Este es la segunda entrega. Para ver la primera parte, hagan click aquí. Espero que lo disfruten y lo compartan.
¿Son inteligentes los animales?
Parte 1.
Parte 2.
Parte 3.
Parte 4.
Parte 5.
Sr. Gobernador de
Sra. Vicegobernadora Sandra Gimenez.
Según trabajos científicos el ciclo de transmisión dela enfermedad se detiene actuando sobre el flebótomo vector. Todas las experiencias en distintos puntos del planeta en que se ha utilizado la matanza de perros seropositivos han fracasado, porque el reservorio no sólo es el perro, porque si se lo exterminara por completo otra especie ocuparía su lugar, porque es una medida mal vista por la comunidad que finalmente termina no apoyando el plan sanitario, porque vulnera los derechos de los animales y porque al ser una medida ineficaz expone a la población humana a sufrir la enfermedad.
Los misioneros están informados sobre las medidas verdaderamente útiles, económicas y éticas: el uso de insecticidas en fumigación selectiva y sobre los perros y otras medidas higiénicas es el eje de la solución.
Los misioneros no quieren que se avasalle su morada y sus animales sean secuestrados, no quieren ver más capturas en las calles, no quieren que se les sugiera delatar al vecino, no quieren muerte en el IMUSA.
Los misioneros están en permanente accionar anhelando una solución definitiva que destierre la violencia y redunde en el bienestar general, tal como lo enuncia el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional.
Aprovechamos para recordarle que existen medidas de control de natalidad a través de la esterilización quirúrgica masiva de animales de compañía tendientes a la detención del crecimiento poblacional y que aún no se planificado en
Por ese motivo apoyamos a los “Autoconvocados por
Los campesinos uigures de la provincia china de Xinjiang utilizan un arcaico pero efectivo sistema de canales subterráneos para regar sus cultivos. Los «karez», que así se llaman estas conducciones, han permitido que «florezca» el desierto.
PABLO M. DÍEZ TURPAN (CHINA)
Alem Mehet, un campesino uigur de la provincia china de Xinjiang, atrapada al noroeste del país entre los desiertos del Gobi y Taklamakan, no riega su huerto con un pozo subterráneo, ni con aspersores ni con agua procedente de la red pública.
Lo hace con un "karez", un sistema de regadío inventado hace 2.000 años que sigue funcionando y abasteciéndole del líquido elemento en pleno siglo XXI.
Al igual que en otros países de Asia central como Irán o Afganistán, donde se emplea la denominación árabe «qanat», en Xinjiang hay abundantes reservas de agua subterránea procedente de la cordillera Tian Shan (Montaña Celestial), pero el problema es sacarla a una árida superficie cubierta por vastas extensiones de dunas de arena.
Con el agua del deshielo
Desde hace más de dos milenios, los uigures, la etnia autóctona de esta remota región enclavada a 3.000 kilómetros de Pekín, vienen luchando contra la sequía y la desertización con este curioso método. Ayudándose únicamente con precarias herramientas manuales, construían un pozo cabecero en la falda de la montaña, en cuyo subsuelo se acumulaba el agua procedente del deshielo. A partir de dicha balsa, que se situaba a unos 20 metros de profundidad, se excavaba un canal subterráneo que aprovechaba la pendiente del terreno para que el agua fluyera naturalmente en dirección a la ciudad más cercana y sus huertas, situadas más abajo.
Dicho conducto bajo la superficie solía tener un metro y medio de alto y medio metro de ancho, por lo que los obreros debían descender hasta su interior a través de otros pozos verticales horadados en el terreno, algunos de los cuales llegan a tener hasta 18 metros de profundidad. Sin apenas aire, casi a oscuras y con las rodillas hundidas en el agua, que fluía a unos 12 grados, excavaban con sus picos y palas para seguir ampliando a lo largo el canal subterráneo entre 10 y 30 metros más.
