28 de enero de 2012

Un cuento para Abrementes en vacaciones.

En mi descanso anual, veraneando donde usualmente lo hago, veo decenas de perritos abandonados. Cada año más y más. Gente sin corazón que increíblemente decide abandonar a la buena de Dios a su compañero y amigo quien no entiende nada de lo que sucede: primero el abandono, segundo como sobrevivir, sin alimento asegurado, al peligro de los autos y camiones...
Les dejo este cuento para que lo lleven a la mesa de sus seres queridos en estas fiestas. Estoy seguro que es un verdadero abremente.

Un hombre, su caballo, su perro y el cielo
Anónimo
Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por una calle. Después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta de que los tres habían muerto en un accidente.
Hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva condición. La caminata era muy larga, cuesta arriba. El sol era fuerte y los tres estaban empapados en sudor y con mucha sed. Precisaban desesperadamente agua. En una curva del camino, avistaron un portón magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba agua cristalina. El caminante se dirigió al hombre que desde una garita cuidaba de la entrada.
-Buen día -dijo el caminante.
-Buen día -respondió el hombre.
-¿Qué lugar es este, tan lindo? -preguntó el caminante.
-Esto es el cielo -fue la respuesta.
-Qué bueno que llegamos al cielo, estamos con mucha sed -dijo el caminante.
-Usted puede entrar a beber agua a voluntad -dijo el guardián, indicándole la fuente.
-Mi caballo y mi perro también están con sed.
-Lo lamento mucho -le dijo el guarda-. Aquí no se permite la entrada de animales.
El hombre se sintió muy decepcionado porque su sed era grande. Mas él no bebería, dejando a sus amigos con sed. De esta manera, prosiguió su camino. Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un sitio cuya entrada estaba marcada por un portón viejo semiabierto. El portón daba a un camino de tierra, con árboles de ambos lados que le hacían sombra. A la sombra de uno de los árboles, un hombre estaba recostado, con la cabeza cubierta por un sombrero; parecía que dormía...
-Buen día -dijo el caminante.
-Buen día -respondió el hombre.
-Estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro.
-Hay una fuente en aquellas piedras -dijo el hombre indicando el lugar-. Pueden beber a voluntad.
El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed.
-Muchas gracias -dijo el caminante al salir.
-Vuelvan cuando quieran -respondió el hombre.
-A propósito -dijo el caminante- ¿cuál es el nombre de este lugar?
-Cielo -respondió el hombre.
-¿Cielo? ¡Mas si el hombre en la guardia de al lado del portón de mármol me dijo que allí era el cielo!
-Aquello no es el cielo, aquello es el infierno.
El caminante quedó perplejo. Dijo:
-Esa información falsa debe causar grandes confusiones.
-De ninguna manera -respondió el hombre-. En verdad ellos nos hacen un gran favor. Porque allí quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.

(Refrito: Cuento posteado en Enero de 2009)

16 de enero de 2012

7.517 argentinos muertos en 2011 por "accidentes" de tránsito.


Significan 21 muertos por día. 21 vidas que se pierden por soberbia, impunidad, impericia, viveza criolla o falta de educación. No son accidentes, son atentados a la vida. Y el Estado debe actuar intensamente para evitar que se sigan perdiendo más vidas.
Difícilmente podamos ver un cambio si no encontramos la forma de llegar a empatizar con todos aquellos que hacen de sus vehículos, armas mortales. La empatía es la forma de lograr que uno pueda imaginar el sufrir o el vivir desde el otro. Ese aquél que perdió un familiar, o está postrado, o cometió la imprudencia de salir a la ruta habiéndo tomado siquiera una gota del alcohol.


