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Irrefutable: la nueva minera gregorense apila a cielo abierto (como muestra esta imagen) las cajas con piedras de cianuro sobre la tierra, sin protección y solo acordonadas por un débil alambrado perimetral. Las normas escritas son generales, imprecisas y vagas al respecto (y como nadie controla…). Para que no hubiera dudas, nos metimos en el yacimiento, fotografiamos, filmamos, entrevistamos y analizamos cuánto hay de cierto y cuánto de mentiras sobre la minería y el cianuro en Santa Cruz.
La palabra clave en minería es “cianuro”; pronunciarla abre grandes polémicas, alienta serios temores e inclusive la noticia que la contenga corre como reguero de pólvora por el mundo y a las multinacionales que operan en todos los países y tienen sus tentáculos esparcidos por la geografía Argentina, se les detiene el corazón.
En Santa Cruz, quizás porque existe un sentimiento de culpa en las autoridades de aplicación que no ejercen ningún tipo de control, mencionar que el cianuro contamina, que pueden existir fallas de seguridad que permitan que este elemento altamente tóxico esté enfermando gente y al medio ambiente, ha hecho que voceros de la minería como el Sr. Miguel Ángel Ferro salgan a cargar contra todo el que intente poner un manto de sospecha sobre el nivel de responsabilidad que tienen las mineras con el manejo de esta substancia en la obtención de metales preciosos en la provincia.
¿Y esto qué es?
OPI inició una investigación más profunda para saber con la mayor precisión posible, hasta dónde hay de mito y de realidad en esto del cianuro en la minería y con tal objetivo nos propusimos obtener un registro espontáneo del yacimiento estrella de Santa Cruz, el último en ser inaugurado por el gobierno nacional y el provincial, bajo la más profusa difusión de las bondades que Manantial Espejo traerá para la región, como, por ejemplo, la ocupación de unas 700 personas. (¿?)
Obtuvimos decenas de fotografías y filmaciones de las instalaciones y labores mineras de la empresa Tritón Argentina S.A, sin embargo, de todas las imágenes que tomamos, hubo una que posiblemente necesite ser explicada convenientemente por directivos de la empresa y por las autoridades de Medioambiente de la provincia.
Tritón posee en su yacimiento de Manantial Espejo cientos de cajones apilados sobre el suelo, al aire libre, cercados por un alambre, cercanos a un enorme tanque (de los tres que hay, cada uno de ellos de 942 m3, en los cuales se lixivia por agitación y adición de cianuro) y a escasos 80 metros de las oficinas de administración de la planta, tal como lo muestra la fotografía principal que ilustra esta nota.
Cuando preguntamos qué había en esos containers de madera, nos dijeron: piedras de cianuro. La pregunta inmediata fue: ¿Y porqué están allí, a la intemperie, sobre la tierra y no en un lugar cerrado, aislado del piso, lejos de las inclemencias del tiempo, la humedad, el viento y el cercano contacto con seres humanos?. “No se, es la decisión de la empresa. Ellos deciden el manejo y almacenaje del cianuro”, nos indicaron.
Fuimos más allá y repreguntamos: ¿Qué dice el Reglamento sobre la seguridad en el manejo y almacenamiento del cianuro?. “Nada”, nos respondieron y quedamos absortos. ¿Cómo nada?, inquirimos; “Así es, el reglamento advierte sobre los riesgos a los operarios, pero no dice nada de cómo se debe resguardar, ensilar o almacenar el cianuro; es un procedimiento que adecua cada empresa de acuerdo al protocolo que tenga para el manejo de esta sustancia”, señaló la fuente.
Sin directivas
Preocupados, nos detuvimos en este punto y fuimos a hojear el decreto 249/2007 firmado por Néstor Kirchner, en el cual aprueba el “Reglamento de Higiene y Seguridad para la Actividad Minera”.
El articulo 9 del capitulo 1º señala “cada trabajador velará por su propia seguridad y salud en el trabajo y por la de otras personas a las que pueda afectar su actividad”. Hasta aquí no nos había dado mucha información la normativa, ni nos había dicho algo que no supiéramos.