Y así sucesivamente, hasta conformar unas extensas redes de conductos que, en el "karez" más corto, tienen 300 metros de longitud y, en el más largo, llegan a alcanzar 20 kilómetros hasta salir por fin a la superficie tras sortear el desierto bajo tierra y evitar que se evapore el agua. En el Museo del "Karez" de Turpan, una ciudad cercana a la capital provincial, Urumqi, una fotografía aérea muestra una loma del desierto sobre la cual van descendiendo varias hileras de pozos que, separados entre sí por unos veinte metros de distancia, se acercan hasta un oasis plagado de árboles y cultivos.
Ciudades gracias a los «karez»
Con sus 56.000 habitantes de la actualidad, Turpan debe su existencia a los «karez», de los que llegó a haber 1.784 que sumaban 5.272 kilómetros, contaban con 172.367 pozos verticales y bombeaban 858 millones de metros cúbicos de agua al año. De ellos, ya sólo quedan operativos 614 (uno de cada tres) que tienen una producción anual de 301 millones de metros cúbicos de agua, puesto que la mayoría se han secado con el paso del tiempo.
Repartidos por el centro de la provincia de Xinjiang, con tres veces la superficie de España, los principales se localizan en ciudades como Kuma, Mori, Atosh, Hotan, Kuqa y Sanji, pero sobre todo en Turpan y Kumul. En la primera localidad aún quedan 404 de los 1.238 que llegó a tener en el pasado, mientras que Kumul conserva la mitad de sus 300 «karez».
Sólo en Turpan, este arcaico método genera cada año 231 millones de metros cúbicos de agua, que sirven para regar plantaciones e incluso para consumo humano, ya que el agua procedente de las montañas es mineral.
Desde la cordillera Tian Shan, que tiene picos permanentemente nevados de 5.494 metros de altitud, hasta Turpan hay 60 kilómetros y un descenso de 1.400 metros sobre el nivel del mar, por lo que algunos «karez» aún operativos, como el que está cerca de la Cueva de los Mil Budas, llegan a tener 1.000 años de antigüedad.
Desde entonces, el agua conducida por estos canales subterráneos ha dado la vida a los moradores de Turpan, que, tras el Mar Muerto, es la segunda depresión de terreno más baja del planeta al situarse 154 metros por debajo del nivel del mar. Además, esta zona es la más calurosa de China y, en verano, los termómetros han llegado a alcanzar hasta 50 grados centígrados, lo que contribuye a perpetuar un paisaje árido que sólo recibe una media anual de 16 milímetros de lluvia, pero en el que se pueden evaporar 3.600 milímetros de agua cuando castiga el sol.
El Río Madre
Sin ir más lejos, y debido al calor reinante durante los meses estivales, la cordillera de sus alrededores ha sido bautizada como las Montañas Llameantes, cuya infernal estampa en medio de una asfixiante calima hasta ha sido inmortalizada con
las aventuras del Rey Mono en el clásico de la Literatura china «Viaje al oeste».Por todo ello, no es de extrañar que los vecinos de Turpan denominen a los canales subterráneos de los «karez» el Río Madre, ya que les permite la subsistencia regando sus plantaciones de uvas, algodón y sandías.
Así lo hace Alem Mehet, quien se abastece del pequeño canal que, ya en la superficie, le trae el agua de la montaña. Gracias a tal suministro, puede beber, lavarse y, lo más importante, cultivar su huerto. "Si no tuviera el «karez» detrás de la vivienda, tendría que construir un pozo subterráneo que me costaría entre 20.000 y 40.000 yuanes (entre 2.277 y 4.555 euros)", explica a ABC el campesino, que este año obtuvo una cosecha de 6.000 kilos de uvas pasas.
Tras venderlas a unos 8 yuanes el kilo (0,91 euros), Alem Mehet consigue los 48.000 yuanes (5.476 euros) que necesita para vivir un año. Y todo ello gracias a un sistema de riego inventado hace dos milenios que, además, multiplica exponencialmente el valor de las viviendas edificadas a su lado.