Esta semana vimos el estremecedor video de la camioneta cremita haciendo zig zag a la vida en la Ruta 11 interbalnearia, en el momento del año en que más gente circula. Pasó lo que debía pasar en esa circunstancia, chocó y mató a una persona. Falló el Estado al no poder detenerlo, habiendo sido advertido el 911 repetidas veces. Fallamos todos al ver cómo se repiten estas situaciones a cada instante, a cada hora, cada día. Y así llegamos a la fatal cifra de 7.517 argentinos muertos en 2011.
Decía Martín Caparrós, con cierta dureza en su libro Argentinismos: 
 “¿Saben por qué se matan, argentinos? Porque son una manga de pelotudos. Porque se creen los más vivos, los supermanes, los invulnerables. Porque se creen que, igual que este país maravilloso, están condenados al éxito y que, por más boludeces que hagan, van a terminar bien. Porque son incapaces de pensar –entre otras cosas– las consecuencias de sus actos. Así que se lanzan a la muerte con el placer de los idiotas. Háganlo, diviértanse. A nadie se puede privar del derecho de agarrar su cochecito recién lavado, levemente tuneado, abonado en incómodas cuotas o contado rabioso, preparado para producir muecas de envidia en el vecino y jadeos de deseo en las ninfetas, y reventarlo contra un poste a 200 por hora: hacerse moco a 200 por hora, un destino bien macho y argentino. Pero traten de matarse solos. Si lo lograran, saludos y buen viaje. El problema es que, en general, se las arreglan para enganchar a algún incauto y, entonces, pasan de suicidas a asesinos. ¿Y saben por qué matan, argentinos? Porque son una manga de pelotudos. Porque se creen los más vivos, los supermanes, y al resto que lo parta un rayo. Porque se creen que, igual que este país maravilloso, están condenados al éxito y que, por más boludeces que hagan, van a terminar bien. Porque son incapaces de pensar las consecuencias de sus actos –argentinos”.
Veamos cómo se trabaja en otros países para poder reducir a la mínima expresión las muertes por accidentes de tránsito. En esta oportunidad quiero mostrarles una campaña australiana realizada para el 20º aniversario de TAC (Transport Accident Commission Victoria). Cuando comenzaron en 1998, las muertes por accidentes de tránsito alcanzaban las 776 víctimas, en 2008 se redujeron a 303. Como verán la acción requiere constancia siendo un trabajo arduo y con resultados a largo plazo. Pero si no comenzamos, jamás veremos los resultados. He aquí el video:


La empatía puede hacer milagros en las personas. Usemos esta herramienta para crear conciencia. Si podemos educar en valores y ponernos en los zapatos del otro, los resultados se alcanzarán en menor tiempo. Pero no olvidemos que sin controles, no se podrá sostener ningún cambio radical en nuestra forma de vida que resulta por demás peligrosa.

La única posibilidad para el cambio es creando conciencia.

14 de enero de 2012

La idea del poder absoluto

El estilo de la Presidenta expresa su férrea voluntad de mando

Este gobierno no teme al ridículo. La Presidenta habla con diminutivos, invoca a los espíritus, intercala parrafadas sobre sus sacrificios y su entereza, se hace poner la banda por su hija, se emociona a lo grande, festeja sus propias ocurrencias y se da todos los gustos. Los gobernantes democráticos se caracterizan precisamente por lo contrario: se la pasan dando explicaciones, pedidas generalmente por la maldita prensa. Nada más afín a las estéticas televisivas que la Presidenta. No soy la primera que lo dice; lo dijo un empresario fabricante de éxitos, que pueden no gustar a quien esto escribe, pero fijan el meridiano del público. Sin duda, toda sobreactuación está asediada por el peligro del ridículo, pero el poder es el antídoto más fuerte que se conoce. 

Hoy es de mal tono aludir a algunos aspectos del look presidencial, como si fuera una mezquindad sólo perpetrada por insidiosos, que deberían bañarse en las aguas purificadoras de la amnesia y olvidar que la Presidenta dijo a los cuatro vientos que ella "se pinta como una puerta". Los partidarios de Cristina Kirchner, que se ocupa de su look con una minucia que exige inversión de tiempo (nadie habla de dinero, por favor, nadie habla de eso), consideran una afrenta que se mencione el tema. En un mundo donde hasta Nacha Guevara blanqueó sus cirugías, cuyos efectos antes atribuía a la meditación trascendental y la comida vegetariana, hasta en este mundo, no se habla.