El capitulo 4º dedicado exclusivamente a los contaminantes, en su Articulo 51 señala: “En el lugar de trabajo en el que se desarrollen procesos que produzcan la contaminación del ambiente, ya sea con gases, vapores, humos, nieblas, polvos, fibras, aerosoles, contaminantes biológicos o emanaciones de cualquier tipo, se deben arbitrar los medios necesarios para eliminar y/o minimizar los efectos nocivos que los mismos puedan causar a los trabajadores”.
En este párrafo, se infiere (aún para los legos en la materia), que se trata de las medidas a tomar dentro de la mina donde el personal esté trabajando, pero nos llamó la atención la forma general en que se refiere a los hechos y las imprecisiones u omisiones en las que incurre ya que no especifica cuáles deben ser los “medios necesarios que se deben arbitrar para eliminar o minimizar los efectos nocivos”. Bien podríamos pensar que un “medio necesario” sería salir corriendo, por ejemplo.
Como remate a la falta de información en la que incurre el reglamento agrega: “En todos los lugares de trabajo en el que se desarrollen procesos que produzcan contaminación del ambiente, se adecuarán las condiciones de éste a lo establecido en la resolución M.T.E.S.S Nro 295/03 o sus sustitutivas o modificatorias, con las correspondientes correcciones por altitud sobre el nivel del mar y duración de jornada diaria, semanal, quincenal o según periodo correspondiente”.
Hasta aquí al letra fría del reglamento no nos aportó absolutamente nada sobre lo que nosotros intentábamos saber, es decir, cómo se resguarda el cianuro, cómo se manipula, dónde se lo debe depositar, cuáles son los cuidados, qué medidas de seguridad especial debe contener el lugar, cómo debe ser ese lugar etc.
Fuimos entonces al “Compendio de normas de seguridad básicas de seguridad Manantial Espejo, minera Triton Argentina S.A”, un catálogo simplificado que le acercan a los operarios para que tengan presente lo que deben hacer cuando estén en contacto con el cianuro.
Allí se especifica que se aplica el cianuro de sodio, cianuro de potasio, cianuro de calcio, cianuro de cobre, cianuro de zinc o mezclas o soluciones que contengan estos compuestos.
Entonces establece que “El cianuro puede ser venenoso por inhalación, ingestión y contacto con la piel. Aprenda y siga todos los procedimientos operativos y de seguridad cuando trabaje con o cerca del cianuro. Refiérase a las HDSM para obtener información adicional”.
Y recomienda “Evite inhalar el polvo. Use el equipo respiratorio de aire aprobado que se le haya proporcionado, cuando lo necesite. Lávese las manos minuciosamente después de trabajar en áreas con cianuro. Lave la ropa a fondo antes de volverla a usar”.
Una vez que terminamos de leer nos dimos cuenta que el Reglamento y el Compendio son un cúmulo de generalidades donde las especificaciones están ausentes, donde no se imparten directivas para el cómo, cuándo y dónde depositar, manipular y resguardar el cianuro y finalmente nuestro interlocutor señaló “Ya se los había advertido, nos hay un instrumento legal que diga cómo las mineras deben ensilar los cajones (o contenedores) ni cómo debe ser el sector donde se guarda el cianuro… es responsabilidad y decisión de cada minera”.
Odiosas comparaciones
Buscando algunas voces que nos ilustraran sobre el por qué de este manejo (para nosotros) desaprensivo por parte de la minera Tritón, de un elemento tan delicado como el cianuro, más aún en un yacimiento que se caracteriza por su alta tecnificación y moderna infraestructura, nos tropezamos con una curioso artículo del mes de abril del 2008 aparecido en la revista “Patagonia minera”, publicación que hace lobby para las empresas y tiene mucha publicidad por ellas, donde el técnico químico Martín Moreno, que ostenta el cargo de Secretario de Higiene y Seguridad de AOMA, Seccional Santa Cruz, (gremio que nuclea a los trabajadores de minería) escribe la segunda parte de un artículo cuyo título es “El cianuro” y como intertítulo bíblico utiliza la frase “El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”.