"Hace cuatro siglos, construir un pozo costaba cinco kilos de oro y se tardaba tres generaciones en terminar un "karez" de 20 kilómetros", indica el campesino, quien matiza que "ahora, una casa cerca de un "karez" vale 400.000 yuanes (45.491 euros), mientras que una que no lo esté sólo cuesta 10.000 yuanes (1.137 euros)".
A pesar de su importancia para la agricultura de Xinjiang, los "karez" tampoco han sido ajenos al paso del tiempo, ya que el último se construyó en 1986 en Tuxon, cerca de la ciudad de Turpan.
En la actualidad, los uigures prefieren excavar un pozo y no un sistema de canalizaciones subterráneas tan complejo y peligroso para los trabajadores, que deben horadar la roca. Pero los "karez" continuarán estando vigentes en esta inhóspita región de China mientras su agua siga regando los cultivos y provocando que florezca la vida en medio del desierto.
Fuente: Natura - Medio Ambiente
La sequía que golpea nuestro país resulta ser más bien un problema de imprevisión entre las partes involucradas. Gobierno y "Campo" debieron haber implementado todos los sistemas de riegos, ya sea con tecnología o aplicados a técnicas milenarias, para evitar que un país que depende, en gran medida, de los ingresos fiscales por exportaciones agrícolas, vea hipotecada su producción por no haber previsto un problema recurrente, ajeno a las cuestiones globales del Cambio Climático.
"La niña" es un sistema recurrente de corrientes ya estudiado por los científicos, tanto como "El Niño". Adecuar un país para que su producción no se vea afectada no es sólo obligación del Estado con su impulso estatal. Los dueños de la tierra y los arrendatarios no pueden estar excusados en esta situación.
Cuando el plomo entra en el organismo, las enzimas que metabolizan los aminoácidos azufrados lo transforman en sulfuro de plomo. Para detectar la presencia de plomo en la sangre, el análisis más utilizado es el llamado espectrofotometría de absorción atómica en cámara de grafito.
El saturnismo genera anemia, debido a que el plomo en la sangre bloquea la síntesis de hemoglobina y altera el transporte de oxígeno a la sangre y hacia los demás órganos del cuerpo. Se cree que estas reacciones son provocados tras la sustitución de los metales como el calcio, el hierro y el zinc por plomo dentro de las enzimas, al no ser de misma química, provoca que no cumplan debidamente las funciones enzimáticas. Es también una causa menos frecuente de hipertensión arterial secundaria.
El plomo es un metal pesado neurotóxico que, cuando está presente en la sangre, circula por todo el organismo ocasionando daños neurológicos irreversibles al llegar al cerebro.
Beethoven padeció esta enfermedad, la cual es muy posible que le provocase la sordera y agriase su carácter.
Datos: Wikipedia. ¿Cómo se manifiesta?
Existen varios síntomas, se destacan lesiones en la piel, en las articulaciones y, en casos avanzados, problemas a nivel renal.
¿Cómo se transmite?
El parásito se transmite a través de la picadura de un mosquito llamado flebótomo.
El flebótomo es mucho más pequeño del que conocemos. No es fácil verlo ni oírlo, dado que no hace el típico zumbido al volar y solamente pican las hembras que salen durante la noche.
Pone sus nidos en madrigueras, grietas de muros, huecos de árboles, alrededores de césped húmedo y piscinas, establos, corrales, sótanos, alcantarillas, leñeras, vertederos. Le gustan sobre todo las zonas poco iluminadas y con una humedad alta y constante. Vive en altitudes entre 800 y
Su Veterinario es quien mediante el examen clínico y análisis de sangre diagnosticará si su perro padece la enfermedad.
Mediante un buen control veterinario, de forma regular y manteniendo al perro bajo tratamiento, puede conseguir una buena calidad de vida para el animal.