Hay dos razones para callar sobre este punto. La primera es que se trata de la Presidenta, cuyo luto se ha trasmutado en potente soledad, su familia se ha trasmutado en aparato político y su autoritarismo espontáneo ha sido filosóficamente procesado como ejecutivismo fuerte. La segunda es que hablar de estas cosas produce un discurso banal: ¿con el ajuste y las paritarias por delante, con los "cumpas" kirchneristas de la minería a cielo abierto, con las protestas provinciales, quién quiere ocuparse del estilo presidencial que es más flamígero que nunca, como si allí el ajuste fuera meramente una cuestión cromática.

Además, la popularidad de la Presidenta se sostiene en rasgos que son aceptados casi por aclamación, si es que las encuestas reflejan lo que sienten los ciudadanos. No la deterioran el unicato ni el nepotismo, explicado como apoyo en sus leales y en ese conmovedor artefacto privado que no tiene nada que hacer en la política: la familia. Máximo Kirchner, de quien todavía no conocemos la voz, se ha convertido en sujeto de poder, un destino sorprendente, para no decir inmerecido. Hijo de la familia presidencial, llegó allí con ese único mérito, para acentuar el carácter cortesano de las costumbres cristinistas. La sucesión genealógica o el poder del nepotismo son rasgos monárquicos de las democracias imperfectas, los gobiernos sólo formalmente constitucionales, los nuevos regímenes surgidos de crisis, los populismos personalistas. 

La Presidenta tiene una idea del poder. Ella es el centro de un cosmos cuyo orden depende de que todos los signos le estén subordinados. Por eso, nadie puede hablar sino ella, los ministros sólo comunican cuando son autorizados, los diputados (que antes eran afables, como Agustín Rossi) no tienen que ir a la televisión. Ella unifica el mensaje y supervisa todos los detalles; ella convierte a cualquier hecho en acontecimiento o pasa por alto lo que se le antoja. Imagínense el tiempo que esto insume. No se trata de una actividad secundaria sino que sobre ella reposa la esencia misma de un poder que no acepta otra cualidad que la de ser absoluto (Louis Marin, El poder y sus representaciones ). 

Cristina Kirchner se designó como "arquitecta egipcia", es decir quien construye para un poder centralizado, total y teocrático. Se trata, por supuesto de una metáfora, pero se le ocurrió a ella, no a un crítico. Como arquitecta egipcia, Cristina interviene sobre la Casa de Gobierno consagrando allí nuevos espacios: el de los Patriotas latinoamericanos, el Salón de las Mujeres, etc. Hoy, la Casa Rosada se está convirtiendo en un parque temático bajo techo, cuya curadora es, ¿quién otra?, la Presidenta.

Pero mejor lo explica ella, con el estilo habitual a estas oportunidades, llano, doméstico y un poco adolescente. Confío en que los lectores aprecien la larga cita tanto como yo: 
"Cuando decidimos restaurar la original entrada de la Casa de Gobierno, la Casa Rosada... ustedes no saben lo que era esto, un sucucho, covacha, horrendo... decidimos los colores, con qué colores recibimos a los que vienen a nuestro país, con los colores de Argentina, por eso el celeste y blanco. Este celeste, habían pintado un celeste... ¿dónde están las arquitectas, las chicas? Ahí están. Habían pintado un celeste lavandina que era horrendo. Les dije esto es lavandina, no es celeste, yo quiero otro celeste, este celeste de la bandera, que finalmente fue logrado. Entonces digo ¿con qué los recibimos? Ya teníamos el Salón de los Científicos, el de la Mujeres, el de los Patriotas latinoamericanos, el de los Escritores y Pensadores, faltaban nuestros pintores y dije Pintores y Pinturas de la Argentina, y agregar a las pinturas marcos para que parecieran cuadros... eso se me ocurrió de los leds ... y la idea era hacer una filmación con todos los principales paisajes de la República Argentina. Ustedes habrán visto en algún momento, cuando se detenía la imagen, ahí viene, miren ahí, ese cuadro que está ahí al lado, fíjense sino parece una pintura muy parecida a esa que está ahí; porque los pintores terminan siempre de algún modo reflejando lo que ven, como los actores a la sociedad que viven y palpitan. Yo siempre digo que el arte está íntimamente vinculado con lo que nos rodea y si no, no es arte, podrá ser algún ejercicio personal de alguien pero tiene que estar directamente vinculado".