En tren de justificar, Moreno da la impresión que se desayuna con cianuro, porque no duda en plantar la discusión en el campo de las comparaciones más insólitas para hacernos entender que el cianuro que él tanto ama (y que debiera tenerlo más preocupado como representante de los trabajadores afiliados) es mucho menos nocivo y está mucho más controlado que aquellos desperdicios que todos los días nos envenenan.
Si somos abiertos en la interpretación de su metáfora, diríamos que hasta tiene razón. Simplemente que ese no es el punto. Aquí lo que se trata, no es comparar si hace más o menos daños, es de establecer por qué no se ajustan los mecanismos para impedir los efectos contaminantes y en caso que esto se haga, sería bueno saber cuáles son.
La comparación que hace Moreno es más o menos como si el gobierno, para demostrarnos que en realidad el número de gente que muere hoy por la inseguridad en las calles no es significativa, nos lleva a que meditemos cuántos seres humanos han matado las guerras pasadas.
Escribió Martín Moreno:
“Ahora que conocemos el cianuro, podemos hablar de su ciclo de vida dentro de la minería. Las empresas que utilizan esta “herramienta de trabajo” trabajan en forma responsable desde que la sustancia química abandona la fábrica (transporte, almacenamiento, utilización, deposición final y destrucción). Todas estas tareas, como cualquier tarea que realiza el hombre conlleva un riesgo, la diferencia radica en la responsabilidad y cuidados que cada uno tome. Que la comunidad y los propios empleados exijamos el cumplimiento de más y mejores procedimientos y controles a cada una de estas actividades, es el derecho y el deber de cada uno de nosotros como ciudadanos, ahora que exijamos la prohibición del cianuro en la actividad minera, sin saber los perjuicios que esto acarrea en las distintas comunidades, no se como llamarlo”.
Más adelante bajo el título “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, analiza:
“Se calcula que una pila de mercurio puede contaminar 600 mil litros de agua, una alcalina 167 mil litros de agua, una de óxido de plata 14 mil litros, una de zinc-aire, 12 mil litros y una de carbón-zinc, 3 mil litros ¿Sabe Ud dónde están las pilas que utilizó?.
La contaminación del agua, en gran parte, es producida principalmente por la materia fecal humana. La bacteria Escherichia coli se utiliza como indicador del grado de contaminación orgánica del agua. Muchas bacterias, virus, protozoos y gusanos que proliferan en estos ambientes contaminados, son responsables de gravísimas enfermedades, afectando en mayor proporción aquellos que carecen de servicios básicos de agua potable y asistencia médica.
Todo lo que tiramos al río o al mar, lo reciben nuestros vecinos que viven, beben o se alimentan aguas abajo; incluso elementos como latas, anzuelos y restos de vidrio pueden causar accidentes en las playas donde nuestras familias disfrutan veraneando. ¿Su municipio trata los efluentes antes de eliminarlos?. ¿Es Ud una de las personas que deja la basura en las playas?.
Yo sí se donde y en qué cantidad se encuentra el cianuro que utilizó la empresa donde trabajo”.
Detalles
El yacimiento Manantial Espejo esta ubicado a 50 km de la localidad de Gobernador Gregores, Santa Cruz y es propiedad de Minera Tritón Argentina SA. A partir del mes de marzo del año 2006, Pan American Silver, empresa canadiense, posee el 100% del control accionario de la misma.
El primer embarque de cianuro se recibió en Manantial Espejo el 05 de abril de 2008, llegó a través de Puerto Deseado proveniente de Alemania, el mismo “fue trasladado en camiones habilitados para tal fin”, señala en un comunicado la minera Triton. Además aclara “es de destacar que Cerro Vanguardia hace ya ocho años que está importando y utilizando cianuro sin accidentes ni incidentes de ningún tipo”, se resguarda la empresa. (Agencia OPI Santa Cruz)
Fuente: OPI Santa Cruz.