que ha girado hacia la subjetividad. La cultura del Yo caracteriza también al arte contemporáneo. La dimensión autobiográfica no necesita de validación: vale porque pertenece a un sujeto. La primera persona del singular está por todas partes y es aceptada como razón suficiente de lo que se afirma. Desde Freud, el siglo XX había aprendido a desconfiar de esa inmediatez "sincera" de la primera persona. Las últimas décadas, han dado una vuelta en ese camino. Alejados de Freud, volvimos a creer, contra toda evidencia, que el Yo siempre sabe de qué está hablando.

La Presidenta es una manifestación egregia de esta subjetividad que ha plantado bien altas sus banderas. No haré ninguna caracterización psicológica porque, precisamente, quisiera evitar ese giro subjetivo. Los adjetivos sobran porque todos los conocemos. El peor de ellos es ególatra.

Voy por otro lado. La Presidenta ha dado muestras de pensar que sólo ella conoce el camino que debe recorrer este país. Cuando Moyano afirma que sería bueno que, alguna vez, un obrero fuera presidente de la Argentina, Cristina Fernández le responde: "Yo también trabajé desde muy chica". En lugar de responder que el sindicalismo de la CGT no se parece demasiado al de Lula, contesta con el argumento de su propia vida. Todo lo que se le diga encontrará invariablemente esta coartada biográfica, el muro del personalismo.

No es raro, entonces, que una de sus frases recientes la haya iluminado de modo tan implacable. En el Día del Periodista dijo: "No doy conferencias de prensa porque no voy a declarar en mi contra". Paren a los psicoanalistas porque acá hay sustancia como para un torneo mundial de interpretaciones.

Démosle una vuelta a la frase. La Presidenta ha diagnosticado que el discurso es un arma que sólo debe utilizarse en condiciones de extremo control: palco y un solo micrófono. La autobiografía, los hechos y dichos de la vida de Cristina Fernández son un tesoro de la retórica que hay que proteger para que las efusiones y recuerdos no puedan ser heridos por una pregunta que introduzca el desorden. Por ejemplo: ¿cómo se conmemoraba en Río Gallegos, siendo Kirchner gobernador, el aniversario del 24 de marzo? Hablemos de los setenta, pero no de nuestro "Yo" en los ochenta y noventa. No voy a declarar en mi contra, es un principio leguleyo para alguien que, como la Presidenta, aprovecha tanto el giro subjetivo de la política.

No responde preguntas sencillamente porque implicaría ponerse, un instante, en la perspectiva del que interroga. Experta en monodiscurso, la Presidenta está convencida de que debe hablar siempre desde una perspectiva única. Como sabe que vivimos en una cultura que ama la biografía, ofrece versiones de su propia vida, como si un episodio juvenil o un sentimiento experimentado al azar, la anécdota banal, igual a todas, en la crianza de un hijo o la visita a una provincia, fueran el armazón defensivo de un centralismo desordenado cuya estabilidad sólo puede garantizarla la Unidad Presidencial. Si dejara la primera persona, entraría el plural nosotros. Y nosotros ¿quiénes somos? La respuesta no se encuentra únicamente en el jardín de la subjetividad autobiográfica.

Por Beatriz Sarlo para La Nación.

7 de junio de 2012

Ciudades inteligentes: cómo serán las urbes del futuro


Una ciudad funcionará sin petróleo en el medio de los Emiratos Árabes. Otra será el sueño de los geeks en Corea del Sur.

El imaginario colectivo sobre cómo serían las ciudades del futuro empezó a concretarse con la aparición de inventos insólitos y soluciones ingeniosas, pero aisladas: un auto que se carga como un celular, o un farol solar capaz de orientarse hacia el ángulo de luz más favorable. Peroquienes piensan en las ciudades inteligentes apuntan a un proyecto global, en el que todas las técnicas y dispositivos se ensamblen. ¿Cuáles son, hoy, las urbes del futuro?

Masdar city, el reino post petróleo

En medio del desierto, hacia 2016 se levantará Masdar City, a veinte kilómetros de la ciudad de Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos, también bautizada como "ciudad pospetróleo". Paradójico, ¿no? Tendrá unos 50 mil habitantes y ocupará seis kilómetros de extensión, pero no habrá huellas de coches ni rastro de emisiones contaminantes. Toda la energía consumida será renovable, solar o eólica. Y contará con un revolucionario sistema de transporte: el Sistema Personal de Tránsito Rápido, cuyos vagones para cuatro personas -y sin conductor- viajarán a lo largo de la ciudad sobre rieles magnéticos. Las maquetas que recrean el prototipo reflejan una ciudad casi onírica, brillante e insonora. Una versión en las antípodas de laMetrópolis que previó Fritz Lang en 1927. Sin trasfondo social, descafeinada y multicolor. Sus creadores empezaron a trabajar en ella en 2006,y calculan que el presupuesto total será de 22 billones de dólares (con "be").


Songdo, súper tic

Y si el equilibrio urbano requiere un talonario abultado, las empresas están atentas a las suculentas oportunidades, que son muchas. Según la consultora IDC, el abanico de posibilidades de nuevos negocios para las compañías TIC destinadas a ciudades inteligentes representó unos 34 millones de euros en 2011, y se prevé que para 2014 serán 57 millones. ¿Y cuál es la hoja de ruta que siguen las empresas tecnológicas para invertir? Existen, sobre todo, dos modelos: el que apuesta por dotar de inteligencia a las ciudades ya existentes (como IBM) y el que prefiere crear las urbes del futuro desde cero. La americana Cisco es bandera del segundo paradigma, y ya ejecuta proyectos como Songdo, una población que se levantará en un perímetro de seis kilómetros sobre un terreno ganado al mar, en Corea del Sur. Estará lista, dicen, en 2015, y tendrá sensores, fibra óptica y líneas de comunicación en todos los rincones de todos los edificios, y una sala central de operaciones será el cerebro de la urbe, por donde correrá la información. Es una ciudad ubicua, porque todos los sistemas tecnológicos estarán conectados entre sí.

