La arena política argentina, que se distribuye oficialmente entre escenarios institucionales como el Congreso, la Casa Rosada, -incluso monumentos patrios como la Casa de Tucumán, en el pasado 9 de Julio-, en cadenas nacionales tan frecuentes como el informe del clima, o en actos de militancia con puestas en escena dignas de un mega recital de rock, está siendo marco de una concentración intensa de una postura política que resulta hegemónica a la vista de su capacidad de comunicación y control del discurso (o relato) político.
La Presidente se erige como principal oradora en todo acto de agenda o, en su defecto, inauguración o ceremonia creada con la intención de poder continuar con una presencia casi diaria en los medios masivos de comunicación que están obligados a hacerse eco de la cadena nacional. Y cuenta el relato que le sirve a su conducción política apelando a la permanente idea maniquea de verdugos y salvadores de la Patria, en un contexto mundial donde el mundo se derrumba, en un marco donde la Globalización desnuda sus más viles intenciones junto a la timba financiera mundial.
Lo verdaderamente preocupante ocurre en los actos patrios, conmemorativos de fechas importantes para la Nación, los cuales son desnaturalizados en su significado primigenio y resignificados en clave oficialista dejando bien en claro que la comunicación política del kirchnerismo es, fundamentalmente, sostener un relato único y ensordecedor de cualquier otro tipo de reivindicación histórica. La política partidaria oficialista se ve claramente en cada acto al que acude la Primera Mandataria y convierte a cualquier pronunciamiento o evocación histórica en un evidente acto de campaña política donde no existe la igualdad en el juego político del sistema de partidos.
El oficialismo está suprimiendo de la escena política el debate e incluso, minimizando el impacto que puedan tener los discursos contradictorios emanados de cualquier otro actor político legitimado, ya sean políticos pronunciándose en sus propias arenas legítimas (Congreso Nacional, sedes partidarias, programas de opinión política en los medios de comunicación, etc.), o a periodistas como Jorge Lanata al que no hacen otra cosa que ponerle una marcación personal hombre a hombre, en cada lugar al que acude para desarrollar su labor periodística de investigación.
El kirchnerismo tiene entre sus características más salientes de su habitus, la necesidad de confrontar y definir enemigos a quienes dirigir sus cañones y fusilarlos, comunicacionalmente hablando, claro está. Lanata, el Grupo Clarín, Magnetto, etc., son ejemplos de sus definidos archivillanos a quienes procuran estigmatizar permanentemente para refutar la instauración de cualquier debate político constructivo o aún peor, la evidente ausencia de la Justicia en la investigación de presuntos actos de corrupción y estafa pública.
Incluso van más allá en la aniquilación de las posibilidades de expresión de esa oposición que hoy ejerce con intensidad un personaje tan controvertido como el periodista Jorge Lanata. Mueven sus contactos en las provincias para evitar su difusión, mandando, por ejemplo, a la AFIP a perseguir a quienes den ayuda a la producción del programa, e incluso los siguen a sol y a sombra vaya donde sea que vayan. Ya pasó en Calafate, ya pasó en San Miguel de Tucumán.
Ante esta realidad de censura (escondida bajo la figura de “cupos”) confirmada en algunas provincias como Tucumán, Catamarca, La Rioja, Entre Ríos, Santa Fe, entre otras, y más allá de demostrar una evidente preocupación de la Corporación Política por el periodismo de investigación, se genera una sensación de rechazo generalizado en la opinión pública que no hace más que perjudicar al oficialismo y engrandecer el mito de un programa como Periodismo para Todos, de Jorge Lanata que se emite por Canal 13 los domingos a las 23 horas. Que a su vez, tracciona sus investigaciones a las tapas de los diarios críticos (o enemigos) del oficialismo, del día lunes y continúan satelitando en los diversos medios a lo largo de toda la semana.
Si hacemos un recorrido por cada uno de los programas que emitió Jorge Lanata, podemos comprobar el poder de daño que tiene su periodismo de investigación, tan ausente hasta la fecha:
- Contó la realidad y las contradicciones entre la Presidente, Esquenazi e YPF. El pescado podrido que vende el gobierno acerca de cómo fue la maniobra para definir su estatización parcial.
- Sacó a la luz información de la causa Boudou-Ciccone, recordemos al jubilado de Longchamps, “apoderado” de The Old Fund, empresa que controla a Ciccone Calcográfica con fondos provenientes de un paraíso fiscal y que todavía no le ha respondido a la Justicia acerca de quiénes son sus dueños. No nos olvidemos tampoco de Puerto Madero, refugio “Nacional y Popular” de la nueva dirigencia cristinista.
- Puso en evidencia las inconsistencias y mentiras de Daniel Reposo, candidato a la Procuración General de Nación, es decir Fiscal (defensor) del Estado, quien de imparcial no tiene absolutamente nada y que difícilmente pueda seguir al frente de la SIGEN como lo hace hoy en día.
- Mostró varias mentiras que surgieron del viaje de “intercambio” a Angola, recordemos el baile de la Presidente aleteando cual pollo, las cosechadoras NO vendidas, el empresario familiar de La Salada, Moreno pasándole letra a Cristina, vimos la realidad de una tiranía que se mantiene en el poder desde 1979, las pobres excusas de Timmerman y la negativa a recibir a los representantes de las organizaciones de Derechos Humanos en Angola.
