5 de febrero de 2013

Un explicación de los abucheos desde la teoría de la Espiral del Silencio

Por el Lic. Pablo Olivera Da Silva | 05.02.2013

¿Por qué querría el Gobierno y sus nodos de comunicación política institucional y extra institucional, condenar la metodología de manifestación pública de los abucheos a funcionarios públicos?

Simple. ¿Conocen cómo funciona la teoría de "La Espiral del Silencio" aplicada a la comunicación política?

Paso a explicarlo sencillamente. Partamos de un supuesto que proponga que "el kirchnerismo o cristinismo, es imbatible. Son muy fuertes y sólidos en comunicación política. No se puede contra ellos."

El común de nosotros -y ello nos involucra a todos, por lo menos, por algún momento-, siente temor al aislamiento, "miedo" a quedarnos solos. Es por ello que prestamos mucha atención a la opinión mayoritaria o consensuada en la sociedad y adherimos a ella en búsqueda de un vínculo de pertenencia.

La información de esa tendencia nos llega desde la esfera de los medios de comunicación y los canales oficiales de la esfera institucional. Es decir, Medios y Gobierno. Ambos se disputan una agenda que, para unos es mediática y, para otros, es institucional. Con ciertos temas que siempre están (inseguridad, desempleo, inflación, corrupción, salud, educación, etc.) y algunos otros que respondan a un momento histórico particular.

El kirchnerismo y, luego el cristinismo, han puesto mucho esfuerzo en controlar la información que circula por los Medios y yendo contra las principales usinas críticas o acomodaticias, en términos de oposición, intentando reducirlas en su capacidad de daño mediático, o expresión misma, de una opinión contra-hegemónica.

Volviendo a la teoría, cuando una opinión domina al público en general, la mayoría de las personas que tienen una opinión contraria, opta por el silencio, siendo muy pocas las voces que se manifiestan en voz alta. Pero cuando existe un cambio de tendencia, y ésta está en relación con la percepción de las opinión pública y la permeabilidad que tienen los medios para mostrar ese cambio, entonces las personas que lo advierten y elevan su voz para manifestar su oposición, aumentan progresivamente hasta provocar un cambio de tendencia en la opinión general.

La lógica está a la vista: si se mantiene vivo el "relato" en los medios con llegada masiva, o si se usan los canales institucionales en forma mucho más asidua, más personas optarán por el silencio de sus opiniones contrarias. Es allí donde puede graficarse un efecto de espiral. Pero si las opiniones contrarias comienzan a trascender el control institucional del gobierno y su anterior dominio sobre la opinión dominante, entonces es porque el espiral del silencio comienza a revertirse con un nuevo cambio de tendencia.

Atacar la espontaneidad -o no-, de una manifestación de repudio a funcionarios de Gobierno es sostener el "relato". Por ello, o por temor a que se conozca el "know how" de los cambios de opinión pública, se persigue y fustiga a quienes son abucheadores o potenciales abucheadores (pueden ser también periodistas o referentes sociales -cual nodos- que manifiesten una opinión abiertamente contraria al relato hegemónico).

El dilema que enfrenta el oficialismo es que, al hacerlo con mayor frecuencia, están demostrando una clara tendencia de cambio en la opinión pública. Por supuesto, contraria a sus intereses de permanencia en el poder. Habrán de ser la opinión minoritaria si no provocan un cambio del sentido del espiral nuevamente y que el mismo, los favorezca.

Así es cómo puede interpretarse la teoría de la comunicación, política, en este caso, en torno a las ideas de Elisabeth Noelle-Neumann y su teoría de "la Espiral del Silencio".

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