Les dejo sus frases y reflexiones acerca de la pobreza, mendicidad y ociosidad de nuestros hermanos más relegados.
"Una de las causas a que atribuyo el poco producto de las tierra y el ningún adelantamiento del labrador (...) [es] porque no se mira a la agricultura como un arte que tenga necesidad de estudio, de reflexiones o de reglas.
No se crea que es ajeno al ministerio eclesiástico el instruir y comunicar las luces sobre el cultivo de las tierras, artes, comercio, etc., pues el mejor medio de socorrer la mendicidad y miseria es prevenirla y atenderla en su origen.
¿Cómo, pues, la pondremos [a la industria] en este estado [de riqueza]? Con unos buenos principios(...) Los buenos principios los adquirirá el artista en una escuela de dibujo que, sin duda, es el alma de las artes.
A estas infelices gentes (por los pobres) que, acostumbradas a vivir en la ociosidad, como llevo expuesto, desde niños, les es muy penoso el trabajo en la edad adulta y [son] o resultan unos salteadores o mendigos; estados seguramente deplorables, que podían cortarse si se les diese auxilio desde la infancia, proporcionándoles una regular educación, que es el principio de donde resultan ya lo bienes ya los males de la sociedad.
Uno de los principales medios que deben aceptar a este fin, son las escuelas gratuitas, donde pudiesen los infelices, [es decir, los pobres] mandar a sus hijos sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción: allí se les podría dictar buenas máximas e inspirarles amor al trabajo, pues un pueblo donde no reine éste, decae el comercio y toma lugar la miseria; las artes que producen abundancia que las multiplica después en recompensa, decaen; y todo, en una palabra, desaparece, cuando se abandona la industria, porque se cree no es de utilidad alguna.
Igualmente se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñase doctrina cristiana, a leer, escribir, coser, bordar, etc., y principalmente, inspirándoles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad.
La ciencia del comercio no se reduce a comprar por diez y vender por veinte, sus principios son más dignos. (...) Sea el primero [de los medios de fomento del comercio], una escuela titulada de comercio. Es forzoso se ponga igualmente, como medio de la protección del comercio, una escuela de náutica, sin cuyos principios nadie pudiese ser patrón de lancha en este río. (...) La utilidad y ventaja que proporcionará este establecimiento, aun para los que no quieren seguir la carrera de la navegación, no será bien ponderada jamás, ni yo puedo hacerla ver claramente"
El legado de Don Manuel Belgrano, al igual que el resto de nuestros padres fundadores, es una ofrenda patriótica que nos llena de orgullo y de obligación para con nuestra Nación. En estos tiempos de apatía política, desesperanza cívica e individualismo extremo, hagamos nuestro mayor esfuerzo por crear conciencia ciudadana. Por ellos, por nosotros y por los que vendrán, seamos responsables de nuestro destino de Nación y demos lo mejor de nosotros. Hay mucho por hacer y poco tiempo para evitar que la tiranía y las facciones irreconciliables vuelvan a oscurecer nuestra realidad nacional.
No se crea que es ajeno al ministerio eclesiástico el instruir y comunicar las luces sobre el cultivo de las tierras, artes, comercio, etc., pues el mejor medio de socorrer la mendicidad y miseria es prevenirla y atenderla en su origen.
¿Cómo, pues, la pondremos [a la industria] en este estado [de riqueza]? Con unos buenos principios(...) Los buenos principios los adquirirá el artista en una escuela de dibujo que, sin duda, es el alma de las artes.
A estas infelices gentes (por los pobres) que, acostumbradas a vivir en la ociosidad, como llevo expuesto, desde niños, les es muy penoso el trabajo en la edad adulta y [son] o resultan unos salteadores o mendigos; estados seguramente deplorables, que podían cortarse si se les diese auxilio desde la infancia, proporcionándoles una regular educación, que es el principio de donde resultan ya lo bienes ya los males de la sociedad.
Uno de los principales medios que deben aceptar a este fin, son las escuelas gratuitas, donde pudiesen los infelices, [es decir, los pobres] mandar a sus hijos sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción: allí se les podría dictar buenas máximas e inspirarles amor al trabajo, pues un pueblo donde no reine éste, decae el comercio y toma lugar la miseria; las artes que producen abundancia que las multiplica después en recompensa, decaen; y todo, en una palabra, desaparece, cuando se abandona la industria, porque se cree no es de utilidad alguna.
Igualmente se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñase doctrina cristiana, a leer, escribir, coser, bordar, etc., y principalmente, inspirándoles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad.
La ciencia del comercio no se reduce a comprar por diez y vender por veinte, sus principios son más dignos. (...) Sea el primero [de los medios de fomento del comercio], una escuela titulada de comercio. Es forzoso se ponga igualmente, como medio de la protección del comercio, una escuela de náutica, sin cuyos principios nadie pudiese ser patrón de lancha en este río. (...) La utilidad y ventaja que proporcionará este establecimiento, aun para los que no quieren seguir la carrera de la navegación, no será bien ponderada jamás, ni yo puedo hacerla ver claramente"
El legado de Don Manuel Belgrano, al igual que el resto de nuestros padres fundadores, es una ofrenda patriótica que nos llena de orgullo y de obligación para con nuestra Nación. En estos tiempos de apatía política, desesperanza cívica e individualismo extremo, hagamos nuestro mayor esfuerzo por crear conciencia ciudadana. Por ellos, por nosotros y por los que vendrán, seamos responsables de nuestro destino de Nación y demos lo mejor de nosotros. Hay mucho por hacer y poco tiempo para evitar que la tiranía y las facciones irreconciliables vuelvan a oscurecer nuestra realidad nacional.
La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.
¡Feliz Día de la Bandera para todos mis compatriotas!
Post original publicado el 20/06/2010