De Lisboa a Nueva York, inteligencia artificial

Las viviendas tampoco escapan del nuevo concepto. Los llamados edificios inteligentes estarán repletos de dispositivos -con sensores en las tripas- y de instalaciones inesperadas, tales como granjas urbanas o dispensadores de vehículos eléctricos. Otros buscan además personalizar los diferentes ambientes, como el proyecto City Home del MIT, que propone una casa conformada por módulos transformables capaces de pasar de gimnasio a oficina, de dormitorio a sala de fiestas, según las necesidades del momento. En la ciudad portuguesa de Lusa, por ejemplo, un proyecto de Microsoft que pretende estar a punto para 2016 incluye entre sus innovaciones el cálculo constante de temperatura. De esta forma, si se produjera un incendio, los bomberos sabrían, al llegar, los grados exactos, la calidad del aire y el tiempo que el fuego lleva activo en el edificio. En Santander, España, el gobierno piensa repartir 20 mil dispositivos (cámaras, sensores, celulares) para dar información a los ciudadanos. En una muestra de cómo el sector público toma también las riendas de la smart city, esta iniciativa permitirá, muy pronto, saber el nivel de polen en el aire, el estado del tráfico o del tiempo, la frecuencia de paso del transporte público, el control del ruido, la seguridad en los colegios o la activación de sistemas de riego. Y si el Gran Hermano ya no es un gran ojo sino millones de pequeñas pupilas, la Gran Manzana es ilustrativa: consiguió erradicar los crímenes en un 20 por ciento gracias a aplicaciones predictivas, sensores de vigilancia ubicuos y automatización.

Recife, el Sur también existe

La primera y por ahora única ciudad inteligente en Latinoamérica está en Brasil, en Pernambuco. Es Recife, y sus 240 hectáreas se adaptan a la tendencia green en la que priman la ecología y el ahorro en los suministros a través del uso de fuentes alternativas. Porque si el amigo irrefutable del mundo feliz del futuro es el soma tecnológico, el malgasto de energía y los residuos son los villanos del cuento. Y Recife no es una excepción. La cidade inteligente será realizada por NEC Latin America, junto con el Consorcio Arena Pernambuco, filial del grupo brasileño Odebrecht. Ahora, definen qué funcionalidades y servicios se crearán, pero adelantan que tendrá alta tecnología de conectividad (LTE y 4G) y una infraestructura de comunicaciones de fibra óptica de -como mínimo- 40 gigas por segundo. No habrá autos, pero sí cámaras, y muchas, porque la seguridad estará en sus manos, junto con sistemas de monitoreo de comportamiento (behavior analitics), o sistemas biométricos, conectados sin descanso a la policía y otros sistemas de emergencia. El resultado de esta urbe especializada se podrá ver en 2020. Para entonces, sus 50 mil habitantes poblarán una región tecnológica, turística y comercial "de alto valor adquisitivo", según los pronósticos. Un poco antes, en 2014, la primera fase de Recife ya estará concluida. Y los focos del Mundial de Fútbol serán el escenario perfecto para presentar este megaemprendimiento, cuyo modelo, de ser rentable, se extenderá a otros países de Latinoamérica. Para hacer que el futuro (este futuro) llegue hasta el último rincón.

Por Ana Claudia Rodríguez para Revista Brando.

3 de junio de 2012

¿Cómo funciona una tower power solar térmica?

Hoy les traigo un video explicativo y real de una planta de energía solar térmica que funciona en Australia. Es alucinante!

Les recuerdo de qué se trata un Power Tower...
El funcionamiento de las Power Towers es muy interesante: la energía solar conseguida, se almacena en ellas para luego ser utilizada a demanda por las noches o cuando el sol no brille. Pero claro, no se trata de una batería. La electricidad es difícil de almacenar a gran escala, ya que las baterías pierden su eficiencia con grandes cantidades.

La idea que mueve a las Power Towers es capturar el calor del sol. El calor, al contrario, de la corriente eléctrica, es algo que puede ser almacenado de forma efectiva a bajo costo.
John S. O’Donnell, presidente de Ausra, una compañía que maneja Power Towers, da un ejemplo interesante: “Un termo de café y la batería de una notebook almacenan la misma cantidad de energía. El termo cuesta cinco dólares la batería de la notebook 150 dólares. Por eso la energía solar térmica será la forma dominante”.
La energía solar térmica consigue electricidad gracias al calor del sol. Lo que hacen es capturar el calor con espejos que a su vez calientan tuberías que llevan agua, el vapor resultante es el que luego mueve una turbina que es la que genera la electricidad.


Lo que hacen las Power Towers es almacenar calor, por horas o días, como hacen las represas guardando agua para movilizar las turbinas, eso es lo que hacen las torres de energía.
En las Power Towers hay cientos de miles de litros de sal líquida que puede ser calentada a muy altas temperaturas y no llegar a una presión alta. Esta es la encargada de mantener el calor que luego irá siendo utilizado para mover las turbinas.
Las torres que se están construyendo ahora pueden llegar a generar 250 megavatios de electricidad, suficiente para una ciudad.