El párrafo es elemental, pero significativo. En veinte líneas, la Presidenta nos comunica sus intervenciones de decoradora egipcia y, de yapa, da sus opiniones sobre lo que debe ser el arte. No importa lo que diga, lo importante es que es la dueña de los espacios. Y, además, Cristina Kirchner quiere dejar su marca. 

En una sabia película de Roberto Rossellini, La toma del poder por Luis XIV , se escucha decir, más sintéticamente, al Rey Sol: "Versalles se convertirá en el templo de la monarquía y aquí trabajarán todos los artistas del reino; nada marca más la grandeza de los príncipes que la grandeza de los edificios".

Seguramente, Cristina Kirchner no vio esta película, porque cuando expone sus gustos se inclina en otras direcciones. Pero, como si la hubiera visto, sabe que todo debe convertirse en espacio simbólico y ceremonial. No consulta a los mejores arquitectos de su época (que construyeron la nueva fachada y los jardines de Versalles bajo Luis XIV). Su autosuficiencia le permite designar a las arquitectas de Casa de Gobierno como "las chicas", en el discurso que se acaba de citar. ¿Qué "chicas" se atreverían a discutir las elecciones cromáticas de la Presidenta? Un detalle encantador: la Presidenta que dice "todas y todos" como un mantra, se refiere a dos profesionales como "las chicas". La lengua es traicionera.

A Kirchner le daba lo mismo cualquier parte, aunque prefería el Salón Blanco. No tenía veleidades ni se interesaba por el simbolismo de los espacios. Su sucesora, en cambio, construye la pirámide del poder como su monumento material. Esa pirámide no depende de un móvil sistema de pactos y acuerdos, sino que es tallada en piedra "egipcia" (o estuco, tampoco vamos a exagerar).

Según los trascendidos, se ha suprimido el despacho del vicepresidente en la Casa de Gobierno y allí se alojaría un museo a Evita, que ya tiene museo en otro lugar de Buenos Aires. Total, Boudou, sin bromita alguna, debe adecuarse a lo que le toque, obedeciendo el viejo refrán de que a un caballo regalado no hay que examinarlo para ver si viene completo.

Por Beatriz Sarlo | Para LA NACION 

Las negritas y bastardillas corresponden al editor del blog.

5 de enero de 2012

Iniciativa abremente de proteccionista.

A difundir la idea, proteccionistas!

Miguel Medina, viejo conocido del blog, me acaba de sorprender con una idea muy práctica para aquellos que suelen alimentar a los animalitos abandonados de la vía pública. Vean pues su descripción y su explicación con sus propias palabras:


Este modelo es muy simple de hacer de forma gratuita si se realiza a partir de botellas de plástico superpuestas, para proteger el alimento es barato y practico, hay que incertar una botella dentro de otra y listo, la comida se mantienen en una botella y mientras van comiendo se va liberando en la otra botella lista para comer. Podes crear algunos comederos solo con dos botellas una tijera y paciencia, y colocarlos para los animalitos hambrientos sin hogar. De esta forma la comida se raciona y se protege. Es un simple gesto para estos angelitos que pasan varios días sin comer. A ellos les hará una gran diferencia! De paso se recicla.
Gracias.

Datos de contacto de Miguel Medina


Cel: 1531210452
correo/Msn: migmed@hotmail.com, migmed@live.com
skype:migmed1986
twitter: @migmed86
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