- Sacó a la luz las maniobras realizadas por cyberactivistas que “roban la identidad” de cientos de personas para actuar en la red Twitter a favor del gobierno, imponiendo TTs (trending topics) o atacando a opositores de forma furibunda.
- Fue a Calafate y mostró la enorme concentración de poder y dinero que ostentan los amigos y familiares del poder kirchnerista, los terrenos fiscales que pasaron a manos oficialistas, los familiares en la Justica que no juzgan ni castigan, la presión contra aquellos que osan contrariar dicho poder, la censura y hasta el uso de “derecho de admisión” para negarle el hospedaje ya pago en un hotel de los Kirchner.
- En otro programa trajo a la pantalla el testimonio de dos sobrevivientes de la tragedia de Once, viajando en el Sarmiento. Mostrando las mentiras y negociados, con los relatos de los empleados de los talleres, maquinistas, etc., de una trama política demasiado incómoda para el oficialismo y sus laderos Jaime, Schiavi, De Vido, Cirigliano y compañía.
- El casting que les acercan los intendentes para los actos de la Presidente, recordemos al minero Dominguez, a la concejala Rognoni, al tambero “concejal” Iribarren, a la tucumana “auditora” Martínez, todos militantes rentados haciendo de extras y reproduciendo un discurso armado a favor de un relato que convence cada vez a menos gente. No nos olvidemos de Salustriana, a quien Lanata visitó y tuvo la oportunidad de decirle a la Presidente que no la escuchó y ni siquiera registró sus palabras.
- Fue a Tierra del Fuego y mostró las mentiras de la industria nacional. Todo viene de China, excepto el telgopor. Una increíble manipulación del discurso a favor de una precarización de la industria nacional. Imperdible el primer Blackberry “Nacional y Popular”. Síntesis de la investigación: la producción protegida de Tierra del Fuego nos cuesta u$s 100.000 por empleado por año. Insostenible para una industria competitiva global o local. En ese mismo programa mostró como el propio oficialismo propicia la violencia contra los periodistas y ciudadanos que osan advertir las contradicciones del relato K.
- Volvió a Santa Cruz y demostró la gravísima situación de corrupción enquistada en el poder, en manos del Gobernador Peralta, amigo personal de los Kirchner. Una investigación de nueve meses mostrando mansiones dignas de Hollywood cuyos dueños jamás trabajaron en otro lado que no fuera la administración pública provincial. También fue seguido durante toda la investigación por autos y personal vinculado con el poder K. Todo un parto para Santa Cruz, y sin embargo, el Hospital de Río Gallegos no está en condiciones para atender siquiera a Máximo Kirchner, quien debió ser trasladado en el Tango 01 para ser atendido de urgencia en el Hospital Austral en Pilar, provincia de Buenos Aires.
- Trajo una investigación que la Justicia deberá obligadamente continuar acerca de la “AeroCámpora”, o los restos de lo que fue Aerolíneas Argentinas. El desmanejo, el abandono y el gasto irracional e irresponsable de las aeronaves es inadmisible. Recalde y Kiciloff deberán responder ante la Justicia por ello, cuando menos. En el mismo programa desnudó la realidad de los expulsados “no” militantes de La Cámpora, aquellos discriminados por no acceder a dejar el diezmo o militar en la agrupación K.
- Se metió en los comedores de la agrupación Barrios de Pie en Laferrere, a quienes Alicia Kirchner le retiró los fondos y alimentos, y mostró la grave desnutrición de niños y niñas del conurbano. Inadmisible para una Argentina con 9 años de crecimiento ininterrumpido a tasas chinas y una producción de alimentos anual para cubrir las necesidades de 300.000.000 de personas.
- Fue a Tucumán y desnudó la corrupción del clan Alperovich-Rojkés, la desnutrición pavorosa de los niños tucumanos cuyo futuro está condenado por la falta de nutrientes en la temprana edad, igual que en Laferrere. También los siguieron, incluso persiguieron con la AFIP a quienes recibieron a Lanata y a su producción. Dato de color: Alperovich derogó la Ley de Ética Pública por lo que puede ser robando y poniendo a sus familiares en el poder sin problemas.
- En el programa del domingo pasado, se ocupó de la inflación, el gran problema nacional que es negado sistemáticamente por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Cifras alarmantes y hasta un índice (Índice Barrial de Precios) relevado por el Movimiento Barrios de Pie que se despliega únicamente en barrios humildes.
Resulta interesante seguir el desarrollo de esta batalla que parece ir escalando gravemente y cuyas consecuencias no parecen dejar muy bien parados al oficialismo y sus pretensiones de mantener un discurso único, en boca de la Presidente. Basta con ver cómo se ridiculiza la simbología kirchnerista en el programa PPT para comprender cómo la sacralización de la figura del ex-presidente Néstor Kirchner, va camino al ridículo, no sin reconocerle méritos al propio oficialismo, al presentar en cadena nacional y en la Casa Rosada a los muñecos de Él (con alitas) y de Ella, “sin escoba” como reconoció la Primera Mandataria en su alter ego. Disponibles en el Museo del Bicentenario para todos y todas.
Para ver todos los programas de Lanata a la fecha, seguir el link: